Por: Javier Orlando Acevedo Beltrán/ Hace tan solo algunos meses los universitarios del país salieron a las calles de nuestra patria a luchar por su futuro, ¡y sí!, digo “su futuro” porque abordaron las carreteras urbanas y nacionales de las ciudades y municipios de nuestro país, exigiéndole al gobierno más recursos en las universidades públicas de la nación y de esta forma lograr obtener el músculo financiero necesario que permita ofrecer calidad educativa y mantener una infraestructura física digna en sus claustros.
Como resultado de esta gran iniciativa universitaria se consolidaron y nacieron movimientos estudiantiles que después de varias y masivas actividades de protesta social, lograron llegar a acuerdos muy importantes con el Gobierno Duque; sin duda alguna fueron acuerdos sin precedentes en la historia de Colombia, eso sí, cabe acotar que varias marchas se vieron enlodadas por actos vandálicos promovidos por personas externas y mal intencionadas, se rumora que con tintes políticos, pero en resumen la protesta fue muy resilente y se desarrolló en el marco del diálogo permanente.
Hoy, después de pasar unos meses podemos resumir que los jóvenes universitarios lograron una conquista para la educación en el territorio nacional, lograron unirse en pro de una causa, por ser la causa que los toca directamente y en primer lugar a ellos y por ende a todos, y eso me hace deducir que si una causa une a los universitarios no hay barrera que los pueda detener. Entonces, me pregunto ¿Por qué si los jóvenes mueven el país con una causa, por qué ellos mismo no cambian el cauce de Colombia?
El cauce de esa Colombia invadida por la corrupción a todo nivel, un país que navega en ríos de sangre a diario producto del narcotráfico y de la misma intolerancia, una sociedad colombiana con sed de desarrollo, investigación e innovación y un territorio donde brota la desigualdad, y parece no importar a los próceres de la patria, es por esto que mi invitación y casi que súplica es incitar a estos jóvenes a que ahora que estamos ad portas de las nuevas elecciones regionales y locales, sean ustedes los nuevos líderes políticos que a su vez se apropien de otras causas igual de importantes a la educación, como por ejemplo la salud, la sostenibilidad ambiental, la generación de empleo, y a combatir los problemas ya mencionados ¡Ya basta de estar criticando a los políticos desde un celular o en las calles!
La única forma de cambiar el cauce de nuestro país es teniéndolos a ustedes en los concejos, alcaldías, y más adelante como congresistas; ustedes deben entender que la nación los necesita y ¡No es mañana, es hoy que deben tomar el sartén por el mango!
Eso sí, deben ser autónomos y autocríticos y no caer en el juego de la manipulación de los sectores de izquierda o derecha, los nuevos líderes no deben ser propiedad de los “salvadores de la patria”, los líderes estudiantiles deben ser independientes y con carácter, ojalá de centro (si así se quieren llamar) y no ser tibios como los que se dicen ser los líderes del país en el “centro” que evidentemente hoy no tiene una representación nacional ni un horizonte claro.
Son ustedes jóvenes universitarios los llamados a cambiar la historia, que este territorio sea su gran causa y ustedes generen un “nuevo cauce para nuestra Colombia”.