Por: Ismael Ibáñez/ Por muchos años Colombia ha firmado tratados de libre comercio que prometían ponernos de igual a igual con otros países para búsqueda de la competitividad empresarial, sin embargo, en muchos casos nuestro país se encuentra en una notable desventaja comparativa en su cadena productiva un ejemplo es el TLC con los Estados Unidos donde la empresa agrícola cuenta con un respaldo considerable en financiamiento a productos productivos, la tecnificación del campo cuenta un gran avance tecnológico en comparación con el de nuestro país.
El sistema de transporte de Colombia en precario solamente basta con ver las vías de acceso tercería que conecta con las zonas rurales de Colombia, un campesino prefiere que el cultivo se pierda en el árbol o en la planta que sacarla al mercado porque el costo del transporte es tan alto por las malas condiciones de las vías que no es rentable comercializarla en zonas de difícil acceso.
Para el caso de China este país paga una mano de obra a bajo costo gracias a su desarrollo tecnológico, y el modelo de economía de escala, en el caso de Colombia está en trámite una reforma laboral que no genera empleo sino todo lo contrario encarece los procesos productivos porque al aumentar el costo de un fin de semana laboral, y entrada en vigencia de la reducción de las horas semanales de 48 a 42 a partir de julio del 2026 significará para cada empresario contar con 6 horas menos de trabajo semanal para un total de 24 horas mensuales es decir tendrá que pagar 0.5 de un salario mínimo por menos tiempo de trabajo sin desmejorar las condiciones laborales a los empleados.
En tal sentido cada vez las Políticas de los gobiernos van encaminadas a encarecer la mano de obra formal y que las empresas paguen más por menos tiempo de trabajo, todo lo anterior lo que conduce es aumentar los costos fijos del sector productivo y pensar en maquilar su producción en países como China y esto genera un aumento de importaciones afectando claramente la balanza comercial de exportaciones e importaciones.
Antes de pensar en nuevas aperturas de mercados internacionales debemos preguntarnos si estamos en igualdad de condiciones desde un punto de vista PESTEL (Política, Económica, Social, Tecnológicas, ecológicas, Legales) para competir de igual a tu. Lo que puedo prever es un mercado colombiano inundado de un mercado chino que desestima la producción nacional y motiva al empresario en pensar trasladar su fuerza productiva a escenarios internacionales donde la carga impositiva sea menor y la mano de obra no tenga tanta carga económica en garantías de políticas que en su mayoría de veces son impulsadas por la fuerza sindical que no saben que es pagar una nómina y mucho menos como la exigencia de deberes afecta al generador de empleo.
Debemos pensar que las reformas mejoren condiciones para los dos involucrados empleados y trabajadores.
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*Administrador de Empresas, Especialista en Gerencia Empresarial, Magister en Dirección y Administración de Empresas, Doctor (c) en Administración y Dirección de Empresas, Gerente General El Porvenir IG SAS.