Por: Camilo Andrés Maldonado Bautista/ Las naciones están en la búsqueda permanente del desarrollo de energías limpias, provenientes de fuentes naturales como el viento o el agua. Necesidad que surge y se impone por diferentes causas, como la ausencia y disminución de las existencias de energías fósiles como el gas y el petróleo, pero especialmente por el alto grado de contaminación que su consumo está afectando gravemente el medio ambiente de nuestro planeta.
Por ejemplo, en Bogotá están en plena controversia y discusión en relación con la adquisición de la nueva flota de buses para Transmilenio, al persistir las autoridades Distritales en traer nuevos buses también impulsados con ACPM – que se sabe producen gran contaminación ambiental – y despreciar la oportunidad de introducir articulados movidos por energía eléctrica o gas natural, que se sabe son energías limpias: vale decir, energías limpias vs contaminantes.
La energía eléctrica es un insumo clave y de primer nivel para el crecimiento económico e industrial de las naciones, además de ser un servicio público y cuya prestación eficiente es responsabilidad del Estado.
En efecto, las ciudades y comunidades dependen de la electricidad en estos tiempos modernos para convivir con nivel de vida digno, para la prestación de los servicios esenciales de la salud, educación, comunicaciones, conservación y procesos de alimentos, entre tantos usos.
Por todo ello es tan importante su regulación y manejo por parte del Estado para no tener problemas, como los que en este momento viene afrontando la Costa Atlántica con el mal manejo y pésima prestación del servicio por parte de Electrocaribe.
Por ello es estratégicamente importante generar energía eléctrica y cuando se tienen los elementos necesarios para su producción, ésta se puede lograr por medio del aprovechamiento de diferentes clases de fuentes, como son las centrales de agua fluyente, las cuales utilizan parte del flujo de un rio para generar la energía porque no tienen la capacidad de almacenar el agua, una de estas la conocí hace muchos años y existe en la provincia de García Rovira conocida como Calichal, la cual toma el agua del rio Servita para la generación de energía; otra forma son las centrales de embalse, que existen desde el siglo XIX en el mundo, pero en el departamento de Santander la construcción del embalse de Topocoro es una experiencia nueva que necesita de toda nuestra atención, organización desarrollo y seguridad.
Hidrosogamoso nace como un proyecto que un ingeniero presentó como una tesis de grado hace más de 70 años, como una opción para generar la energía eléctrica que Bucaramanga demandaba. Este gran embalse es hoy una realidad con una extensión de 7000 hectáreas, su espejo de agua contiene 4.800 millones de metros cúbicos de agua, tiene una presa de 194 metros de altura, la cual se ve imponente cuando tomamos la ruta hacia Barrancabermeja y pasamos el puente sobre el rio Sogamoso, la cual demandó una inversión de 4.7 billones de pesos.
Aunque el objeto principal del embalse de Topocoro es la generación de energía eléctrica, muchos son los usos que se le pueden dar: Industriales, comerciales, turísticos, pesqueros, etc. Por esto la Gobernación de Santander estableció como una de sus políticas tomar parte en su organización, y para ello se crearon los lineamientos del plan de ordenamiento del embalse, un documento técnico que cuenta con los procedimientos necesarios para lograr de una manera ordenada los usos alternativos de este imponente proyecto, el cual contó en su estructuración con instituciones privadas, públicas y los municipios que tienen influencia en el área de Topocoro, Betulia, Zapatoca, Girón, Lebrija, Los Santos, San Vicente de Chucurí, Sábana de Torres, Puerto Wilches y Barrancabermeja, buscando el desarrollo del área económica que más vocación y crecimiento ha generado en los últimos años en el Departamento, el turismo.
Para forjar esta planeación de crecimiento e inversión es necesario inevitablemente contar con la seguridad que garantice la tranquilidad para su uso, conllevando también en esta importante sinergia que la Gobernación tomara otra importante decisión: Llevar la seguridad dentro del embalse, para esto se tomó la decisión en conjunto con Isagen y la Policía Nacional, de construir el primer Centro de Apoyo Inmediato Interinstitucional CAII Fluvial de Colombia, un buque que se construyó en el astillero de la empresa Cotecmar, ubicado en el sector de Mamonal de Cartagena, de propiedad de la Armada Nacional, el cual contará con todos los elementos tecnológicos y de navegabilidad necesarios para albergar a las unidades de Policía y entidades que pondrán para el servicio de todos los santandereanos, una embarcación que será la garante de la seguridad y convivencia de los turistas y ciudadanos que lleguen a disfrutar de estas bellezas naturales.
Topocoro va por buen camino y esto se da gracias a decisiones desde lo público con el acompañamiento de lo privado, que traerán muy seguramente buenos vientos para el turismo en nuestra región. Muy bien Señor Gobernador.
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