Por: Juvenal Bolívar Vega/ Un gran avance para la participación política de las mujeres fue aprobado en Colombia: La paridad de género en las listas al Congreso, asambleas departamentales y concejos municipales. Esa conquista quedó consignada en la ley que modifica el Código Electoral. El sistema político nacional exigía la equidad de género en las listas, ahora quedó en el 50%.
Esto, aunado a la decisión de la ONU de celebrar en 2021 los esfuerzos que realizan las mujeres en todo el mundo para forjar un futuro más igualitario, evidencia que la lucha de ellas comienza a dar frutos.
La igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Pero todavía existen muchas dificultades.
Pero, aunque hay más mujeres que nunca en el mercado laboral, todavía hay grandes desigualdades en algunas regiones y a las mujeres se les niegan los mismos derechos laborales que tienen los hombres.
La violencia y la explotación sexual, la división desigual del trabajo no remunerado -tanto doméstico como en el cuidado de otras personas- y la discriminación en la toma de decisiones en el ámbito público son grandes obstáculos que aún persisten.
Colombia ha ratificado todos los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos y derechos de las mujeres, y ha hecho un progreso significativo en el desarrollo de leyes para promover la igualdad de género y garantizar los derechos humanos de las mujeres.
Si bien estas normas proporcionan un marco sólido para avanzar en derechos de las mujeres, siguen existiendo desafíos para su plena aplicación, como muestran los datos sobre las brechas de género.
Colombia está mostrando señales importantes de crecimiento económico como una oportunidad para el progreso social, así como los avances en los indicadores de desarrollo humano. Pero todavía hay brechas de género, en particular en las esferas política y económica.
En cuanto a los indicadores relacionados con el género, la participación política de las mujeres ha aumentado del 6% al 11% en los cargos de elección popular y del 7% al 21% en las elecciones del Congreso en los últimos 20 años. Sin embargo, Colombia, es uno de los países de América Latina con menor representación de las mujeres en la política.
En 2015 son tan sólo el 14% de concejalas, el 17% de diputadas, el 10% de alcaldesas y el 9% de gobernadoras. Cifras aún muy por debajo de la paridad que haría justicia a la proporción de mujeres dentro de la sociedad.
Se han promulgado numerosas leyes nacionales para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres, como la Ley 1257 de 2008. No obstante, las cifras siguen siendo alarmantes. Datos oficiales indican que más de 400.000 mujeres han sido víctimas de homicidio en el marco del conflicto armado y hay más de 57.000 mujeres víctimas de desplazamiento forzado.
Santander cuenta con dos viceministras, una congresista, tres diputadas y 12 alcaldesas, ellas han logrado sacar la cabeza y mostrar sus capacidades, pero aún no tienen la visibilidad que todos esperamos. Las Superpoderosas, la estrategia de Corrillos para visibilizar la gestión de ellas en la política, es nuestro aporte.
Desde este escenario las motivamos para que asuman el reto electoral, no como el simple relleno en las listas, sino como una oportunidad real de liderazgo. Los espacios están abiertos, solo deben entrar y actuar y desde luego, empoderarse. No será fácil, pero es hora que acepten el reto.
*Director de Corrillos
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