Según cifras de ONU Mujeres, una de cada tres mujeres experimenta violencia a lo largo de su vida, especialmente en su juventud cuando una de cada cuatro es abusada por su pareja. La misma organización recoge que en 2023, al menos, 51.100 mujeres terminaron el ciclo de violencia de género siendo asesinadas por su pareja o un familiar.
Datos como este y otros aún más preocupantes le dan mayor relevancia a la conmemoración, cada 25 de noviembre, del Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, en el que se hace un fuerte llamado a que no se normalicen situaciones que pueden terminar en feminicidios.
Hablando de este tema desde la prevención, la sicóloga de Coosalud, Dennys Martínez Rodríguez, con estudios en intervención familiar y experiencia en mujeres víctimas de violencia de género y recuperación de abuso emocional con perfiles narcisista y psicopáticos, destaca que la educación es la principal herramienta que tiene la sociedad para enfrentar una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos.
“La base del desarrollo de la sociedad en general es la educación y es en el hogar en donde se dan las bases de los seres humanos, por eso el ejemplo que damos a la generación más joven determina la manera en que esta piensa sobre el género, el respeto y los derechos humanos”, asegura la profesional.
“Es importante iniciar, a una edad muy temprana, conversaciones sobre los roles de género y a cuestionar los rasgos y las características tradicionales asignadas a hombres y mujeres; a señalar los estereotipos a los que niñas y niños se enfrentan diariamente, ya sea en los medios de comunicación, en la calle o en la escuela, y hacerles saber que no hay nada malo en ser diferentes. También es importante fomentar una cultura de aceptación”, agrega la doctora Martínez.
La profesional de Coosalud también destaca la importancia de que este no sea un tema de conversación exclusivamente con mujeres. “Es importante hablar con niños y niñas, de una manera apropiada para su edad, sobre el consentimiento, la autonomía física y la responsabilidad sobre nuestras acciones. Por ejemplo, explicar la importancia de un ‘sí’ claro por parte de todos los involucrados en una relación, entender que la decisión sobre nuestros cuerpos es individual y de cómo siempre debemos asumir la responsabilidad de nuestras acciones”.
Algo que también resulta importante entender es que las situaciones de violencia de género no es una problemática solo de las víctimas, “tienen también un carácter público y social, lo que quiere decir que existe la obligación y responsabilidad de todos de activar la ruta de atención ante cualquier acto de violencia llamando a la policía, que es el primer ente de reacción inmediata, y a la que siguen instituciones y entes garantes de derechos como las comisarias, fiscalías y centros de atención de salud que se encargan de activar la ruta que permita garantizar los derechos de la víctima y salvaguardar su integridad física y emocional”.
Luz sobre zonas grises
En muchas ocasiones, el maltrato a la mujer no es físico, pero sí psicológico, lo que lo hace más difícil de identificar tanto por quien lo ejerce, como por quien lo sufre, por lo que se requiere tomar conciencia y alejarse de estas dinámicas agresivas. Para esto la sicóloga aconseja sacar conclusiones respondiendo a preguntas básicas como:
¿Tu pareja controla el dinero que gastas y debes pedirle permiso para comprar algo, así sea para el hogar? ¿decide qué ropa debes lucir y a qué personas puedes frecuentar? ¿mantienes relaciones sexuales con él para evitar que se enfade? ¿revisa tu celular y redes sociales? ¿siempre desvirtúa tus logros personales? ¿te ha hecho creer que sin él tu vida estará vacía?… y aún más importante ¿sientes miedo de expresar tu opinión o de ser tú misma?
Hacerse estas preguntas resulta fundamental pues, como lo explica desde su experiencia, en recuperación de abuso emocional con perfiles narcisista y psicopáticos, “estos hombres justifican los actos de violencia con todo tipo de estructura mental ya sea que se encuentren dentro de estos grupos de trastornos de la personalidad, o de otros comportamientos que tienen que ver con inmadurez, patrones estructurales de la infancia o estereotipos culturales”.
Según la doctora Dennys Martínez “a estos hombres les cuesta llegar a la conclusión de que nada justifica la violencia de género y tienen una respuesta básica: que ellos también son violentados y aunque sea así, esto no es una excusa y además el porcentaje en las estadísticas es desproporcional”.
Recomienda igual a las mujeres contar con una red de apoyo en su familia, y a sus allegados no abandonarlas para que puedan regresar todas las veces que sea necesario, “esto en muchos casos puede preservar la vida de la víctima y evitar un desenlace fatal”.
Finalmente, sobre cómo prevenir la violencia de género, la doctora Martínez recomienda, expresar una postura firme frente a las convicciones que se tengan, aprender a identificar los indicios de maltrato, demostrar oposición frente a la cultura de la violación y moldear desde el hogar comportamientos respetuosos, fomentando además la autonomía y la igualdad de oportunidades en niños y niñas.
Trabajando con los jóvenes
Como lo expresa la sicóloga, la educación resulta ser la mejor herramienta de prevención frente al maltrato contra la mujer en cualquier momento de su vida, por eso desde la Fundación COOntigo, brazo social de Coosalud, se trabaja permanentemente en la campaña Sexualidad Sana Coontigo dirigida a jóvenes de sectores vulnerables.
A través de esta se ha sensibilizado a más de mil adolescentes, estudiantes de colegios distritales de Cartagena sobre sexualidad responsable, embarazo adolescente, salud sexual y mental, reconocimiento de las situaciones de riesgos e identificación y cuidado del cuerpo, con lo que se busca romper círculos de pobreza y violencia en general.