Por: Fray Andrés Julián Herrera Porras, O.P/ Cada vez que inicia un año — como si no se iniciara y terminara un año cada día— se pone de moda hablar de propósitos, de metas. Parece que, con el paso del 31 de diciembre al 1 de enero se hiciera una especie de borrón y cuenta nueva, que el mundo entero se reseteara y con él todo lo pasado para dar paso a un devenir que está por construirse y que todos queremos empezar a partir de grandes expectativas, dejando de lado todo lo pasado.
El país entero se suma a esta idea de fijar nuevas opciones, nuevos derroteros políticos para el futuro, con mayor razón cuando estrena mandatarios locales, — esos que parece que reciben con el cargo de “alcalde”, o cualquier otro, el título de “doctorado”— los “doctores” que quieren empezar con pie derecho su administración. En el nuevo año salen, para bien o para mal los anteriores gobernantes y dan paso a los que decidimos, porque decidimos, sean quienes nos gobiernen los siguientes 4 años. Toda una tabula rasa en la administración pública, que muchas veces implica el olvido de las obras iniciadas.
Uno de los propósitos más comunes es ponerse en forma, lograr el peso ideal o mejorar la condición física según un estándar que suele implantar la misma sociedad. En principio, estoy de acuerdo con la idea de buscar una vida más saludable, más allá de los cánones establecidos claro está, sin embargo, es bueno preguntarnos: ¿cómo lograr una vida saludable con los niveles de contaminación de nuestras ciudades? ¿de qué sirve trotar una hora diaria si nos corresponden 2 o 3 horas al día en transporte público? ¿realmente se puede pensar siquiera en una vida saludable en medio de un modelo basado en la productividad de muchos en favor del bolsillo de pocos?
Otro propósito muy común por esta época del año es el de organizar mejor nuestros horarios, nuestros espacios, en ultimas, organizar mejor nuestra propia vida. Empero, la idea de “poner en orden algo” implica de suyo que se sepa el lugar correcto en el que deberían estar, es decir, yo puedo organizar libros según su autor “en orden alfabético” porque sé el alfabeto y puedo ir poniendo un texto Coetzee antes de uno de García Márquez porque sé que la “c” va primero que la “g”. Ahora bien, en nuestra vida, ¿qué debería ir primero? ¿cuál es la verdadera prioridad en los horarios de las personas? ¿se puede dar prioridad a la vida antes que a la rutina misma? ¿la salud mental es parte de nuestras prioridades?
Dejar algún vicio es otro buen proposito que podría plantearse en muchas listas de inicio de año, dejar el cigarrillo, el alcohol, las redes sociales, o cualquier otra adicción. En principio se trata de una meta loable, quisiéramos también, por ejemplo, que el alcalde de turno de cualquier municipio no se robara un peso de erario público.
El problema real radica en que tanto el político corrupto como el vicio alguna vez dejamos que hiciera parte de nuestras vidas, no son más que una consecuencia de un problema más grande. El primero, el ladrón, es producto de una democracia que hace que el futuro gobernante empiece desde su campaña ya empeñado al mejor postor — quien esté interesado en ahondar un poco le recomiendo revisar una columna de hace un par de años denominada Costos ¿democráticos?—; el segundo, usted o yo, somos víctimas de un sistema que nos lleva a malos hábitos que parecieran convertirse en refugio de un mundo hostil y desalmado, inhumano, que nos señala y que solo nos propondrá un vicio nuevo para salir del anterior. Ojalá podamos romper ambos esquemas este año.
Para finalizar esta reflexión, — esperando que inicie con ella la suya, la de quien lee— quiero dejar claro que lo que busco con estas cortas líneas no es llegar al vacío existencial, peligroso de por sí, sino más bien hacernos consientes de la dificultad que tiene el cumplimiento de esas metas para este 2024, no estamos iniciando de cero y debemos tener eso claro, no estamos saliendo de la nada, hay unos presupuestos y a partir de ahí debemos continuar caminando, buscando que se den cambios, apuntando alto pero sabiendo que los pies siguen afectados por la gravedad. A todos un feliz 2024, espero que su listado de metas llegue a cumplirse de forma proporcional al esfuerzo que cada uno le ponga.
Apuntaciones
- Me siento gratamente sorprendido con el papel que está jugando Sudáfrica en el proceso que se adelanta en la Corte Penal Internacional por los excesos cometidos por Israel en Gaza. Ojalá entendamos atreves de este proceso que ninguna muerte violenta es justificable y que toda guerra es perdida.
- Es increíble la expectativa que ha generado el posible fichaje de Arturo Vidal por el América de Cali. Como hincha estoy a la expectativa y anhelo verlo con el uniforme escarlata.
- Mucho ojo a los “mega colegios” entregados a última hora y de forma rápida por la gobernación de Santander saliente. Es importante poner la lupa sobre esas obras que se entregaron en medio de comités de aplausos y, sospecho, poca critica.
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*Abogado. Estudiante de la licenciatura en Filosofía y Letras. Miembro activo del grupo de investigación Raimundo de Peñafort. Afiliado de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino.
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