Por: Luis Alfredo Bonza Forero/ “Lo justo, lo injusto, no son productos de la naturaleza sino de la ley” con esta reflexión inicio la presente columna, cifrando cronológicamente desde la fundación de las Unidades Tecnológicas de Santander, no siendo un secreto agonizaba no en una UCI, sino en las instalaciones de un lugar deplorable hoy el casi desaparecido Instituto Dámaso Zapata, arrinconada en un cuarto piso de vetusta edificación, donde no tenía apoyo por displicencia del sector oficial, porque las UTS flaca en otrora era auxiliada a medias, luego sus logros no los disfrutaban los corruptos de turno, afirmando existieron funcionarios muy buenos, otros petardos, (desastrosos), y quien la regenta con lujo de detalles en sus 60 años de labor en la enseñanza superior.
Las UTS no funcionó con regencia de funcionarios incapaces e innombrables, dicen su paso por el ente fue cobrar un sueldo y pare de contar, afortunadamente llegó un nuevo rector, Víctor Raúl Castro Neira, relevante funcionario en el desempeño de sus actividades en las diferentes entidades estatales, como director de diferentes dependencias del orden nacional, departamental, municipal, su orgullo, mostrar su éxito, por ello cuando asumió la rectoría de las demacradas Unidades logró sacarla del exilio que estaba, reubicándola a donde hoy funciona, no sin antes construir la primera etapa moderna del ente educativo declarado auto sostenible, su recuerdo apreciable es su laurel asido a su labor acreditada.
Llega como regente el nefasto Óscar Omar Orozco, que apadrina un político hoy fuera de contexto y derrotado, llevó un “mutualista” su socio Fabio, quienes acabaron la cooperativa de la UTS, donde afloraron los autos prestamos, el mayor fiador en esa época fue el director financiero de la entidad, (Fabio), atérrese, llegó a fiar hasta 25 socios y más, dicen, la plata salía de la cooperativa y entregada al “cacique”, lo cierto es que la cooperativa quebró, las denuncias penales no se hicieron esperar, pero como siempre sucede -opino- no ha pasado nada; bueno sería que la justicia revise este proceso dando a conocer resultados de la investigación al país: la “yunta” desarmaba hasta un balín de acero manejando las UTS como finca de su propiedad.
Pasados los actos perniciosos del “dúo obscuro” asumió la rectoría el intelectual, visionario, idóneo, probo, digno, Omar Lengerke Pérez, quien logró a sacar de la fosa administrativa a las UTS, ante la crítica situación del ente, ante los episodios presuntamente tramposos realizados Orozco y su inseparable avalista; Lenguerke llegó a cumplir su misión, restaurar la confianza en la entidad, a fe lo consiguió por su trabajo arduo con su equipo de funcionarios, hoy con la bendición de Dios figuran las UTS en un sitial de alto privilegio, honor, respeto por la institución de alta nombradía nacional e internacional, recibiendo diferentes distinciones por su labor abnegada al frente a una institución seria, responsable, y honesta.
En mi condición de periodista de Corrillos, reconocer perennemente en alto grado a Omar Lengerke, a quien le correspondió la celebración de los 60 años de existencia de la Unidades, quien siguió ampliando las instalaciones del ente en beneficio de los educandos, asegurando su gestión es codiciada por su trabajo leal destacado, sus calidades humanas fuera de serie, por ello desde esta tribuna reciba nuestro abrazo fraterno, deseándole más triunfos en predicamentos, no siendo ajeno, el señor Lengerke sea llamado a posesionarse en un imponderable cargo público, cuando la oportunidad de nuestro hacedor fije su elección.
Felicitaciones a las UTS tienen un rector para rato con norte prominente. ¡Aló detractores!
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*Periodista