En ese bello poema de Kavafis, “camino a Ítaca” nos habla que es más importante el viaje, el camino, que la meta y nos dice en sus apartes: “Cuando emprendas tu viaje a Ítaca, pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias, no temas a los lestrigones ni a los cíclopes, ni al colérico Poseidón, que muchas sean las mañanas de verano, en que llegues con qué placer y alegría a puertos nunca vistos antes.
Por: Jesús Heraldo Rueda Suárez/ Los sueños, los propósitos, las metas o grandes objetivos son muy importantes, pero nuestras vidas no sólo se pueden vivir a través de ellos, necesitamos ser flexibles y sobre todo disfrutar el camino, la experiencia.
¿Recuerdan que cuando estábamos chiquitos nos daban esos consejos o sugerencias sobre qué debemos hacer para vivir bien o hacer bien las cosas?
Es posible que muchos terminemos solamente persiguiendo un sueño y viviendo exclusivamente para cumplirlo, de seguro ese sueño es importantísimo, pero debemos tener presente que tan solo es una parte de todo lo que realmente somos, lo importante es disfrutar del camino con todo el sentido metafórico o filosófico que se quiera dar a la expresión.
Por eso, llegar a Ítaca es lo que perseguimos, es el propósito de nuestra vida, les aseguro en realidad el viaje es lo que importa, un viaje que podría ser incluso símbolo de toda nuestra vida; el camino lo gozamos y el camino nos enseña, no solo el mundo exterior, también el conocimiento de uno mismo, por eso a Ítaca solo se puede llegar cuando nuestra vida anochece, una vez que hayamos vivido y disfrutado todo tipo de aventuras y experiencias.
Tal cual como Kavafis nos aconseja, hemos de evitar a los Ciclopes y al fiero, Poseidón, hablando metafóricamente, porque los peligros solo surgirán si los llevamos dentro de nuestra alma, por lo tanto, debemos soslayar nuestros propios demonios, porque no nos van a dejar gozar del camino a Ítaca, pero tengamos nuestra meta siempre presente en la mente porque llegar a ella es nuestro destino.
Sé que muchos de nosotros y me incluyo estamos en ese camino que nos va enriqueciendo y enseñando en cada viaje, quizá en muchas ocasiones no hemos visto la Ítaca real ante nuestros ojos, en otras hemos puesto el pie en ella y la hemos conquistado; que alegría, pero quizá lo más satisfactorio es recordar ese camino que recorrimos para llegar; ya después de lograr esa meta debemos seguir nuestro camino, este todavía ha de ser largo… pero sin ella, sin Ítaca, jamás emprenderíamos el viaje.
Recorrer el camino, llegar a la meta son interdependientes, de nada sirve recorrer un camino que no lleva a ninguna parte. ¿De acuerdo?; Mejor dicho, ninguno de los dos, ni el camino ni la meta pueden subsistir sin el otro, una meta es imposible de alcanzar si no damos el primer paso, el segundo y el tercero o los que sean necesarios para llega a la meta.
Es como ir de viaje, el medio que usemos, un barco, un tren, un avión o un carro, lo que sea, nos servirá para recorrer el camino, para llegar a nuestro destino y éste, lo debemos tener muy claro en nuestra cabeza, es imposible ir con los ojos cerrados durante el viaje porque nos perderíamos de la experiencia de ver, de sentir y no disfrutaríamos tanto el viaje y el momento de llegar.
cuando logremos nuestras metas, debemos ir por otras nuevas, porque eso es la felicidad, seguir creciendo, progresando, y algo muy importante si en ese recorrido, en ese viaje colaboramos y ayudamos a otras personas, eso nos hará sentir más grandes y nuestro viaje será más placentero.
Debemos tener presente que las “Itacas” son nuestras metas, nuestros sueños, nuestros objetivos lo que nos proponemos en la vida, el sentido del poema de Kavafis es que el camino, el viaje, es más importante que la meta, que a medida que avancemos en edad, al recorrer el camino hemos ganado experiencia y conocimiento y lleguemos a ese puerto llenos de felicidad.
Finalizo con este bello aparte: “Ve a muchas ciudades egipcias aprender y aprehender de sus sabios, ten a Ítaca siempre en tu mente, llegar ahí es tu destino, más no apresures nunca el viaje, mejor que dure muchos años y atracar viejo ya en la isla, enriquecido de cuanto ganaste en el camino, así sabio como te has vuelto con tanta experiencia entenderás ya, ¿qué significan las Ítacas?”
Cuantos, al finalizar un día, nos preguntamos: ¿y hoy que hice?, ¿disfrute, viví, aprendí en esas 8, 10 o 12 horas de recorrido, de viaje?, esa es la idea que no pase un día, una hora, un instante, para vivir, para aprender, para avanzar, recordemos todos tenemos un viaje el cual un dial llegara a su fin, disfrutemos ese viaje.
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*Profesional en Mercadeo
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