Arabia Saudita confirmó lo que muchos temían: el periodista Jamal Khashoggi, crítico del poder saudita y desaparecido desde el 2 de octubre, fue asesinado en el consulado de su país en Estambul. Se trata de la primera vez que las autoridades sauditas admiten la muerte del comunicador tras múltiples acusaciones internacionales.
La conclusión se desprende de las investigaciones preliminares de la Fiscalía de Arabia Saudita en el lugar, reveladas por medios estatales este 19 de octubre. Según lo transmitido por el canal de televisión Al Ekhbariya, la muerte se habría producido en medio de una pelea, pero no revela mayores detalles sobre los agresores o las causas en que se habría desencadenado la violencia.
“La primera investigación de los fiscales sobre la desaparición del ciudadano Jamal Khashoggi muestra una discusión entre él y la gente que encontró mientras estaba en el consulado saudita en Estambul, lo que llevó a una discusión y disputa con Khashoggi que causó su muerte”, informó un locutor de la cadena de televisión.
Arrestan a 18 personas
Durante emisión informativa, una declaración del fiscal saudita a cargo de la investigación también reveló que dos altos funcionarios del reino fueron despedidos por el incidente. Se trata del asesor de la corte real Saudí, Saud al-Qahtani, y el subdirector de los servicios secretos del reino, Ahmed Asiri. Así mismo, indicó que la investigación continúa en desarrollo:
«Las investigaciones aún están en curso y 18 ciudadanos sauditas han sido arrestados para revelar al público lo que ocurrió y castigar a los responsables en este caso y llevarlos ante la justicia», aseguró la declaración del fiscal.
Según Al Ekhbariya, el rey Salmán bin Abdulaziz habría ordenado la formación de un comité ministerial encabezado por el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, para reestructurar la agencia de inteligencia.
Trump: “Vamos a averiguar”
La magnitud del caso ha levantado revuelo a nivel mundial y especialmente en Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump se encuentra en una encrucijada: la de imponer medidas económicas a uno de sus principales aliados.
Después de conocerse la noticia, Trump dijo que podría considerar aplicar sanciones contra Arabia Saudita, aunque anunció que será el Congreso de Estados Unidos el que decidirá qué respuesta dar al reino.
“Vamos a averiguar quién sabía qué cuándo y dónde, y lo resolveremos», aseguró el mandatario y dijo que es «demasiado pronto» para determinar las consecuencias.
Aunque un día antes el presidente estadounidense había amenazado con “consecuencias muy severas” en caso de confirmarse que Arabia Saudita hubiera sido el responsable del asesinato, Trump no parece completamente dispuesto a distanciarse del reino: Arabia Saudita ha sido un gran aliado, un gran inversionista en los Estados Unidos».
Y es que según él mismo recordó, “(los sauditas) acordaron gastar $ 450 mil millones para comprar e invertir en Estados Unidos, por lo que espero que podamos mantener (el trato) abierto. Hay muchas otras cosas que podemos hacer», aseguró el líder republicano.
Investigación de Turquía avanza con cautela
Entre tanto, avanzan las investigaciones de las autoridades turcas, que días antes ya habían apuntado a un asesinato dentro de la sede diplomática, aunque Arabia Saudita había negado las acusaciones y afirmado que Khashoggi sí había abandonado el edificio.
La policía turca siguió el rastro de dos vehículos que salieron del consulado con destinos inusuales y buscó restos de Khashoggi en un bosque a las afueras de Estambul y en la ciudad de Yalova, a donde se dirigieron los automóviles.
Según informaciones reveladas por Associated Press, un oficial turco habría comunicado a esa agencia de noticias que los restos del periodista fueron tirados en el bosque de Belgrado. Sin embargo, Turquía ha cuidado mucho sus declaraciones y ha negado haber dado acceso a Estados Unidos a audios oficiales.
Por el momento las autoridades han recopilado muestras de ADN en el consulado y en la embajada sauditas en aras de determinar el rastro de la víctima.
Khashoggi era una cara familiar en los programas de entrevistas políticas en las cadenas de televisión árabes. Su experiencia como gerente general del grupo mediático Al Arab Media Group, colaborador del diario Al Watan y columnista de The Washington Post, hicieron que lo que dijera o denunciara se escuchara fuerte en Arabia Saudita, su país.
Pero desde 2017, Khashoggi se encontraba exiliado en Estados Unidos, desde donde siguió publicando comentarios y denuncias sobre la política de su país. Al salir al exilio, según Reuters, dijo que temía represalias por sus críticas a la política saudí en la guerra de Yemen y su represión contra la disidencia.