Iniciando la semana, el gobierno de Gustavo Petro presentó a la opinión pública el documento que contiene detalles pormenorizados del Presupuesto General de la Nación para la vigencia 2025. Tras la liberación del documento, diversos sectores de la opinión y la cosa pública han puesto de presente sus reparos.
La ‘carta de navegación’ en temas de hacienda pública para el gobierno de turno, plantea que de los $523 billones solicitados, alrededor de $327,9 billones, es decir, un poco más de 62,7 % se destinen exclusivamente para gastos de funcionamiento: pago de bienes y servicios profesionales.
Otros $112 billones para atender las obligaciones relacionadas con el servicio de la deuda y un remanente de $82,5 billones con la intención de impulsar la inversión pública. Las críticas se han centrado en este rubro, pues, este porcentaje es cuatro veces menor al que se destinará para burocracia.
Sin embargo, Fedesarrollo, centro de estudios avanzados en economía y finanzas, fijó sus ojos en otros aspectos y lanzó varias advertencias en cuanto a las metas de recaudo propuestas por el Ejecutivo, teniendo en cuenta que superan por mucho las del año anterior, que no pudieron materializarse.
“[…] El Ministerio de Hacienda estima ingresos tributarios de $316,5 billones, $26,6 billones por encima del estimado por el propio gobierno en el marco fiscal de mediano plazo, publicado el pasado 14 de junio. Estas cifras implicarían un crecimiento de los ingresos tributarios del 22,4% frente a la meta de 2024 ($258,6 billones), más de tres veces el crecimiento del PIB nominal, que se estima alrededor del 7,4% en 2025. Como porcentaje del PIB, los ingresos tributarios aumentarían de 16,3% del PIB a 17,8% del PIB, un incremento de 1,5 puntos porcentuales”, señala el boletín de prensa difundido por el tanque de pensamiento.
Sobre estas expectativas bastante optimistas desde el Ministerio de Hacienda, el director ejecutivo de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, es enfático en afirmar que la Ley de Financiamiento que pretende apalancar el ambicioso presupuesto podría ser contraproducente para la frágil economía nacional.
“Hay un riesgo alto de que estos ingresos adicionales no se materialicen, ya que $12 billones tendrían que provenir de una reforma tributaria que podría afectar aún más la recuperación económica, y los restantes $14,6 billones no parecen tener una fuente confiable”, aseguró Mejía.
El ejecutivo insiste en que los números proyectados son de difícil cumplimiento, hecho que a futuro pudiese generar un déficit mayor, por eso, recomienda una disminución de al menos $26 billones de la cifra presentada recientemente.
“El Gobierno nacional ha mostrado un importante compromiso con el cumplimiento de la regla fiscal, tomando decisiones difíciles como el aumento del precio de la gasolina y el reciente recorte en el presupuesto de 2024. Para continuar en la senda de consolidación de las finanzas públicas del país, es esencial que el monto del presupuesto para el próximo año sea ajustado a la baja”, puntualizó el director de Fedesarrollo.
APN Noticias
