Por: Érika Bayona López/ Aunque no soy caleña, como colombiana me siento profundamente emocionada al pensar en cómo Cali, con sus vibrantes paisajes verdes y la calidez de su gente, tendrá la oportunidad de brillar en el escenario internacional. Imaginen a líderes y expertos de todo el mundo caminando por sus calles, conociendo nuestra cultura y maravillándose con nuestra rica biodiversidad.
Este evento no solo impulsará la economía local y posicionará al turismo ecológico como una de nuestras grandes fortalezas, sino que también será una ocasión para que todos, desde pequeños emprendedores hasta grandes corporaciones, demostremos nuestro compromiso con la conservación del medio ambiente.
Sin embargo, no podemos ignorar los grandes retos que enfrentamos. Uno de ellos será encontrar el equilibrio perfecto entre desarrollo y preservación de nuestro preciado patrimonio natural. La COP16, en este sentido, nos brinda una oportunidad invaluable para alinear el proceso del Plan Nacional de Biodiversidad (NBSAP) con la actualización de la Contribución Nacional Determinada (NDC) para Colombia. Esta es nuestra oportunidad para fortalecer la ambición y la articulación de las agendas de clima y biodiversidad, y para consolidar el papel de Colombia como un líder en la escena internacional.
Recuerdo con orgullo cómo Colombia se destacó durante la COP28 sobre Cambio Climático en los Emiratos Árabes a finales de 2023. Nuestro país envió un mensaje global contundente al subrayar la importancia de las soluciones basadas en la naturaleza como herramientas clave para alcanzar los objetivos climáticos y de biodiversidad. Ahora, con Cali como sede oficial de la COP16, tenemos la oportunidad de continuar ese legado y demostrar al mundo lo que somos capaces de hacer.
Más allá de las negociaciones y las políticas, lo que más me entusiasma es cómo este evento puede inspirar a todos nosotros, a cada ciudadano, a cuidar de nuestro planeta. Cali tiene la posibilidad de convertirse en un faro de innovación y sostenibilidad, atrayendo inversiones clave y fomentando la educación ambiental. Pero, sobre todo, es una oportunidad para inspirar a las futuras generaciones a ser los verdaderos guardianes de nuestra tierra.
En definitiva, la COP16 en Cali no es solo una conferencia; es una celebración de nuestra capacidad para generar cambios positivos y un llamado a la acción para todos nosotros. Es un momento para sentirnos orgullosos de nuestra ciudad, de nuestras raíces y de nuestro compromiso con la naturaleza.
¿No te emociona pensar en el impacto transformador que este evento puede tener en nuestra comunidad, en nuestras vidas y en el mundo entero?
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*Business Data Analyst – IT & Logistics / MBA & Máster en Project Management. Auditor interno BASC. Administradora de Negocios Internacionales y Especialista en Mercadeo Internacional de la Universidad Pontificia Bolivariana.
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