Por: Esperanza Valbuena López/ Consciente o inconscientemente el ser humano se convence de algo que, a la luz de la fe, la ley, la ciencia y el sentido común falta a la verdad.
Como ejemplo de estas mentiras adoptadas y aceptadas es común la resiliencia en relaciones abusivas de poder (hijos a padres, padres a hijos, jefe a empleado o entre parejas sentimentales)
Las mentiras adoptadas o aceptadas por un individuo sobre su percepción o autopercepción, donde se proyecta complejos de superioridad o inferioridad.
Socialmente las mentiras adoptadas o aceptadas en contextos donde se ejerce supremacía de los unos sobre los otros (bullying, hostigamiento, intimidación psicológica o física) y son justificadas.
Políticamente las mentiras adoptadas o aceptadas con respeto a las decisiones tomadas por “el bien del pueblo y para el pueblo”, exposición de “falta de recursos para acciones sociales”,
Exposición de las inversiones controversiales, los manejos inadecuados de los recursos. La justificación de reformas arbitrarias por “bien del pueblo”, “manipulación estadística” para demostrar mejoramiento en la calidad de vida del pueblo.
Las mentiras políticas son usadas como una herramienta poderosa que distorsiona la realidad, protege los intereses de lideres, evita asumir las responsabilidades y consecuencias de la toma de decisiones.
Como ciudadanos de bien, tenemos una gran responsabilidad que debemos asumir con respecto a:
La verdadera realidad de protección de los 87 pueblos indígenas identificados en Colombia, que comparten vínculos ancestrales, que comparten un territorio que se les está titulando.
El artículo 63, de nuestra Constitución Política reza: «Los bienes de uso público, los parques naturales, las tierras comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio arqueológico de la Nación y los demás bienes que determine la ley, son inalienables, imprescriptibles e inembargables».
Teniendo cuenta que los resguardos indígenas son propiedad colectiva enajenables, por tanto, los títulos otorgados no establecen la transferencia del dominio porque no hay propiedad privada.
Lo que indica que los títulos otorgados por el gobierno nacional son un reconocimiento del carácter de resguardo, preservándolo constitucionalmente como un bien del Estado.
Los parques naturales como el Tairona, Tatamá, Nevado del Huila, Selva de Florencia, Las Hermosas Gloria Valencia de Castaño son inembargables, porque está bajo el dominio del Estado y son de propiedad de todos los colombianos.
Entonces, debemos preguntarnos como colombianos:
¿Qué sentido tiene el ruido del gobierno nacional con la entrega de 572.743 hectáreas de tierra a indígenas en el marco de la formalización de tierras?
¿Acaso, no vivián en esas tierras los indígenas antes del gobierno de Petro? En la actualidad el 33% del territorio nacional está ocupado por población indígena (es decir 34 millones de hectáreas).
¿Es un acto politiquero del gobierno nacional, que demuestra un presunto compromiso social étnico y ancestral?
Aún todo no está contado…
Invitación especial para todas aquellas mujeres que han sido formadas en el servicio, en la labor que nos inspira a dar lo mejor de nosotras para otros.
…
*Licenciada en Matemáticas, Especialista en Educación Matemática Especialista en Orientación Vocacional y Profesional, Especialista en Pedagogía para el Desarrollo de la Inteligencia, Magister en Finanzas, Líder Política Departamental y Nacional.
X: @EsperanzaValb12
Excelente declaración, cada acto de éste gobierno actual nos trae mal a los colombianos
MUI buena columna doc esperanza