Por: Hugo Hernando Bernal Vallejo/ La cultura ciudadana, es decir, el conjunto de valores y comportamientos que comparte y expresa una misma sociedad, y que es a su vez explicada por su historia y las normas que la diferencia de otras comunidades, es la base de las normas de convivencia. Por ende, es de esperarse que la cultura ciudadana sea parte de la planeación estratégica de subgrupos de la sociedad con influencia comunitaria, tales como, por ejemplo, las empresas. La promoción de actividades que fortalezcan la cultura ciudadana en las empresas, tanto del sector público como privado, no solo puede hacer que los logros se repliquen a gran escala, si no que puede garantizar el éxito de las actividades empresariales. Culturizar es sin lugar a duda una inversión que deja ganancias.
Desafortunadamente, en la actualidad, existe una vasta mayoría de empresas que no se encuentran preparadas para transmitir o educar dicha cultura ciudadana en sus empleados. La raíz del problema no se basa en el tipo de empresa, ya que es irrelevante si la empresa es pública o privada. El problema radica en la falta de personal capacitado para el planeamiento y o la ejecución de las actividades estratégicas necesarias para entender el concepto de cultura ciudadana, y, ante todo, para concientizar a la comunidad de la importancia de los cambios necesarios para tomar las medidas necesarias que beneficiarían a todos.
La concientización colectiva inicia en el momento en que todos dejan de lado el interés individual para empezar a ser parte del grupo y luchar por la mejora de este.
El reto comienza con y para aquellas personas con influencia en grupos sociales y de empleados. Líderes que por elección social o selección administrativa deben dar ejemplo y son los responsables de promover el cambio. El ejemplo es el mejor mecanismo para enseñar, pero para enseñar se necesita estar preparado. Estos líderes deben dar buenos ejemplos. Barrancabermeja merece tener una Barrancabermeja disciplinada socialmente, pero ello sólo ocurrirá, si sus líderes se preparan para planear estrategias de promoción, si todos sus ciudadanos se concientizan de la importancia de mantener una cultura ciudadana y de promover un cambio positivo que se contagie en quienes lo rodean.
Si yo te respeto, tú me respetas, pero si no siembro no recojo. Hazle a tu semejante, lo que quiera que Dios te haga a ti.
Cada persona asigna un valor a las cosas de acuerdo con patrones consistentes individuales y únicos que componen su estructura de valores. Es por eso por lo que somos diferentes. Todos pensamos de manera distinta el uno del otro. Eso es lo que estructura nuestra personalidad. Cuando se pierde o alteran valores como la tolerancia y la disciplina, entre otros., también se altera la cultura ciudadana. Se llama ausencia de cultura ciudadana, cuando las decisiones de una persona dejan de ser coherentes con lo que se identificaba a su estructura de valores.
Antanas Mockus, desde la alcaldía de Bogotá, definió “la cultura ciudadana como el conjunto de los comportamientos, valores, actitudes y percepciones que comparten los miembros de una sociedad urbana; y que determinan las formas y la calidad de la convivencia, influyen sobre el respeto del patrimonio común y facilitan o dificultan el reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos”.
Analizando la definición encontramos: 1) Convivencia y la civilidad, 2) El respeto entre las personas, 3) Respeto por el espacio público, 4) Por el medio ambiente y 5) El patrimonio ciudadano.
El propósito es la interiorización del concepto de cultura ciudadana, que en sí mismo, constituye un proceso pedagógico que tiene como intención la formación de una conciencia ciudadana, que se traduce en el cultivo de valores en niños, jóvenes, adultos, ancianos, visitantes, en fin, a todos, a amar la ciudad, a tener sentido de pertenencia(La ciudad nos pertenece a todos) e identidad, irradiando mentalidad comunitaria, a sentir dolor. Educando al ciudadano, para que tenga conciencia como tal.
La base de la cultura ciudadana es la concientización del colectivo. Todos los seres humanos que habitamos en Barrancabermeja, por ejemplo, somos distintos, y esto antes de ser un problema es una oportunidad para sacarle provecho. Si aprendemos del otro, si le enseñamos al otro, modelamos nuestra vida individual y nuestra conducta se traduce en el colectivo.
La clave de la cultura ciudadana es el conocimiento, obediencia y respeto por la norma, somos muchas personas distintas que vivimos en una misma ciudad, es necesario que haya normas para que tanto unos como otros tengamos independencia y respetemos al otro como ser humano, eso es civilidad.
Estimular y promover la formación de comportamientos y hábitos para la convivencia en la ciudad, es nuestra misión. Las personas son la principal riqueza de una ciudad, es necesario crear mecanismos para que el ciudadano aplique, promueva y multiplique con el ejemplo el civismo, la cultura y la participación ciudadana, para mejorar el lugar que habitamos.
La participación ciudadana, otro elemento clave de la cultura ciudadana, consiste en intervenir en las decisiones que afecten la ciudad, nos garantiza la construcción de una mejor calidad de vida para los ciudadanos. Si nos preocupamos por la ciudad, como lo hacemos con nuestras casas, los niños que son los ciudadanos del futuro replicaran nuestro ejemplo.
En conclusión, la Barrancabermeja que soñamos está en la mano de cada ciudadano que reside en ella. Solo necesitamos un cambio de actitud frente al concepto de lo ajeno. No somos forasteros o foráneos de la ciudad donde vivimos, y no es del gobierno distrital, es de nosotros, nos pertenece a todos, es nuestra casa.
Es nuestro deber histórico construir un mejor futuro para las próximas generaciones, dejemos de ser indiferentes de nuestra ciudad. No seamos parte del problema, seamos parte de la solución, sino hace parte del primero o del segundo, al menos hablemos en positivo. No nos quejemos, más bien preguntémonos que estamos haciendo por ella.
Ciudadanos, nos merecemos la mejor ciudad, para eso es necesario ser mejores ciudadanos y ciudadanas comprometidos con el progreso, conscientes de lo colectivo, respeto a las diversidades culturales, el mejoramiento de vida de las personas y el orgullo por la identidad y pertenencia de la ciudad.
La coherencia del interés ciudadano debe coincidir con el de la familia y a su vez con el de la ciudad, que son mejores condiciones de vida de la ciudad que habitamos.
*Abogado, poeta e investigador cultural.