Por: Diana Ximena Carreño Mayorga/ Cuando mi ser empezó a experimentar amor hacía otra mujer, (estamos hablando de hace 15 años), sentía un amor profundo por aquella niña que movilizó por primera vez emociones en mí. Pensaba que solo sería ella la única mujer de mi vida, pero con el pasar del tiempo, me sentía cada vez más segura de la mujer que era y el tipo de relacionamiento que construía. Con lo anterior, quiero esclarecer uno de tantos mitos: las mujeres lesbianas no son lesbianas porque han sido abusadas, ni han tenido una familia violenta o no ‘probaron el hombre que era’, son estas las más comunes – y cómicas, además-.
Por eso quiero empezar este texto contándoles que esto no es cierto. Nací en una familia de padre y madre, siendo los mejores en su rol, tiernos, amorosos y humanamente de admirar. Mi relacionamiento con los hombres siempre ha sido bueno, puesto que en el colegio que estudié eran mayoría y no cambio por nada mi infancia y adolescencia junto a mis amigos y mis primos, son unos excelentes hombres y pasé los mejores años de la vida junto a ellos, tampoco fui abusada y tampoco me interesó ‘’probar hombres’’.
En el mundo actual, en pleno siglo XXI prevalecen los estereotipos discriminatorios, normas culturales hegemónicas, odio interiorizado de una sociedad que no concibe el hecho de que no somos parte de un relacionamiento patriarcal socialmente aceptado, altamente violento y sumiso. O del juego de poderes de una familia tradicional mientras se trivializa la violencia contra las mujeres y niñas.
Ahora bien, las mujeres lesbianas hacemos parte de un grupo poblacional que sufre doble discriminación, primero por ser mujeres y la segunda por la estigmatización que está asociada a nuestra orientación sexual.
El 26 de abril en diferentes partes del mundo se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica y hacemos universalmente un llamado a construir sociedades más inclusivas y ante todo, a proteger nuestros derechos humanos.
A este mundo vinimos a ser felices, cada uno con la persona que desee y bastante cuestionable es dar cuenta que, las personas se creen en el derecho de juzgar los diferentes tipos de relacionamiento porque no solo estamos hablando del amor entre mujeres, vivimos en una sociedad que determina el comportamiento de alguien en función de sus propios principios y normas, sino se ajustan a estos hay una sentencia procedente.
Lo más contradictorio es que, quién se atreve a juzgar diferentes comportamientos o relacionamientos, es la persona que más ‘triste’ tiene su corazón, su hogar o sus diferentes ámbitos de la vida. Enfatizo en lo anterior puesto que, las personas que realmente le aportan a la sociedad, al buen vivir, las personas tranquilas, amables, empáticas, espirituales, las personas que realmente saben el significado de ser seres vivos racionales, tienen claro que juzgar viene desde el ego, inconscientemente se elevan por encima de todos, entonando el típico ‘’yo no soy así’’ e infinidades de insultos que no hace falta mencionar, y creen que pueden emitir estas palabras llenas de negatividad sin saber que son ellos mismos quienes se oscurecen, energéticamente hablando.
La vida es un espejo y es importante analizar todo lo que debemos sanar dentro de nosotros, porque en muchas ocasiones lo veremos proyectado en el exterior por medio de situaciones, personas, dificultades e incluso enfermedades, por duro o complejo de entender.
Volviendo a la sensatez de sentirme afortunada por venir a este mundo para enamorarme de una mujer, quiero reconocer la importancia de la palabra ‘lesbiana’ como una apuesta personal y política que representa la autonomía, la sororidad, el feminismo, la resistencia y la resiliencia frente a una sociedad altamente machista y prejuiciosa.
En este día no pedimos validación, hemos sido, somos y seremos libres de amar siempre. La invitación es a que aportes desde la reflexión sobre las prácticas cotidianas que reproducen discriminación hacía nosotras. Puedes apoyar erradicando los prejuicios lesbofóbicos en tu contexto cercano, deconstruyendo esas creencias y pensamientos ligados a que todos somos iguales. Recuerda que la homofobia y la discriminación hace parte de un pensamiento atrasado, retrogrado, sin sentido y carente de sentido humano.
…
*Psicóloga del Programa de Diversidad Sexual y Población LGBTIQ+ de la Secretaria de Desarrollo Social, alcaldía de Bucaramanga.