Por: Érika Bayona López/ A la par con los problemas de seguridad, tránsito y convivencia ciudadana que se han estado apoderando de la carrera 34 entre calles 48 y 49, un despectivo y desagradable nombre fue arraigándose en el vocabulario de los bumangueses para designarla: ‘Cuadra Picha’. Sin embargo, la tan concurrida cuadra picha es hoy por hoy la zona de rumba, riñas, alcohol y prostitución de los últimos 10 años, donde es evidente que debe existir medidas de planificación territorial que permitan el ejercicio de un control más riguroso en el (POT ) Plan de ordenamiento territorial, poniendo en cintura los establecimientos, su expansión y efectuando los respectivos controles urbanísticos-policivos, como a su vez el incremento de presencia de personal de la secretaria de salud que más allá de controlar la ingesta de los productos que se comercializan sin ningún tipo de control sanitario, también se recupere parte del espacio público que ha perdido la ciudadanía en los últimos años.
Aunque la despectiva referencia comenzó a aparecer un par de años atrás, ahora está siendo usada con más fuerza y de hecho es la única ‘reconocida’ entre las autoridades civiles y oficiales consultadas, “para cambiar la percepción negativa de las personas”. Sin embargo, no pasa lo mismo entre la ciudadanía general.
Vale la pena recordar que, en un anterior e infructuoso intento, se había querido llamar ‘La vía de las flores’, contemplando incluso la peatonalización y ornamentación de la cuadra, pero las propuestas nunca se concretaron, perdiendo la buen llamada ciudad de los parques.
Lo que pudo ser un atractivo turístico comercial se convirtió en la zona de dolor de cabeza de los ciudadanos, sin darnos cuenta que podemos convertirlo en un encanto patrimonial al igual que el parque Lleras en Medellín y en Bogotá zonas como Chapinero y la Candelaria, las cuales son de gran tolerancia. Así mismo se puede pensar en Bucaramanga, para que más que convertirse en un sitio de arrendamiento de locales comerciales, esta pueda ser una zona libre de vehículos cuyo atractivo sea el espacio público y la cultura ciudadana. Nos falta deseo por querer realizar diversas de actividades nocturnas más pedagógicas y de sensibilización social, e incentivar las ciclorrutas en ese sector para que sea un espacio que garantice a los peatones una libre circulación y no un descontrol en el espacio publico lleno de comercio ambulante.
Mientras tanto, riñas, desórdenes, caos vial e inseguridad siguen siendo problemáticas constantes. Desde las 9:00 PM de jueves a domingo podemos apreciar cómo en este concurrido lugar se desata la falta de cultura, la indebida disposición de residuos, la silenciosa pero peligrosa venta de estupefacientes sin ningún tipo de reparo y el caos vehicular que con ello trae la gran afluencia que pregona este sector. Esto es un desorden social y de inseguridad.
El ente territorial debe poner sus ojos en un replanteamiento en su esquema territorial, dándole un mejor uso a su instrumento de planeación, donde enfoque con miras al futuro a desarrollar alternativas de comercio más sostenibles, más seguras y menos peligrosas para el tránsito peatonal de estos sectores de gran afluencia. Dándole protagonismo a otros medios de transporte alternativos y más amigables con el miedo ambiente como la bicicleta, patinetas, entre otros.
Los habitantes de esta ciudad bonita buscan vivir en paz y tranquilidad. Repetidamente se escuchan frases por los habitantes de este sector como ‘nos sentimos abandonados’.
Las problemáticas más graves que se siguen presentando en ‘Cuadra Play’ son: la contaminación auditiva, el mal parqueo y los problemas de microtráfico, como también de desórdenes públicos que incentivan al caos e indefensión de los residentes de este sector.
¿Qué están haciendo las autoridades para combatir el flagelo de la inseguridad?
Los operativos por parte de la Policía de Bucaramanga aumentan en esta zona de rumba, sin embargo, con ello no ataca de fondo los problemas que ocasiona la falta fe planeación y control de ornato público, el cual se hace urgente, así como también un control migratorio en estos espacios de diversión nocturna.
Las cámaras de seguridad son otro requerimiento urgente de la cuadra y el sector de Cabecera en general, así como la solución a la invasión del espacio público.
Ya no queremos más fines de semana violentos, esto ya es una constante que está causando lesionados de todo tipo. Las agresiones en esta zona no cesan, día a día vemos víctimas heridas por diferentes acciones que nos deja por pensar, ¿qué le está sucediendo a nuestra ciudad bonita?
‘Cuadra Picha’ se convirtió en ‘Cuadra Play’ precisamente por las circunstancias que se empezaron a suscitar ahí, en excesos en el ejercicio del ocio, por parte de quienes disfrutan de la noche y de la parranda, y todo lo que esto conlleva.
Entonces, probablemente no se trata tanto de cambiar el nombre sino de cambiar las dinámicas de Cuadra Picha. En realidad, no importa que ‘Cuadra Picha’ se llame así, lo importante es lo que ocurre ahí, y pareciera ser que hay un interés más en cambiar la apariencia de la calle que en cambiar las circunstancias de la calle.
Lo que habría que hacer allí es regular, conciliar, estructurar unas pautas, unas reglas de diversión nocturna que les permitan a los usuarios y a los ciudadanos divertirse pero con unos límites o con un ejercicio de la libertad que no implique daños a terceros y daños a sí mismos.
Más importante que cambiar el nombre, que sería una transformación absolutamente aparencial y superficial, e infructuosa, lo más importante es ocuparnos por generar las transformaciones interesantes para un espacio que es para la noche y es válido, pero donde hay que intervenir de unas formas inteligentes y donde pueda haber un equilibrio. Que la gente se pueda emparrandar, ni más faltaba, pero sin excesos.
Las opciones son diversas y por ello se presentan diferentes puntos de vista donde se denuncia ante los diferentes entes de control, las cuales deben ser atendidas para evitar el desprestigio y la mala imagen de la zona, que ya envuelve no solo a “Cuadra Picha”, sino al sector de Cabecera y sectores aledaños.
Los gobiernos municipales, pese a haber tomado cartas en el asunto, no han atacado el problema de raíz. No queremos administraciones sosas y famélicos en orden público, queremos una ciudad con autoridad, no más pasar desapercibidos frente a estas situaciones. El problema es real, nosotros somos parte de la solución. ¿Los sordos quiénes son? ¿La Alcaldía de Bucaramanga, concejales, diputados, gobernador y los demás funcionarios que tienen cartas en este asunto?
Por ahora, solo sabemos que las autoridades de Bucaramanga, Girón, Floridablanca, Piedecuesta y Santander se reunieron el 22 de agosto en un consejo de seguridad metropolitana en Bucaramanga, para tratar el incremento de inseguridad que se acoge donde se determinó reducir el horario de diversión nocturna los días Jueves, Viernes y Sábados hasta las 2:00 am y restringir motocicletas con acompañante dentro del cuadrante comprendido entre la carrera 33 y la carrera 36, desde la calle 41 a la calle 56 de Cabecera del Llano de 6 pm de la tarde a 12 de la noche. ¿Será esto la solución de fondo?
A pesar de ello, el fin de semana que cursó denotó que por más de que se establezcan horarios y restricciones, los desórdenes, desmanes y la contaminación generada por el descontrol de estas actividades son cada vez más evidentes y peligrosas para toda la ciudadanía. Pues es fácil percibir un domingo en la mañana residuos de vidrios, latas y demás elementos cortopunzantes en vía pública denotando el desorden social del sector.
Indagar en la transformación cultural es un referente cuando el cambio debe englobar acciones concretas desde las reglas y normativas que se rigen en cada establecimiento, es decir, que como sitio de recreación y dispersión tengan las medidas, protocolos, seguridad y adecuaciones para salvaguardar la integridad de las personas que solo buscan distraerse unas horas. Debemos cuestionarnos más allá de diseñar temporalmente restricciones de movilidad, el tomar conciencia de vivir y convivir en una sociedad con armonía, empatía y sobre todo respeto por la integridad.
La inseguridad de Bucaramanga se está apropiando de cada ciudadano que intente tener una vida tranquilla y modesta, y no nos hace falta estadísticas para entender que a hoy la zona comercial más concurrida y de diversión nocturna que más conflicto ha tenido es “Cuadra Play”, Ya que se ha convertido en el dolor de cabeza de las actividades policivas debido a sus últimos detonantes de inseguridad y desorden público.
Ser vecino de esta zona es el peor martirio que un Bumangués pueda tener. Nadie desea llegar a su casa después de las 6:00 de la tarde donde la invasión del espacio público, ventas ambulantes, expendio de drogas, y altos números de personas en estado de alcoholemia producen un detonante circunstancial donde tarde o temprano puede cobrar la vida de alguien como ya ha pasado en años anteriores.
Esta zona debe ser un ejemplo de cultura ciudadana y para ello se requiere ejercer campañas de sensibilización que promuevan más que las buenas prácticas nocturnas, estrategias que permitan garantizar la seguridad de todos los bumangueses, que quiéranlo o no cuentan con un sitio play que ya no es tan play.
Amanecerá y veremos. Siempre expectantes y con la firme convicción de que en un futuro se pueda dar una convivencia social muy play.
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*Acount Auditor-QA / MBA y Máster en Project Management. Auditor interno BASC. Administradora de Negocios Internacionales y Especialista en Mercadeo Internacional de la Universidad Pontificia Bolivariana.
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