Por: Óscar Prada/ La violencia obstétrica, son los maltratos y abusos por parte del personal médico, en la prestación de servicios inherentes a la salud reproductiva de las personas gestantes.
Indiferencia al dolor, tratos crueles y degradantes, reproches hacia las decisiones de la persona gestante, dilaciones injustificadas de la IVE[1], y mostrar como arrojan el feto abortado en una cesta de basura; son algunas de las conductas que configuran violencia obstétrica, a voces de la Corte Constitucional colombiana.
En vista de lo anterior, han surgido nuevas disposiciones legales en Colombia para hacerle frente a este tipo de violencia. Leyes como las “de brazos vacíos” y “parto digno”; solventan la falta de protocolos de duelo por muerte del bebé; al igual que los múltiples siniestros que ocurren en las clínicas y hospitales durante el trabajo de parto.
Pese a dichos avances legales en contra de la violencia obstétrica; ésta sigue cimentándose bajo los estereotipos de género y machismo; los cuales minimizan el sufrimiento de quienes la padecen, haciendo que se cometa con cierta normalidad lo claramente inhumano
Concebir los picos hormonales producto del embarazo como amplificadores de los sentires de las personas gestantes; no justifica la falta de control al dolor y atención a los requerimientos del paciente. Lo anterior deshumaniza los servicios médicos e incentiva las complicaciones en las labores de parto.
En la misma línea, es también invisibilizada la violencia obstétrica; al no hablarse de los hombres transexuales y personas no binarias con capacidad de gestar. Son segmentos poblacionales susceptibles a mayor discriminación por parte de los servicios sanitarios, al concebir erradamente su “inexistencia”.
Asimetría de la relación médico-paciente
Por otra parte, la relación médico paciente, se basa en el respeto, la confianza y la comunicación. Naturalmente el medico ostenta mayor información que el paciente; por ende, ejerce cierto poder sobre él. De manera general, dicha asimetría se corrige mediante una comunicación clara entre el galeno y su paciente; de lo contrario dicha situación propicia la comisión de violencia obstétrica.
Prácticas como la inducción del parto sin consentimiento, donde las contracciones farmacológicas son aproximadamente diez veces más fuertes que las naturales; no solo hacen sufrir a la persona gestante; sino que inciden en el estrés del que está por nacer, facilitando complicaciones como la aspiración de meconio[2].
Con ello, nuevas tendencias como el parto humanizado, donde se tiene mayor preponderancia y respeto por las necesidades y creencias de la familia, surgen en contravención de la violencia obstétrica.
Es un tipo de violencia transversal y compleja
La violencia obstétrica, no solo está puntualizada de forma incidental entre el personal médico y el paciente. Detrás de ella, existen factores que facilitan su permanencia; que van desde los recursos del paciente, condición del establecimiento médico y la prelación administrativa sobre el diagnóstico.
Es por ello que la medicalización innecesaria, y el incentivo de procedimientos que devenguen más recursos para las instituciones médicas; lamentablemente gestan el violentar obstétrico.
Es un hecho notorio que el parto natural otorga un menor reembolso que una cesárea; este última, que debería ser una opción residual, se convirtió casi en la regla general. En Colombia la tasa de cesáreas para el año 2020 fue del 44.6%, cuando el rango recomendado por la OMS es del 10% al 15% de los nacimientos.
Cabe mencionar que los datos y situaciones expuestas son apenas la sombra de un problema que no se logra identificar con plena claridad. Hay mucho por hacer para disminuir la aparición de violencia obstétrica en las instituciones médicas.
De allí que la creación de nuevos protocolos de atención para evaluar las necesidades de las personas gestantes, junto con la capacitación continua del personal médico y el fortalecimiento de una red de denuncia que sancione a las instituciones responsables; son alternativas clave para abordar esta problemática.
El tema es extenso; los casos de violencia obstétrica, implican por regla general una serie sistematizada de actos vulneradores a las personas gestantes, desde el momento del diagnóstico, hasta la posterioridad del parto, en cabeza de múltiples trabajadores de los servicios de salud.
En síntesis, la violencia obstétrica se perfila como un trato cruel e inhumano que está expresamente prohibido en el ordenamiento jurídico colombiano, lo que hace injustificable su ocurrencia, en cualquier caso. Identificarla y abordarla, es el primer paso para contrarrestarla.
Nota: La columna presentada, es un breviario de lo dicho por la Corte Constitucional en la Sentencia T 576 de 2023.
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*Estudiante de Derecho
Contacto: 3017716507
X: @OscarPrada12
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor)
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[1] IVE: Interrupción voluntaria del embarazo
[2] La aspiración de meconio es una complicación pulmonar que se produce cuando un recién nacido inhala meconio en sus pulmones. El meconio es la primera materia fecal del bebé, que es espesa, pegajosa y de color verdoso oscuro