Por: Carmen Elisa Balaguera Reyes/ Hace algunos días en el lanzamiento de la estrategia de reactivación económica de Bucaramanga, el alcalde planteaba que sólo veía oportunidades en el nuevo proyecto para impulsar y repensar lo que debe ser la hoja de ruta para la reactivación de la ciudad.
Empezar a pensar en grande, en soñar en una ciudad donde sean las oportunidades las que acompañen estos tiempos tan difíciles para todos; de igual manera se unificó la idea de tener una marca para la ciudad que permita conectarnos con el mundo.
En una anterior columna del año 2018 que denominé “Bucaramanga ciudad sin marca”, establecía que marca es el distintivo al que se asocia el nombre de la ciudad con sus potencialidades y singularidades que permiten reconocerla dentro de otras.
Bucaramanga ha carecido de un nombre aglutinador que la identifique realmente con un slogan que a su vez la haga única en el ámbito nacional e internacional. Pero preocupa que el anterior gobierno gasto del presupuesto cien millones de pesos en una marca registrada y ahora tenemos la disyuntiva de cúal es la que va a posicionar las estrategias de posicionamiento de la ciudad.
La nueva marca se estrenó el pasado 4 de noviembre con el propósito de unir a la ciudad en torno a la reactivación económica que impulsa la administración municipal.
Según Diego Gallardo, asesor en comunicaciones para la alcaldía, esta marca “es una manera de dar a conocer al mundo los nuevos atributos de las ciudades post Covid, ciudades más conectadas, seguras, justas, saludables y sostenibles”. Y además, según explicó, de hacerle saber al mundo que en Colombia existe una ciudad llamada Bucaramanga.
No obstante, a través de redes sociales y por cuenta de actores políticos de la ciudad, se ha generado una discordia en cuanto a la necesidad de haber renovado esta marca en medio de las necesidades propias de la emergencia sanitaria.
Nos presentaron esta propuesta y desde ya tiene muchos detractores, la noticia no figura en la página oficial de la Alcaldía encontramos la información, en los twitt de algunos muy bien informados twitteros.
Personas que han reaccionado en sus páginas de redes sociales como las que a los a continuación relaciono: “Mundo, no me llames Bucaramanga, llámame… BGA CITY que es más play! Es más… Te pagare por eso! Atte. Alcaldía de Bucaramanga ¿Es en serio? De @AlfonsoBECERRA
Demasiada información: BGA, City (el inglés sobraba), Bonita, ON. Los tamaños de los elementos no se ven coherentes, terrible. @SofiaB
“Una ciudad bonita pero además encendida, reactivada y lista para conectarse con el mundo” me encantó demasiado el conceptooooo”@Lauram2604 https://twitter.com/Lauram2604/status/1324180793506279425
“Bucaramanga la ciudad bonita, en reactivación económica somos los primeros marca ciudad, marca la diferencia BGA CITY #Bgacity
Reducir a Bucaramanga en el Bga es lo que hemos hecho toda la vida, ahora muchos se rasgan las vestiduras, criticando el hecho que las marcas deriven su principal aspecto en la contracción de la palabra.
Pero de generar opiniones y críticas no se libró el cambio de la marca del país, antes Colombia es Pasión, la nueva marca estrenada en el mes de septiembre de 2012, pretendía refrescar la imagen que tenía Colombia en el exterior. Se decía que su principal objetivo era lograr que los colombianos nos apropiáramos de ella y fue un diseño concertado entre varias agencias y muchos aportaron en ella.
Luego de ocho años sabemos que sí, en cualquier lugar del mundo donde vemos una publicidad, identificamos a nuestro país y eso de que una imagen vale más que mil palabras, es totalmente cierto.
Pero en el año 2019 encontramos que ya se había registrado una marca “Bga Te Activa” que se encuentra certificada por la Superintendencia de Industria y Comercio, el registro se entregó para categoría de promoción de cultura, búsqueda de mercados y fines publicitarios, cuyo propósito era construir identidad de ciudad
¿Entonces cuál es la que nos va a representar?
Le queda a la administración municipal posicionar la que más le convenga, seleccionar con una que ya viene cumpliendo su labor en los temas de cultura y entretenimiento y la otra que no ha tenido la socialización que se requiere para posicionarla.
El Español Tony Puig denominado El Guru de las ciudades plantea veinte fortalezas en la que se mueve el tema, destaco las más cercanas a nuestro entorno: “La marca de una ciudad es la oportunidad vigorosa para reinventarla, desde lo que es y ha sido, para el futuro que ya es ahora, y siempre junto a los ciudadanos. Dotarla de voz propia desde un valor de marca ética que nos una y potencie la colaboración creativa a mediano y largo plazo.
El abordaje pensado de la ciudad otra, con los ciudadanos, más humana en los tiempos que la tecnología parece erigirse como eje, debe mostrar competencia en ámbitos muy diferentes, todos importantes, pero siempre priorizados.
Los jóvenes, por ejemplo, merecen una especial atención en su educación global, implicándolos en las decisiones cívicas para el funcionamiento de la ciudad, facilitándoles un trabajo digno: mayormente son dejados en manos del consumo.
La violencia corroe la ciudad en sus cimientos: enfrentarse a ella solo desde la
fuerza es estúpido: el primer combate está en la educación y las oportunidades para la igualdad y una educación ciudadana para implicarse en la ciudad constante.
Demos soporte a la cultura que impulsa las organizaciones y los grupos civiles de la ciudad: una ciudad sin atmosfera de sentido que propicie la libertad, la creatividad, la solidaridad, la esperanza, el vecinaje desde la ayuda mutua o la ternura…es un desierto sin agua.
Seamos una ciudad desde una red de barrios con calidad de vida desde servicios púbicos de proximidad, transportes buenos, casas al alcance de todos, espacios públicos cuidados e iniciativas para diferenciarlos dentro de la casa común.
Acompañemos a los que cuidan de las familias, a los ciudadanos mayores, a aquellos que padecen alguna disminución para que la ciudad les sea accesible, a los más creativos, a los inmigrantes o a las pequeñas empresas: las ciudades con futuro son ciudades con ciudadanos que confían en su ciudad.
Reinventemos la democracia ciudadana desde el dialogo incesante y las voluntades en acción: estemos en la ciudad del encuentro y el acuerdo, de la memoria para el avance a medio y largo plazo.
Aceleremos: muchas de estas cuestiones urgen de nuevos enfoques, de innovaciones que a primera vista torpe pueden parecer excéntricas: No seamos de los que apuestan el futuro de la ciudad en la tecnología, soñándola como un enorme ordenador a cielo abierto: viene después de lo profundamente humano, demasiado olvidado en estos tiempos de gobiernos tecnócratas, listillos financieros sin escrúpulos y medios de comunicación solo interesados en el espectáculo.
La ciudad siempre tiene 360 grados: debemos estar en todos diferentemente y con estilo propio aventurero: la marca referencial de la ciudad será el resultado de nuestra innovación colaborativa y creativa.
Es cosa primera de un gobierno elegido por los ciudadanos hacer una propuesta de rediseño de la ciudad para marcarla para el presente y el futuro con intensidad de cambio esperado.
Pero es cosa de todos los ciudadanos dar soporte crítico y de confianza a esta propuesta y, cuando sea falsa, propagandística o nula, forzarla desde la movilización dialogante y firme.
Concluimos que existe la posibilidad de posicionar la ciudad en el ámbito mundial, pero los ciudadanos de a pie desconocemos las bondades, y es allí en la participación ciudadana donde se legitima lo que se impulsa en la toma de decisiones gubernamentales, queda por conocer cuál es la marca que identificará a Bucaramanga.
*Socióloga.
Correo: celisabreyes2008@hotmail.com
Twitter: @celisabalaguera