Por: Diego Jaimes/ Son las 8:00 de la noche y ya no se escuchan los aplausos en favor del personal de la salud, tampoco las notas del himno nacional, el ánimo muy abajo para muchos, lo anormal se volvió cotidiano, nos acostumbramos a saludar sin abrazarnos ni darnos la mano.
Pensamos muchos que para julio todo volvería a la normalidad, esperábamos una cura instantánea, tan mágica como el mismo virus.
Pero lo cierto es que todo parece empeorar, las cifras de contagios y muertes aumentan en el mundo, el virus muta y en el corto plazo no parece que haya una solución contundente y peor aún, la efervescencia de la solidaridad se diluyó, no vemos en redes a alcaldes y gobernadores entregando mercados u ofreciendo ayudas para pagar los servicios públicos, los bancos aunque nunca fueron solidarios con sinceridad, abrumaban con publicidad su generoso congelamiento de dos meses en las cuotas o la famosa refinanciación, los arrendadores aceptaban con resignación el atraso en los pagos.
Pero los juzgados ya van a abrir y con ello el río de demandas ejecutivas que exigirán el pago de lo adeudado llegará, se vive entonces con la angustia de perderlo todo.
Ahora bien, no se sabe que es peor, si morir por el virus o morir de hambre y desesperación, la falta de trabajo e ingresos revientan a cualquiera, desespera, destruye hogares y acaba hasta con el amor.
Con $160.000 mensuales no vive nadie, que son las dichosas ayudas que ofrece el gobierno a unos pocos en el país; si se pudo abrir el Día sin IVA para que la gente gastara su dinero o se endeudara para comprar cosas innecesarias y banales, favoreciendo solo a las grandes superficies.
Pues, abramos ya todo, que el pequeño comerciante atienda sin temor, que trabaje el ambulante, que se reactiven los restaurantes y los cines, que cada uno se defienda con lo que sabe hacer, con lo que produce, con lo que siempre llevó el pan a su familia, claro está, con las medidas de protección que tenemos a la mano y aunque no me guste decirlo con el famoso “autocuidado”.
*Abogado y Especialista en Derecho Administrativo.
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