Por: José Federico Pelayo Rueda/ Hoy, los avances científicos en la medicina son realmente asombrosos, y donde hace unas décadas atrás eran impensados. En esta época por ejemplo se habla de quirófanos híbridos, de inteligencia artificial generativa, de cirugía robótica etc.
Pero, hay cuestionamientos, en especial cuando se usan estos avances no como un medio para servir a la humanidad, sino como un fin como tal, y ahí es donde la Bioética y sus principios deben tener una aplicación de manera rigurosa. Y es preciso citar a Maestral, E. (2013), “Un médico que tenga la ciencia médica como un fin y no como un medio de servir a la humanidad, es un peligro social”.
Y hablando de fin, y no de medio, la historia ha sido un poco cruel, y es precisamente el ser humano que construye esa historia siendo el actor principal, ¿y por qué es cruel la historia? desde muchas perspectivas se puede abordar el tema, pero lo que atañe en este momento es la relación del ser humano y los avances en la medicina. Hoy, se puede analizar que la salud como tal es tomada como un negocio que, como un servicio para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, el fin es el negocio.
Y surge otra pregunta, ¿hasta dónde el ser humano permite el actuar de los principios Bioéticos? Y si se observa detenidamente hay dos factores muy preocupantes, la salud como negocio y en algunos casos los avances científicos como por cumplir una meta que por la preocupación general ante tantos problemas en la salud humana.
Ahora bien, hablando de la Bioética y sus principios personalistas el autor lo define tomando como base una reflexión de la Enciclopedia de Bioética (1978), “Es el estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y el cuidado de la salud, examinada a la luz de los valores morales y sus principios”. Mestral, E. (2013)
Entonces, si la definición es muy clara y contundente, es preciso recalcar que, en algunos momentos de la historia, unas cuantas personas son las que no han permitido el debate de la bioética alrededor del cuidado de la salud. Los dueños de las EPS en el país, y sobre todo aquellas que tienen un prontuario extenso, en especial por los paseos de la muerte y la falta de asistencia inmediata en medicamentos y demás, ¿les interesan los principios fundamentales de la Bioética? La respuesta es no, su mayor interés es el económico no la vida de sus pacientes.
Dentro del variado tema, es necesario revisar a fondo esos principios personalistas de la Bioética, y el principal y es lógico que lo sea, es el valor fundamental de la vida. “El respeto a la vida, así como su defensa y su promoción, representan el primer imperativo ético del hombre hacia sí mismo y los demás”. Mestral, E. (2013).
Así como el hombre crea estos conceptos y trabaja sobre el respeto a todas las formas de vida, es también el hombre el que termina incumpliendo estos principios fundamentales, es una lucha constante entre el bien y el mal, pero a veces son los intereses personales los que priman por encima de la vida y del interés del bien comunitario. Pero a partir de la Bioética, y en el mundo de hoy, un poco más educado y familiarizado con estos conceptos, se busca principalmente que la salud a partir de los avances en la medicina sea únicamente para la lucha contra las enfermedades que sufren no solo los seres humanos sino también otro tipo de seres vivos, es decir, que se le dé un valor inconmensurable a la vida.
Otro de los principios es de totalidad o Terapéutico (o de Integridad), “La corporeidad humana es un todo unitario y se interviene sobre la vida física de la persona y sobre su integridad, solamente a condición de que sea necesario para salvar la vida misma”. Mestral, E. (2013).
Cuando el ser humano nace, el crecimiento físico es integral, a menos que se tenga alguna mal formación. Lo ilógico es que crezca una parte del cuerpo y otra no, por eso se habla de totalidad. El cuerpo es lo único que tenemos para hablar de existencia, por eso la importancia de su cuidado, pero en ocasiones la medicina le ha dado un mal uso, incluyendo con experimentos crueles donde el sufrimiento es absoluto, ejemplo de ello los científicos Nazis.
Pero también, cuando realmente importa el cuerpo humano, es la medicina la que puede recuperar un cuerpo deteriorado, a veces con la necesidad de cortar algún miembro para la subsistencia de la persona, en esos casos la Bioética fortalece la protección y el cuidado del cuerpo de manera íntegra.
También, cabe recalcar el principio de libertad y responsabilidad. Y en esto precisamente es muy importante el paciente. “Es una capacidad de los seres humanos para pensar, sentir y emitir juicios sobre lo que consideran bueno. Debe estar exento de coerción y engaño”. Mestral, E. (2013).
La relación del paciente y el médico debe ser sincera, sin engaños, tanto el médico para emitir diagnósticos de acuerdo a sus conocimientos y buscando el beneficio del enfermo, y el paciente reconociendo que debe permitir desde su libertad consciente, el uso de la medicina y de los expertos para su recuperación. Acá se puede abrir un debate amplio cuando esa relación implica temas tan complicados como el aborto, o el uso descontrolado de medicamentos como la morfina, entre otros. En fin, ahí de manera transversal la Bioética debe estar presente, y tanto el paciente como el médico buscar la forma de hacer lo correcto.
Finalmente vemos otros principios no menos importantes como lo son: el principio de socialidad, principio de beneficencia y no maleficencia, principio de justicia, principio de subsidiariedad. Todo ello, con el fin de cuidar la vida, teniendo en cuenta los avances científicos en la medicina para el cuidado de la salud sin sobre pasar los límites permitidos que pongan en riesgo la integridad del ser humano y otras formas de vida.
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*Caficultor, estudiante de Licenciatura en Filosofía de la UNAD y concejal del Municipio de Zapatoca.
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor)
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Referencias
Mestral, E. (2013). Manual de Bioética. Editorial EFACIM.