Los colombianos son grandes aficionados de las elecciones. No alcanzan a definirse unas cuando ya están pensando en las siguientes. La contienda de 2019 no es la excepción, desde hace unas semanas empezaron a sonar nombres de posibles aspiraciones, unas con visible posibilidad de consolidarse y otras, que solo servirán para ponerle comino y color al ambiente político regional.
En Santander la situación política difiere ampliamente con respecto a lo que sucede al resto del país. En esta zona, el dominio liberal se hizo evidente en las justas de 2015 con el triunfo de Didier Tavera, quien sumó 311.458 papeletas; arrebatándole el poder a la familia Aguilar, que jugó con dos candidatos, Holger Díaz Hernández (212.118), apoyado por el entonces gobernador Richard Aguilar Villa y Carlos Fernando Sánchez (176.678), patrocinado por el coronel Hugo Aguilar Naranjo.
Para los analistas políticos, de haberse logrado la tan “esperada unión” entre padre e hijo, otro gallo hubiera cantado victoria, pero no se dio. “La guerras de los egos”, impidió no solo su derrota en las urnas, sino la reconquista del poder del liberalismo, paradójicamente, a manos de uno de los antiguos protegidos de Aguilar Naranjo.
Leonidas Gómez-Gómez (230.920) –con la desintegración de los Aguilar- pasó de la ´tercería’ a convertirse en el fenómeno político en esa contienda, eso lo catapultó para ser elegido senador, posteriormente.
En las elecciones de octubre de 2015 participaron para la gobernación un total de 1.059.517 santandereanos (65.34% del potencial). Este año, en marzo, en las elecciones para la Cámara de Representantes, el número de votantes bajó a 856.302 (52.08% del potencial). Y para la segunda vuelta Presidencial, en junio, la cifra de votantes fue de 997.010 (59,53% del potencial).
Los ‘rojos’ para la gobernación
La fotografía para la contienda del próximo año está clara, en juego estarán tres fuerzas: La del liberalismo y sus aliados; la de los Aguilar, que ahora están unidos y la del ‘uribismo’, que creen haber ganado el derecho por tener presidente de la República. Una aspiración de izquierda por ahora no se vislumbra, especialmente porque Leonidas Gómez-Gómez –tras su voto en blanco en segunda vuelta- ya no cuenta la misma fuerza electoral que lo eligió.
Por el lado ‘rojo’, Didier Tavera ha expresado en secreto que -al igual que todos lo que manejan el lapicero- debe poner el candidato de su partido. Varios nombres cercanos a él y a su familia, han venido sonando.
Entre el actual rector de las Unidades Tecnológicas de Santander (UTS), Omar Lengerke Pérez, de excelentes resultados al frente del Claustro Académico; Mauricio Mejía Abello, quien se desempeña como Secretario de Infraestructura del Departamento y Samuel Prada Cobos, Secretario de Desarrollo Departamental, duramente cuestionado en la Asamblea de Santander por su gestión; saldría el candidato de los Tavera.
Pero si es por votos, las bases liberales podrían tener un candidato propio, el único que estaría en capacidad de unir la colectividad, de generar una coalición de partidos que de por terminada la creencia que “gobernador no pone gobernador y que –aunque no es liberal- le ganó el pulso a los Tavera en las pasadas elecciones legislativas: Fredy Antonio Anaya Martínez.
De entrada, Anaya Martínez, podría lograr la misma alianza de partidos que le permitió a Tavera alcanzar su victoria. Opción Ciudadana, Partido Liberal, Cambio Radical (sin Richard Aguilar), e incluso el Partido Conservador; de mantenerse unidos, podrían repetir la hazaña de 2015.
¿Un tercer Aguilar gobernador?
Nepotismo o no, por el lado de la Casa Aguilar, la cosa es más clara. Mauricio Aguilar Hurtado, quien acaba de renunciar a su curul de senador, quiere ser el tercer miembro de la familia en jurar como gobernador.
El coronel Hugo Aguilar hizo las pases con su hijo Richard y como acto de confianza, lo apoyó para que se convirtiera en senador por Cambio Radical. Ahora intentará cobrarle el favor, y es claro, necesita de sus votos para que Mauricio tenga la fuerza necesaria para enfrentar la coalición liberal que se estructure.
Para Aguilar, padre, la estrategia está planteada sobre un movimiento por firmas para inscribir a su candidato y luego aglutinar partidos políticos afines; pero la otra cara de la moneda la vive Richard, quien ahora hace parte de Cambio Radical, pero poco o nada incide en sus decisiones. Tras bambalinas, Bernabé Celis (quien ya no tendrá credencial) y Ciro Fernández, son quienes tienen la confianza de Germán Vargas y por ende, definirán los acuerdos políticos para la contienda venidera.
El otro problema que afronta el coronel tiene que ver con la poca confianza que Vargas Lleras le tiene. Eso a raíz del ‘viajado’ que le tuvo que hacer la Fiscalía –entendido por muchos como una forma de meterlo en cintura- para que apoyara de frente la aspiración del exvicepresidente. Por los resultados obtenidos en primera vuelta, es claro que Aguilar Naranjo hizo caso omiso de la advertencia y decidió tomar otro rumbo presidencial. Esa ‘jugada’ del exgobernador seguramente le traerá consecuencias.
La ‘tercería’ ahora será de derecha
Con el triunfo del ‘uribismo’ en la Presidencia de la República, sus líderes en Santander creen haberse ganado el derecho de tener candidato propio para la Gobernación. En 2015, Iván Aguilar, hizo ese primer intento pero fracasó y debió –a última hora- unirse a Tavera, mientras que el Centro Democrático apoyó a Carlos Fernando Sánchez.
En ese propósito, de abrirse paso en una candidatura de derecha, están varios de los ‘quemados’ de las elecciones legislativas, por lo que esperan ganarse el guiño del senador Álvaro Uribe. Pero en ese tema, ya hay un dirigente que les ha ganado un buen terreno político, se trata del diputado Mario Antonio Cárdenas.
Hace ocho meses, cuando apenas se estaban cocinando las candidaturas para Cámara y Senado, el propio Uribe le pidió en su finca de Rionegro al padre Mario, considerar ser candidato a la gobernación, lo que al diputado no le disgustó.
En varias ocasiones, Mario Cárdenas dijo que su respuesta al expresidente fue la de “esperar a las elecciones presidenciales” y lo pensaría en serio si “el candidato del uribismo logra el triunfo” debido a que Santander no cuenta con un presupuesto de inversiones que permita satisfacer las principales necesidades “y no soy de los que me gusta administrar pobreza” y esa situación podría cambiar si “elegimos a un presidente de nuestro partido”.
Si Uribe no se echa para atrás y el padre Mario se anima, el ‘uribismo’ –además de convertirse en ‘tercería’- podría tener un candidato con posibilidades de triunfo, por lo menos así lo creen sus seguidores y otros que están esperando en la larga fila de aspirantes.