Por: Andrés Julián Herrera Porras/ Según los grandes clásicos de la filosofía la razón es el elemento diferencial entre el ser humano y los animales, pensar se convierte en algo fundamental para todos los pertenecientes a nuestra especie. De hecho, el gran Tomás de Aquino se atreve a afirmar que aquel que no emplee su capacidad de pensar está en pecado por no hacerlo.
Otros debates posteriores, más cercanos a la contemporaneidad, se han preguntado si es primer el lenguaje o la razón; si primero es el lenguaje, entonces sería lo más propio del ser humano, si no, lo sería el pensamiento.
Más allá de esta paradoja, que podría terminar pareciéndose a si fue primero el huevo o la gallina, es innegable la relación que hay entre pensamiento y lenguaje. De hecho, ya mencioné como las dos acciones repercuten en la creación de realidad en una columna anterior. Somos pensamiento y lenguaje y vemos el mundo de acuerdo con la conjunción entre estos dos elementos.
Uno de los elementos más poderosos del lenguaje y el pensamiento es la capacidad de preguntar, de preguntarnos, la fuerza de cuestionar todo lo que nos rodea. Ese ha sido el inicio de toda la evolución humana —también lo que nos está llevando a la extinción—. Preguntarnos nos permitió resolver ecuaciones matemáticas, crear modelos de Estado y armas nucleares.
Cuestionar la realidad y buscar nuevas formas de vivir o de actuar que mejoren la calidad de vida de los demás, o, preguntarse por la forma en que se invierten los recursos públicos, son formas cotidianas de ejercer lo que suele denominarse pensamiento crítico, de hacer crítica a partir del pensamiento y expresarlas en el lenguaje. Cuestionar todo no es malo en sí mismo, por el contrario, es una muestra de inteligencia aplicada.
A pesar de lo anterior, el pensamiento crítico puede conducir al extremo de la llamada crítica destructiva, el coloquialmente llamado “criticón”. Aquel que se excede, no por pensar suficientemente, sino porque yerra en sus conclusiones, o no sabe medir los niveles en los que realiza su crítica, o porque la realiza sin fundamentos sólidos. Este sujeto — que puede terminar siendo cualquiera de nosotros — termina por dejar de potenciar lo criticado hacia el bien, pasando a generar un malestar destructivo debido a la crítica realizada.
Con esto no quiero decir que no se pueda hacer una acusación después de pensar en algo, ósea, no toda crítica es constructiva para quien se crítica de forma inmediata. Cuando se crítica a un gobernante por ineficiente puede que la solución no sea que él gobernante se corrija de forma personal, sino que se cambie de gobernante para que el próximo en el turno lo haga mejor.
Sin embargo, en el momento de realizar la crítica se debe tener en cuenta la persona, su humanidad, su posibilidad de errar en el bien y de corregirse dentro de lo posible. No podemos destruir las ilusiones del niño que está empezando a colorear por salirse de la línea, obviamente, si podemos mostrarle que lo puede hacer mejor.
Se preguntará el lector qué hizo que me motivara a escribir sobre este tema. La razón es simple: La selección femenina sub-20, mejor, las críticas que le han llovido a las mujeres que conforman el seleccionado nacional después de haber hecho una honrosa actuación en el mundial opacado por una actuación regular en la tanda de penales que las dejo por fuera del torneo en los cuartos de final.
Está bien y es un acto humano pensar que se pudo hacer mejor, que quizá falto preparación para los penales. Empero, es una vergüenza que se atrevan a trapear el piso con las jugadoras y las tilden de “fracasadas” en diferentes redes, solo demuestra la ignorancia y la falta de pensamiento crítico formado de nuestra nación.
No, no son fracasadas, al contrario, son unas duras que, a pesar de toda la falta de apoyo histórico al balompié femenino, una liga paupérrima y un dirigente como Ramón Jesurún —que aun no entiendo como sigue al frente de la federación —, lograron una gran actuación y demostraron un nivel altísimo en la competición.
Apreciado lector, usted puede seguir criticando la selección, pero, por favor, hágalo desde el pensamiento crítico, busque todo el contexto de las jugadoras y piense en cómo su crítica puede repercutir para mejorar los procesos. De lo contrario, mejor no sea replicador de odios infundados, ni de críticas mal formadas.
Apuntaciones
- Estoy sumamente angustiado por el futuro de las negociaciones con el ELN. Entiendo que no se puede seguir negociando en medio de atentados estúpidos de la guerrilla. Sin embargo, tampoco se pueden cerrar los caminos a la paz, hay que seguir buscando maneras, de lo contrario, cómo en toda guerra, todos perdemos.
- Israel es un Estado constituido, cómo tal no puede seguirse tolerando por parte de ninguno de sus aliados sus comportamientos terroristas en contra de civiles en el Líbano.
- Se vienen algunos proyectos digitales, le invito a que me busque en las redes para que se entere.
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*Abogado. Lic. Filosofía y Letras. Estudiante de Teología. Profesor de la Universidad Santo Tomás de Bogotá. Miembro activo del grupo de investigación Raimundo de Peñafort. Afiliado de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino.
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