Por: Carlos Monroy/ El pasado viernes 01 de diciembre tuve la oportunidad de asistir al III Foro de Participación Ciudadana de la Unión de Naciones Suramericanas Unasur, realizado en la Sede de la Secretaría General en la Mitad del Mundo ciudad de Quito/Ecuador. Allí se dieron cita representantes de la sociedad civil de los Estados miembros.
Siendo la Unasur un proyecto que nace y se consolida durante la década anterior en pleno auge del denominado Socialismo del Siglo XXI, impulsado por la Revolución Bolivariana del Presidente Hugo Chávez desde la hermana República de Venezuela y apoyado por Néstor Kirchner, Luis Inácio Lula da Silva y Evo Morales.
Esa inspiración de una “Gran Colombia” reforzada a través de instrumentos internacionales aún por fortalecer, promovida principalmente por gobiernos con ideologías de izquierda parece desvanecerse ante el cambio del panorama político suramericano, países como Argentina con Mauricio Macri, del cual es el primer Secretario General de la Unasur – Nestor Kirchner-; Perú con Martín Vizcarra bajo la sombra de Pedro Pablo Kuczynski; Chile con Sebastián Piñera; Brasil con Michel Temer producto de un impeachment contra Dilma Russeff y Venezuela con una oposición empoderada en el parlamento aunque reducida por el presidencialismo del recién reelecto Nicolás Maduro; toman distancia desde el punto de vista ideológico con esta inspiración política para la integración.
Lo anterior sumado a la victoria del partido Republicano en la Presidencia de los Estados Unidos con Donald Trump, genera una aparente tendencia política de derecha en la región.
En estos Foros de participación ciudadana de Unasur, donde se pretende meterle pueblo al proceso integracionista, es evidente la identidad política entre los Gobiernos y los Representantes de la Sociedad Civil de la mayoría de países participantes, basta solo con la lectura del Acta del I Foro en Cochabamba/Bolivia, donde hay pronunciamientos desde la soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas hasta el conflicto israelí-palestino y aunque la declaración del II Foro se limita a referirse al tema de paz y migración de latinos a los EE.UU. dentro de lo político, enfocándose en la organización para la articulación de la sociedad civil suramericana y la profundización de la democracia a través de la participación ciudadana, en el III Foro realizado en Quito se deja ver la pugna entre los bloques de Derecha e Izquierda, liderados respectivamente por Argentina y Venezuela, para la elección del nuevo Secretario General de la Unasur, lo cual a la fecha tiene acéfalo al organismo regional y provocó que los gobiernos de Colombia, Brasil, Chile, Perú, Paraguay y desde luego Argentina anunciaran la suspensión indefinida de su participación debido a la falta de capacidad de diálogo y concertación de Bolivia, Ecuador, Guyana, Surinam, Uruguay y Venezuela para elegir Secretario General y también como una forma de presionar el régimen de Nicolás Maduro.
El último Secretario General de Unasur, el expresidente de Colombia Ernesto Samper Pizano, quien aún tiene prohibida la entrada a los Estados Unidos por presunta financiación con dineros del narcotráfico de su campaña presidencial en Colombia y quien renunció a la Secretaría General dejando a la organización sin responsables administrativos y en medio del caos, fue excesivamente diplomático en sus pronunciamientos sobre la situación de violación de derechos humanos y crisis democrática en Venezuela, no obstante por iniciativa del Fiscal General del Ecuador, Galo Chiriboga, inició el trámite de un proyecto para crear una Corte Penal Sudamericana, ha de ser para combatir delitos transnacionales diferentes a delitos de lesa humanidad y violaciones de derechos humanos.
Los colombianos este fin de semana no solo estamos eligiendo a la persona que puede mejorar o desmejorar nuestra calidad de vida como ciudadanos sino también aquella persona que puede inclinar el equilibrado mapa político regional, sobre el entendido que la primera vuelta presidencial consiste en elegir si la Izquierda, el Centro, la Centro-Izquierda o la Centro Derecha será la que enfrente en segunda vuelta a la Extrema Derecha en nuestro país.
El impacto de la globalización en la región es uno de los principales retos que deben asumir los nuevos gobiernos, movimientos sociales y la Unasur como espacio de integración, es decir, aunar esfuerzos para que los procesos económicos, tecnológicos, políticos y culturales desencadenados por las potencias mundiales no afecten la identidad cultural de los pueblos, consolidando conceptual y materialmente una ciudadanía suramericana.
Sobre globalización todos tienen su propia definición, al respecto les comparto el ejemplo de la historia trágica de Lady Diana que expone en sus cátedras el expresidente Samper, como ilustración de la globalización:
“Lady Diana, una princesa inglesa que iba con su novio egipcio en un automóvil alemán, con motor austriaco, conducido por un chofer belga que se había embriagado con whisky escocés, y estaban siendo perseguidos por unos paparazzis italianos que iban en unas motocicletas coreanas a tomarles fotos con unas cámaras japonesas, hasta que el automóvil se estrella en un puente en París, y Lady Diana y su novio mueren en una clínica de propiedad de unos brasileños, en manos de unos médicos filipinos… Eso es la globalización.”
Dicho lo anterior, el nuevo Presidente de Colombia debe definir que enfoque le quiere dar a su política exterior y jugar en el tablero de la política regional donde la situación de Venezuela es prioridad a la luz de la Carta Democrática Interamericana.
La Unasur está pasando por un proceso de globalización política, o se transforma o estará condenada a desaparecer junto con el Socialismo del Siglo XXI.
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