Por: Pablo Arteaga/ Colombia tierra querida himno de fe y armonía (…), dice la popular canción compuesta por el cantautor Luis Eduardo Bermúdez Acosta, más conocido en el mundo musical como el gran Lucho Bermúdez, oriundo de El Carmen de Bolívar, quien falleció a sus 82 años en 1994 en la ciudad de Bogotá.
Es así como en 1970 se compone lo que hoy se conoce como una de las canciones más representativas para el pueblo colombiano, en donde el autor logra plasmar en unas cuantas estrofas el sentimiento conjunto de todo un país, que, a pesar de su vasta diversidad cultural, se logró identificar con las letras plasmadas en esa canción.
Hoy más que nunca el pueblo colombiano cansado de los abusos por parte de la clase política que el mismo ha elegido durante décadas, desde lo más profundo de su corazón, canta a modo de himno de independencia, “cantemos, cantemos todos grito de paz y alegría, vivemos siempre vivemos a nuestra patria querida”.
Colombia vive en sus calles manifestaciones diarias, las cuales se proyectan a estar de manera indefinida, alimentadas por el inconformismo desde todos los sectores poblacionales a través de las protestas pacíficas, en donde se ven reflejadas los malos procederes, que, a través de políticas implementadas, finalmente han ido en contravía del constituyente primario por parte de los padres de la patria y las élites de este país.
La miopía del Gobierno Nacional, orientado por sus asesores, ha conllevado a la pérdida del periodo de diálogos, hoy la situación ha avanzado tanto que lo único que queda en la mesa es una oportunidad de negociación des igual del estado frente a los representante de los diferentes sectores que lideran el paro nacional con más de 104 puntos a negociar, que se encuentran fuertemente alimentados por las afectaciones y medidas tomadas desde el Congreso de la República, que con falsas expectativa de fortalecimiento y apoyo a los sectores económicos del país durante décadas, solo han beneficiado a multinacionales y a unas cuantas familias que día a día amasan fortunas a costillas de la población más vulnerable del país.
A este punto de la protesta desde una lectura muy personal, es factible suponer que se podrían dar tres hipotéticos desenlaces de escenarios, dentro del proceso de lo que hoy conocemos como paro nacional indefinido producto de un colapso de gobernabilidad del actual Gobierno Duque.
En el primer escenario y tal vez el más hipotético, estaría la renuncia del presidente Iván Duque como Presidente de Colombia, situación que podría ser producto del desgaste de popularidad, imagen, político, físico, mental y de fuertes presiones de los dueños del poder en Colombia.
Si vamos a la parte objetiva, este escenario realmente no resolvería nada, ya que los problemas de fondo continuarían y simplemente la actual vicepresidenta Marta Lucia Ramírez tomaría posesión del cargo como presidenta por los meses restantes del periodo administrativo, situación que podría ser más contraproducente frente a la actual situación del país.
El segundo escenario hipotético, está enfocado en la aceptación total de los puntos propuestos en la mesa de negociación por parte de los representantes de los diferentes sectores líderes del paro nacional; puntos que reflejan en gran parte las necesidades insatisfechas acumuladas por décadas de los sectores participantes en la protesta nacional.
Situación que no sería de agrado para sectores dentro de la estructura del Estado, ya que, de una u otra manera, la aceptación de estas pretensiones podría generar afectaciones en los intereses particulares de miembros de estos sectores del poder, sin embargo, es de resaltar, que podría ser una solución mediática que subsanaría algunas de inconformidades y estas a su vez permitirían el levantamiento del paro nacional, que hoy tiene en ascuas y llenas de incertidumbre a todo un país, dando un respiro no solo a las violentas jornadas de protestas y enfrentamientos en las que se ha visto enmarcado el actual paro nacional, si no también contribuyendo a la disminución de contagiados por Covid-19 como resultado de las aglomeraciones producto de las marchas imposibles de contener y el cual no da tregua.
La aceptación de las pretensiones y de levantamiento del paro, realmente desde mi lectura, daría la posibilidad tanto al Gobierno actual, como a los miembros de los diferentes sectores económicos, sociales y políticos, de prepararse en los meses restantes del mandato del presidente Iván Duque, para enfrentar las contiendas electorales del 2022.
Aunque las protestas han sido un factor importante y un insumo que le ha permitido al pueblo sublevarse y alzar la voz en contra de los desmanes y abusos de la corrupción, cabe anotar que finalmente la decisión de continuar o no con los mismos honorables padres de la patria, al igual que sus gobernantes termina reposando en la decisión del constituyente primario, que por lo general al momento de ejercer su libre derecho a elegir, se resiste y en muchas ocasiones lo hace a contraprestación, así que es necesario que dentro de los grandes cambios que indudablemente dejara estos acontecimientos históricos debe ser el voto obligatorio, so pena de sanciones fuertes para los infractores.
El tercer escenario hipotético es la postura irreverente y dictatorial, a fin de ejercer el estado de derecho y ejercer la autoridad a sangre y fuego, por parte del Gobierno Nacional, teoría que no estaría muy lejos de la realidad, ya que, si bien es cierto, una de las posturas frente a las protestas fue la decisión del Gobierno Nacional, el primero de mayo pasado, de enviar a las fuerzas militares a apoyar a la policía nacional en las ciudades con donde se había presentado fuertes choques con el Esmad.
En este tercer planteamiento se ve identificado, que dentro de unas condiciones normales de protesta pacífica de un sector “A, B, o C”, esta no sería ni siquiera un escenario a considerar, sin embargo, es evidente que el inconformismo que vive el país es desde todos los sectores base, y de una manera u otra se ha convertido en un solo clamor de inconformismo e irreverencia frente a sistema político y económico, se ha evidenciado va en contravía de la calidad de vida de todos los colombianos.
Como resultado de este tercer escenario, podría darse en los próximos meses, un golpe de estado en contra del gobierno de Duque, golpe que estaría alimentado por el caos, la desesperanza y posturas autoritaristas por parte del gobierno nacional frente a los reclamos exclamados alrededor de todo el país en las marchas y protestas pacíficas de todos los sectores unidos a estas, que por alguna razón en su gran mayoría terminan en desbandadas de violencia de parte y parte.
Cabe aclarar que los tres escenarios son totalmente hipotéticos, pero dentro de la misma hipótesis, no se puede desconocer, que en los tres existe al menos un 1% de probabilidad de que cualquiera de los tres escenarios se dé.
Es claro que Colombia necesita, grandes cambios de fondo en su política tributaria, económica, agraria, participativa, social, justicia, salud, pensiones, electoral, constitucionales, en función de un país y sus sectores, casi que podríamos decir que no estaríamos lejos de una próxima constituyente, en donde muy posiblemente pasemos de ser un Estado Social de Derecho a un Estado de Derecho con responsabilidad social y garante de los derechos humanos.
Finalmente terminaremos entonando de manera conjunta, a manera de himno de independencia, “Colombia te hiciste grande con el furor de tu gloria, la América toda canta la floración de tu historia, vivemos, siempre vivemos a nuestra patria querida, su suelo es una oración y es un canto de la vida (…)”
*Profesional en Comercio Internacional y Especialista en Gerencia de Proyectos.
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