Por: César Camilo Hernández Hernández/ Hace 200 años, durante el trascurso de los nueve años anteriores, las diferentes razas que habitaban nuestra tierra republicana, batallaban para sellar la victoria de la independencia. Es esa época, criollos, mestizos, negros, indígenas, mulatos y otros, unidos en uno solo, luchaban por dar la estocada final del grito de libertad, desatado por el florero de Llorente.
En aquellos tiempos de enseñanzas y experiencias, que reflejan una vocación autentica de liderazgo, lucha por la democracia, autonomía de poderes y trasformación política, existían verdaderos lideres y un norte común, todos encaminados a una búsqueda de independencia, respeto y progreso.
El sentir del pueblo fue protagonista en varios lugares del territorio Colombiano, tales como: Cartagena, el Socorro y Pamplona. La campaña independista traspasó fronteras llegando a Ecuador, Venezuela y Perú. Un grito de libertad era necesario para el cambio de gobierno, donde las regiones huérfanas de soberanía, tenían los mismos objetivos, obtener la victoria libertadora.
Hoy celebramos estas fechas que se recuerdan con orgullo, pero no representan la actualidad de mi patria. La unión no existe, estamos conformados en uribistas, progresistas, verdes, liberales, conservadores y cada vez mas corrientes nuevas, que nos alejan de la equidad, tolerancia y identidad de un mismo pueblo. Pero lo mas triste, es que seguimos ejerciendo la violencia y discriminación con nuestros compatriotas para resolver las diferencias.
Es necesario retomar una campaña libertadora, pero no de guerras y conflictos, sino de debates de altura, con libertad de expresión, posturas igualitarias y crecimiento equitativo. Como Estado social de derecho, debemos entender que en un país existen ricos y pobres, pero que la diferencia de riqueza no puede ser causa de abuso de derechos humanos, brechas de acceso a servicios, inequidad de inversión y desbalanceo de poderes.
La Colombia próspera, bella y pujante, debe estar cobijada y guiada por lideres que convoquen y no generen resistencia. La ciudadanía, el gobierno y las instituciones, deberán ser garantes de la independencia y respeto, convirtiéndose en punto de partida para la mutación política, social y económica de la región. El pueblo deberá estar en el centro de la estrategia de reformas de fondo donde todo gire hacia el.
La situación actual nos obliga a una metamorfosis integral, no podemos decir que estamos bien, cuando en muchos sectores y aspectos estamos en debacle. El cambio incluye virar como país hacia la cohesión social, generación de oportunidades, libertad de acción y oposición constructiva. El camino debe ser abordado por expertos que creen barreras a gobiernos comunistas o socialistas. No todo puede ser color de rosa, pero si es momento de sembrar nuevas cosechas, desechar lo que marchita y vivir con las espinas.
Para lograrlo, desde los gobiernos nacional y local, se requiere el planteamiento de políticas y estrategias que beneficien a todos, centrándose en tres ejes esenciales; equidad social, inversión priorizada y cero corrupciones. Tenemos con qué y con quienes, nacimos en una nación con diversidad de atributos y potenciales, poseemos excelentes profesionales con gran experiencia en sus sectores y lo mas importante somos una raza verraca y cálida.
Es el tiempo de volver a exportar buenas noticias al mundo, ser ejemplo de progreso, transferencia de conocimientos y políticas exitosas. En un mundo moderno, no podemos retroceder en las malas practicas y estancamiento nacional. Tenemos que prender la locomotora de desarrollo, abordar proyectos innovadores, competitivos y eficientes, abriendo espacios al empleo, la agroindustria, energías renovables, tecnología y emprendimiento.
Hay que iniciar la campaña libertadora por una nueva Colombia, libre de politiquería y populismo, buscando abolir esa polarización de derecha e izquierda. Lo que necesitamos es desarrollo y progreso, vamos para adelante, ni un paso atrás, volviéndonos caudillos en edificar ventaja competitiva en la cadena de valor, con la única meta de construir mejores regiones y personas.
*Ingeniero Industrial, Especialista en Gerencia de Proyectos y Magister en Administración.
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