Por: Roberto Aponte/ Lo normal es que en una sociedad existan diferentes opiniones políticas y por lo mismo aceptación o rechazo a las mismas ideas. La presencia de las redes sociales ha permitido compartir y visualizar estas ideas, las cuales pueden ser aprobadas, confrontadas o rechazadas por los usuarios de estas y para algunos es su manera de informarse.
Las redes sociales son un panorama de la opinión pública en general, pero poco a poco se están convirtiendo en jefes, podría decirse que formando un gran conglomerado que representa a la mayoría de sus usuarios, aunque lo cierto es que los individuos más carismáticos o aquellas que logran atraer muchos seguidores pueden crear un gran impacto a través de estas.
Se pueden impulsar grandes iniciativas, se pueden informar a través de las redes, pero de la misma forma se pueden incentivar comportamientos negativos y se pueden mentir descaradamente y sumir a la gente en engaños. Ahora estas acciones tienen un alcance mayor y las réplicas pueden varias dependiendo de quienes reciban el mensaje y de la misma forma transmitirlo.
Debido a los incidentes ocurridos en el capitolio Twitter suspendió la cuenta del presidente del considerado país más poderoso del mundo. Lo que generó un gran impacto, pero tratándose de este individuo las reacciones denotaron cierta polarización en todo el mundo.
Sí, es muy evidente la división y recelo entre las diferentes vertientes políticas presentes en nuestro país generalmente encabezadas por sus respectivos representantes, la situación global bajo la mano de Donald Trump ha tenido ante muchos el mismo efecto, el magnate ha plasmado su imagen en el mundo trayendo seguidores y detractores que reaccionaron ante la sentencia de las redes sociales creando un debate.
Muchas personas están en contra de la medida, entre esas Angela Merkel, está en desacuerdo con el hecho de que las redes sociales hayan prohibido el contenido de Donald Trump, ya que lo considera limitar el derecho a la libre expresión y que este debe estar definido por un marco legal y no bajo el mando de los directivos de las redes sociales, opinión que es respaldada por muchas personas.
Otros aluden a que Twitter actuó en base a sus políticas de privacidad y que Trump violó las normas, específicamente aquella que prohíbe incitar al odio. Independientemente de cual sea su opinión, siento que el debate no debe centrar tanto en la figura del presidente sino más bien como dejamos que las redes sociales interfieran con el rumbo del mundo.
Siento que muchos subestimamos el poder de las redes sociales, por eso me parece impertinente llegar a considerarlas jueces por ejemplo al sugerir que ciertos políticos del mundo deban caer ante la sentencia de Twitter por infringir la norma de no incitar al odio, cuando estos actos deben ser intervenidos por organismos especializados gubernamentales o internacionales. Más que el criterio de un juez justo, las redes sociales son dominadas por las emocionales masas y quien las dirige aprovechara esto.
Ahora llegamos al punto en que las redes tienen un impacto mayor y su dominio, una gran influencia en el mundo, para bien o para mal estás disciernen sobre lo que consideran correcto o no siendo jueces o siendo permisivas, convirtiéndose en dueños de la verdad.
Sí, sabemos que lo que percibimos desde la pantalla no es una verdad autentica. Desde la antigüedad éramos ignorantes ante todo el mundo, sujetos a las interpretaciones de los exploradores. Ante el mundo globalizado y conectado podemos saber que ocurre en todo el planeta, pero a pesar de eso sigue habiendo un efecto de teléfono roto. Ahora las fantásticas historias de los viajeros, son cambiadas por palabras emocionales que disfrazan la realidad. Dicha, incertidumbre o indignación todo esto genera una nueva realidad para nosotros.
De esta forma nos damos cuenta que debemos ser consciente de estos fenómenos que poco a poco se va hilando en el mundo virtual y de esta forma entender cómo puede controlar nuestras vidas.
*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories