Por: Roberto Aponte/ Las aves son criaturas sublimes, no solo sus cantos alegran los bosques donde habitan sino también sus vistosos colores, aunque los machos tienen una variación que los hacen más distinguibles que las hembras e incluso más notables, esto se puede percibir sobre todo en la deslumbrante cola del pavo real. Cualquier estudioso puede deleitarse observando y contemplando las diferentes tonalidades que presentan distintas especies. Aunque ser tan llamativo puede ser también una desventaja.
La exuberante cola del pavo real hace que sea fácilmente localizado por sus depredadores, lo mismo aplicaría con las aves coloridas, su apariencia los convierte en el objetivo de los traficantes ilegales de fauna. Este fenómeno ha puesto en riesgo a muchas especies de aves.
Colombia es un país de reiterada biodiversidad y con todo tipo de especímenes, muchos de estos endémicos, esto se puede notar en los diferentes pájaros que uno puede observar en algunas ciudades y pueblos, por ejemplo, los periquitos que merodean por la ciudad de Bucaramanga, pero no todas las aves pueden adaptarse de la misma manera y más cuando su hogar son ecosistemas delicados, por eso algunas se encuentran bajo amenaza de extinción entre esos un plumífero peculiar.
El paujil de pico azul (Crax Alberti) como su nombre lo indica destaca por su pico azul, además cuenta con un distintivo penacho de plumas negras. No solo la cacería y la obtención de sus huevos lo tienen en riesgo, también la destrucción de su hábitat. El panorama es aún más desolador cuando la UICN estima que quedan alrededor de 2500 ejemplares.
Esta ave es parte de la familia de los crácidos junto con otras especies de paujiles y pavas. Su tamaño los hace destacables, además de rondar por el suelo también se encaraman en las copas de los árboles. Diferentes especies de pavas pueden encontrarse en variados climas, en el caso del paujil de pico azul, prefiere las zonas bajas, calurosas y húmedas.
Aunque se tiene conciencia de la necesidad de los bosques o al menos sembrar árboles, las actividades humanas fragmentan las zonas con cobertura vegetal. Una de las estrategias para la conservación de biodiversidad es la construcción de corredores biológicos para que los animales puedan moverse a través de estos, un efecto en menor medida son aves pequeñas volando en los diferentes parques de una ciudad, pero cuando el tamaño del plumífero es mayor la situación es otra.
El paujil requiere de grandes extensiones de árboles, un bosque fragmentado altera su estilo de vida, su dieta consiste en invertebrados, brotes y frutos que se encuentran en el suelo, por lo que es una especie que ayuda a dispersar semillas regenerando terrenos degradados. Debido a esta sensibilidad, la presencia del paujil indica una buena calidad de conservación en la zona donde se encuentra.
Sumado eso, otra función que aporta en el ecosistema es alerta a otros animales de la presencia de depredadores al emitir un estruendoso grito, esta ave suele ser la presa de grandes felinos.
Otro factor que lo pone en desventaja, es su dificultad para reproducirse, debido a que solo ocurre una vez al año, después de alcanzar la madurez sexual a los dos años, sumado al hecho de que pone de a uno a tres huevos.
Esta criatura habita en el valle medio del río Magdalena, por lo que también puede encontrarse en el departamento de Santander, en las zonas circundantes al caudaloso río.
Para salvar a paujil de pico azul junto con otras especies, se requiere de la reconstrucción de los bosques o al menos zonas donde esta ave pueda resguardarse. Esto se logra estructurando planes de conservación que garanticen la reforestación de especies nativas.
Conocer a profundidad las especies vulnerables permite tomar medidas para poder recuperar nuestros valiosos ecosistemas y así proteger la biodiversidad de nuestro país.
*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
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Fuente: Sostenibilidad Semana