Por: Carolina Rojas Pabón/ Mientras celebramos el grito de independencia de nuestra amada patria, millones de colombianos en silencio, viven resignados una batalla sin librar. Como no resignarse, intentarlo todo e izar banderas blancas cuando el ejército en esta batalla silenciosa son nuestros hijos, quienes en medio de la pandemia fueron considerados foco de propagación del Covid-19.
Enfilando así el Ministerio de Educación a los Entes Territoriales para adoptar un paquete de medidas, con el fin de prevenir el contagio, propagación y controlar el impacto del virus para salvaguardar la vida de los soldados, a través de la operación “aprendizaje en casa”.
En esta operación las secretarías de educación, directivos docentes y docentes de las instituciones educativas públicas y privadas, han demostrado su compromiso para cumplir con la prestación del servicio educativo, ahora en los hogares; enfrentando limitantes sociales, tecnológicas, económicas y dando por hecho que los ‘generales del hogar’ (padres de familia) atacarán todos los frentes para sacar victoriosos nuestros amados soldados, en una batalla donde a todos los actores los hacen obviar la naturaleza de su propio reglamento Ley 115 de 1994 (Ley General de Educación) que no contempla esta modalidad de aprendizaje en casa para preescolar y básica primaria.
La estrategia de la operación ha tenido como munición en los diferentes momentos de la pandemia los lineamientos emitidos por el Ministerio de Educación (Directivas No. 05, 06, 09, 10, 11, 12), que en un contexto lírico invitan a las Secretarías de Educación y las Instituciones Educativas a ser “Conscientes de las dinámicas de las familias y consideradas con sus condiciones y capacidades para poder cumplir un papel de acompañantes en la realización de las mismas, de acuerdo con las características y momentos de desarrollo de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes y sus circunstancias”.
Recociendo aquellas instituciones educativas que han brindado un proceso adecuado, afectivo y con calidad académica dentro lo posible; también es conocido en los consejos de guerra celebrados por los ‘generales del hogar’ aquellas instituciones que compiten entre sí por el mayor número de guías y talleres, aquellas que han dado toda facultad del aprendizaje autónomo a los niños en temas nuevos y aquellas instituciones que convirtieron las tardes dominicales de las familias en centros de estudio. Mientras la Secretaria de Educación hace lo que puede con sus instituciones públicas, deja en el olvido la inspección y vigilancia a las instituciones privadas.
En el mes de junio los lineamientos del Ministerio de Educación (Directivas 11 y 12) plantean una munición “sorpresa”, que viene a sumar a esta operación, la tan nombrada “alternancia” que pretende el retorno gradual a la presencialidad de nuestros amados soldados a las instituciones educativas con un texto tan lírico como el anterior garantizando todas las condiciones de bioseguridad en el pico del virus y con los territorios en el límite de ocupación de las UCI.
¿Cuál es la sorpresa para la victoria? La alternancia estará liderada por las autoridades territoriales de salud y educación, con la participación activa de los directivos docentes y docentes… Pero solo se dará mediante la autorización de los ‘generales del hogar’ quienes definirán el momento adecuado y oportuno de inicio del retorno gradual y progresivo del servicio educativo a la presencialidad.
Sin embargo, los “Generales del hogar” seguimos firmes en una batalla sin libertador, en medio de la incertidumbre, observando como cada Secretaría de Educación va marcando sus estrategias, cada institución educativa pública se intenta ajustar a las múltiples necesidades de la comunidad educativa y cada institución educativa privada implementa sus proyectos educativos como considera, con la preocupación de no perder su punto de equilibrio.
Todos por caminos diferentes, donde el aprendizaje de calidad para nuestros hijos se desvanece y por si fuera poco la decisión del retorno a clases depende ahora de los padres de familia que a todas luces no conocen en realidad si las Instituciones educativas están listas para ello, y mucho menos si la alternancia facilitará la cantidad de docentes idóneos para aquellos que se quedan en casa y quienes decidan regresar a la presencialidad.
Los ‘generales del hogar’ seguimos en la batalla, sin perder de vista todos los factores complejos que ha traído consigo la pandemia, observando una reactivación económica totalmente aparte de la realidad, liderando, sin experiencia el aprendizaje de nuestros soldados quienes hace mucho tiempo no quieren saber nada de esta operación “aprendizaje en casa”, algunos están cansados, otros quieren desertar, otros dejaron de pensar en sus victorias, pues sus maestros dejaron de inspirarlos a ganar, otros se han aliado al famoso Google para dar respuestas rápidas en su aprendizaje porque evidenciaron que ahora solo se hace lo se puede, otros no saben la razón de su irritabilidad, sólo saben que lo que más les gustaba de su colegio era estar con sus amigos y que el mejor aprendizaje era la interacción con el otro.
¿Es posible que las autoridades de nuestra amada patria sigan manejando la educación de nuestros de hijos como una estrategia de guerra? ¿Aun cuando en los diferentes planes de desarrollo el pilar fundamental de las regiones es la educación?
¿De verdad ninguna autoridad en educación va asumir el liderazgo para definir de una vez por todas cómo terminar el año escolar, sin poner en riesgo la vida de nuestros hijos y lo que es peor, sin entregarle a los padres de familias más carga y preocupación al tener que definir si es prudente o no que regresen a las aulas?
Estamos en una misma batalla llena de incertidumbre con unos soldados activos, otros en vacaciones, otros en limbo de no saber cuál será su campo de batalla a partir del 1 de agosto y unos ‘generales’ confundidos entre las noticias, el desconocimiento, la autonomía de cada institución educativa y las diferentes decisiones de los entes territoriales; además de la responsabilidad de llenar una encuesta con única respuesta ‘si’ o ‘no’ para determinar si autorizamos a nuestros hijos volver al colegio.
Esperemos que esta munición sorpresa “alternancia” despierte un libertador que convoque a decidir a quienes compete y conocen las condiciones reales de lo que se puede y no se puede de acuerdo a la infraestructura educativa y planta docente de las regiones, aliado de los directivos docentes para que fortalezcan sus estrategias basadas en calidad, amigo de los docentes para que les permita desempeñar sus funciones, sin el riesgo de la sobrecarga de dos modalidades y con la pasión de inspirar la victoria.
De lo contrario, nuevamente diremos “¡General, salve usted la patria!”.
*Abogada Unab, Especialista en Derecho Administrativo U del Rosario y Especialista en Derecho Constitucional U del Rosario.
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