El docente es un agente transformador de las realidades y esto le permite ser parte fundamental de los procesos educativos y sociales que tiene la escuela en la comunidad; pero de un tiempo para acá ese papel importante se viene perdiendo solo desarrollando la función de transferencia y orientación del conocimiento.
Por: Carlos Mario Gómez García/ Históricamente el papel del docente en la sociedad era de mayor relevancia en contraste con la actualidad que percibimos, reconocer que en épocas anteriores el rol y el respeto por el desarrollo de esta función era relevante y que por las circunstancias sociales este no genera el mismo impacto en la sociedad actual.
Analizando este precepto es de reconocer que en primer lugar el docente es líder por su función social, el solo hecho de estar frente a un grupo de seres humanos en procesos de formación lo hace ya un líder en el contexto del aula, pues allí se puede evidenciar los procesos de gestión que realiza para desempeñar su trabajo.
Pero es desde allí que se evidencia que ya el docente no genera el mismo impacto en la comunidad que lo rodea como lo era antes y esto se da por factores en los procesos de acceso a la información y el uso de elementos tecnológicos que hoy en día develan que él podría en algún momento podría salir de la ecuación solo por analizar el caso del boom de las inteligencias artificiales.
Volviendo al tema de liderazgo se hace necesario comprender que el docente en épocas anteriores era el dueño del conocimiento, esto lo hacía un líder de una sociedad, que desde allí y su gestión podría lograr unir a las comunidades en pro de un beneficio para todos, convirtiendo la escuela en el centro social y político de la sociedad.
Existen varios factores que han permitido que el liderazgo docente este en estado crítico, unos sociales y otros competen a los procesos de formación, en algunos casos son complementarios y en otros son independientes aun así tiene una repercusión que afecta directamente el desarrollo social de la escuela.
Dentro de los factores sociales se podría afirmar que el de mayor relevancia es la violencia, docentes que sus territorios llegan con la energía necesaria para ayudar en los procesos sociales en los cuales se inmersa se ve truncada por grupos al margen de la ley o víctimas de sectores sociales que no permiten que los docentes lideren las comunidades como antes se permitía al ser miembros de las Juntas de Acción Comunal o agentes de gestión frente a las administraciones territoriales.
Otro factor social tiene que ver con la limitación en los temas políticos, al docente que participa activamente en política podría ser sujeto disciplinado y esto limita que los procesos propios de los territorios se limiten en el desarrollo comunitario.
Dentro de los factores de formación podría decirse que están enmarcados en dos caminos, la autoformación y la formación profesional; los docentes dentro de sus procesos académicos no tienen la suficiente necesidad de autoformase en procesos de liderazgo, es decir realizar la inversión en libros, seminarios, talleres entre otros que estén ligados a este tema y esto se da por la amplitud de sus funciones frente a los entes territoriales en materia de gestión documental.
El factor de formación profesional se hace evidente es que la gran mayoría de procesos formales de este tipo lo dejan relegado, es decir que el liderazgo como una de las competencias blandas no es importante para las licenciaturas o en los programas de posgrado, solo algunas universidades se preocupan para que en su currículo se pueda ver estos procesos formativos y que son importantes en las competencias de los docentes.
El cuestionamiento que se puede realizar frente a este tema es que ¿Cuál es la importancia de liderazgo en los docentes?; según lo planteado es un pilar fundamental, el docente que no sea líder no podrá generar un impacto en la sociedad en la cual desempeña su labor.
El liderazgo para alguno teóricos se nace con él para otros se forma, pero lo real es que para ser líder se nace con unas condiciones, pero estas deben ser formadas y es allí donde para los docentes debe ser innato de la profesión que se desempeña, pero esta debe ser formada y capacitada lo suficiente.
El docente es líder en su aula por la capacidad de gestión para los recursos que utiliza, para la forma como llega a impactar a sus estudiantes, en el momento que realiza actividades con los padres de familia o se vincula a los procesos comunitarios es decir al sentir de las necesidades de dicho contexto.
El liderazgo hace parte de esas competencias blandas que en la actualidad vienen teniendo relevancia en el quehacer laboral y que son apremiantes en el mundo actual, aunque tiene sus afectaciones el docente líder no desfallece, no piensa en el fracaso, lucha a pesar de las dificultades y saca adelante sus objetivos no solo impactando en el aula si no en la comunidad.
Es hora de generar mejores ambientes comunitarios, de volver los ojos a la formación del liderazgo docente, se hace iniciar procesos formativos en las escuelas normales, en las facultades de educación en los niveles de pregrado y posgrado, es evidente que los futuros docentes no poseen la formación en liderazgo y que la docencia tiene una amenaza por que el docente que no tenga las competencias en liderazgo podría caer solo en el proceso educativos monótonos, que no generan impacto en sus educandos y allí en la escuela es donde formamos una sociedad critica, líder e innovadora para resolver los problemas actuales.
El liderazgo docente está en desaparición, es hora de ahondar esfuerzos, de permitir que el docente vuelva a ser ese agente de cambio, de retomar la importancia en las comunidades para que los educandos y sus familias puedan acceder a una educación en mejores condiciones.
…
*Licenciado en educación, especialista en pedagogía y didáctica, titulado en Derecho con especialización en Derecho Constitucional, 20 años al servicio de la educación pública y formador en instituciones privadas para los nuevos profesionales de la docencia.
Twitter: @CarlosM6488950
Facebook: Gomez Garcia Carlos