Por: Fredy Horacio Chinchilla Reyes/ Un dantesco hecho se presentó el 9 de enero del 2019, ese día el señor Leonardo Mendoza Ardila fue vilmente asesinado por un criminal y delincuente reconocido quien reside en el Barrio La Concordia y quien gozaba de detención domiciliaria por otros delitos y minutos antes había atracado a un joven y lo había dejado herido en su mano. Todo un hampón de gran peligrosidad que de la manera más irresponsable y demencial un juez dejó prácticamente en libertad al darle ‘hotel por cárcel’, si claro, muy seguramente el ‘hotel mama’.
El señor Mendoza Ardila era residente del sector, en gran medida querido y apreciado por muchos vecinos del sector y no quiero apelar a la típica frase que todo fallecido era bueno, porque la realidad era esa, muy apreciado y querido entrañablemente por quienes los conocieron ya que casi toda su vida vivió en La concordia. Su partida dejó un vacío muy grande por sus calidades humanas, su don de gentes, su capacidad de servicio y ese maravilloso carisma que lo caracterizó.
Hasta acá, para muchos esto se constituye en una cifra más, otro dato para estadísticas que se convierten solo en eso números fríos que se confunden con la indiferencia propia que dan resultados numéricos.
De lo anterior me pregunto: ¿Cuál es la responsabilidad de las autoridades competentes? En mi opinión, mucha y esto se debe a las irresponsables, irrespetuosas y complacientes aseveraciones que hace unos meses el alcalde Rodolfo Hernández Suárez expresaba cuando un ciudadano a través del Facebook Live “Hable con el Alcalde” le cuestionaba sobre lo desbordado que estaba la seguridad. Con la insensatez que caracteriza al Mandatario le respondió: “¿Qué hago los encarcelo, los mato? Es que son pobres y deben trabajar”.
Es acaso esto lo que debe responder un mandatario, no es de suponer que la inteligencia, la sensatez, el buen juicio y además el sentido común que para el caso de este señor es el menos común de los sentidos y donde la chabacanería, la vulgaridad, la gaminería, el insulto; son propios de un personaje que la verdad desdice en todo sentido de la gran dignidad que el cargo amerita.
Si bien no podemos afirmar que el alcalde es el responsable directo del lamentable asesinato de Leonardo, ni más faltaba, pero semejantes declaraciones dejan abierta la puerta a los criminales de todas las calañas y estirpes a hacer de las suyas y en este caso pasó factura con la vida de un extraordinario ser humano. Se le olvida al alcalde que cuando se señala con cuatro dedos a otros, hay un pulgar que lo señala a él mismo.
Si bien la lucha contra la corrupción debe ser una máxima en la administración pública por supuesto, pero cuando algún servidor tiene rabo de paja y muy largo, más aún si su trayectoria sea pública o privada deja muchas dudas o intereses muy marcados en diversos temas; se pierde la autoridad moral para señalar a otros iguales o peores.
Ahora bien, para enfatizar el tema de la seguridad se ha llegado a tal nivel de degradación que la delincuencia no tiene escrúpulos pues alentados tal vez o presuntamente por las declaraciones del ‘Súper Alcalde’ hace solo unos meses fue atracada una adulta mayor de 88 años, si señores 88 años, la cual fue agredida de forma alevosa y lanzada de forma violenta al piso además le apuntaron con arma de fuego que por poco fue accionada por los criminales y que afortunadamente eso no sucedió. Esta adulta mayor quien es mi señora madre estuvo a punto de ser asesinada por unos pocos billetes y que a pesar de haber presentado los denuncios respectivos hasta la fecha no ha pasado absolutamente nada y no pasará nada y espero no suceda lo mismo en el caso de Leonardo Mendoza Ardila, pues al parecer el abogado defensor de quien le quitó la vida a Leonardo alega legítima defensa. Habrán visto ustedes semejante descaro, pero esa es la estructura garantista de nuestra legislación en Colombia a pesar de haber suficiente evidencia fílmica y de testigos en este reprochable crimen.
Alcalde, usted no puede seguir siendo tan irresponsable, insensible, insensato e incendiario. Recuerde que la demagogia de medio pelo y el populismo son bases de la anarquía y ejemplos hay por doquier en el mundo. Que quiera combatir la corrupción muy bien, pero tenga autoridad moral, que sus palabras se enmarquen en la sabiduría, un adulto mayor como usted -se supone- esa sabiduría es su permanente compañera, pero en su caso la dejó muchos años atrás y vea como el pez se podría comer su propia carnada, recuerde estas palabra: “No hay cosa más peligrosa que un corrupto disfrazado de honesto”.
En cuanto al hecho del homicidio del Leonardo Mendoza Ardila, este sucedió frente a las instalaciones del CAI La Concordia, la plaza de mercado se ubica solo unos pocos metros. Es de destacar que el fallecido siendo buen ciudadano al intentar darle captura a quien lo asesino, minutos antes habían atracado en compañía de otro delincuente un joven y le habían causado una herida de consideración en la mano pero que afortunadamente sin mayores riesgo para la integridad del joven afectado.
La reacción de la Policía, a pesar de la cercanía de los hechos, no respondió oportunamente y ya vemos el triste y lamentable desenlace.
Rodolfo Hernández Suárez, Alcalde de Bucaramanga, somos muchos los ciudadanos que entendemos la política y la ejercemos (mas no la politiquería), deje ya su estrategia de manipulación, quienes entendemos del tema no nos dejamos meter los dedos a la boca y sepa que para las verdades el tiempo y el tiempo es el mejor de todos los jueces, que se combata la corrupción es una constante de todos, no es solo suya.
Sin excusas, un servidor público debe ser honesto, su tarea está implícita y no producto de una avanzada o tarea central, además porque hay otros grandes temas que no dan espera y el sensacionalismo, el populismo con que se aborde el tema marca una peligrosa ruptura social y además puede crear conflictos de gran escala. Lo que usted diga o haga puede ser el inicio de un nuevo prometedor rumbo o un conflicto con desenlaces catastróficos, así que como bien y sabiamente lo dice mi madre: “La lengua es el azote del rabo” y usted debe ser responsable, sensato y mesurado, no hacer discursos incendiarios.
Combatir la corrupción es una noble tarea, no puede ser una estrategia solo para ganar votos, lo suyo no es más que demagogia y populismo peligroso generador de odios. Y esto sucede porque los estrategas aprovechan la terrible ignorancia política de un pueblo, o peor aún, la política le es indiferente.
Twitter: @fredy_asesor
