Por: César Osorio Mancilla/ “Mas no es completa gloria, vencer en la batalla; que al brazo que combate lo anima la verdad. La independencia sola, el gran clamor no acalla; si el sol alumbra a todos, justicia es libertad”.
La décima estrofa de nuestro Himno Nacional inspira una reflexión profunda en torno a la materialización de las premisas de verdad y libertad en el escenario político contemporáneo.
No pierde vigencia en el imaginario nacional el ceñir el gozo de la victoria a la justicia con la que esta misma se logra; no está demás entender la verdad como el brazo a través del cual, inequívocamente, debe alcanzarse la gloria en la batalla. Así mismo, la independencia no se consuma alejada de la libertad, una libertad erga omnes, una libertad que alumbra sobre todos los individuos abrazándoles al calor de la justicia.
En el pasado ejercicio electoral, tuve el privilegio de encarar la contienda electoral como candidato a la Asamblea Departamental por el partido Colombia Justa Libres, siendo el primero en la lista cerrada de aspirantes para esta corporación.
Sin duda alguna, a pesar de sentir tan cerca la victoria pudimos ver cómo es manejada la transparencia en el proceso electoral de Santander.
Tuvimos que pasar cerca de 15 días en el escrutinio y reconteo de votos, ya que habían algunas anomalías en estos, y logramos recuperar cerca de 1.500 votos más, dejando en totalidad 34.500, este resultado nos costó no solo viajes en el departamento, sino la conformación de muchos equipos de trabajo, dentro de los cuales tuvimos testigos electorales para cubrir nuestras votaciones que son famosas porque siempre nos las embolatan.
En la intervención del Representante a la Cámara por el partido Colombia Justa Libres, Carlos Acosta, la cual tuvo lugar el 13 de noviembre en la plenaria de esta corporación, denunció que esta semana se está perpetrando la más grande violación a las minorías políticas.
Si hay un partido político en Colombia al cual le ha sido difícil posicionarse es Colombia Justa Libres, pues no nos dieron las curules facilmente, nos las ganamos recogiendo firmas, pagando pólizas, pasando los umbrales, y con todas las dificultades logramos llegar al Congreso, después de recobrar más de 30.000 votos, en tan solo 10.000 mesas que nos reabrieron para el reconteo de votos y así poder llegar al umbral de los pasados comicios electorales el 11 de marzo.
Si hacemos una pequeña regla de 3, teniendo en cuenta que en 10.000 mesas recuperamos alrededor de 30.000 votos, ¿cuántos podemos recuperar en los 94.000 restantes?
Aún así, a pesar de todos los obstáculos, llegamos con tres senadores y un representante a la Cámara por Bogotá y nos hemos abierto camino a través de una buena gestión y trabajo duro en el Congreso de la República.
Pero parece que nada es suficiente en este sistema político nacional, puesto que en franca lid pudimos poner a uno de nuestros abogados como Magistrado del Concejo Nacional Electoral, y sin embargo cambiaron las reglas de Juego para dejar por fuera a nuestro representante del partido.
Cuando pensamos en libertad y en la extinción de la tiranía, estamos acercándonos a un mundo más parecido al de Alicia en el país de las maravillas que en la realidad colombiana, pues la ley del más fuerte, más rico y más corrupto, se impone a las nuevas minorías que vienen en avance del segmento gubernamental del país.
Estamos esperanzados en una progresiva renovación con la llegada de esta nueva generación al Concejo, la Asamblea Departamental y a las juntas administradoras locales, para que así haya más justicia, libertad y garantías en los procesos electorales.
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