Por: Miguel Ángel Moreno Suárez/ Cada vez que recorro los barrios y veredas de Floridablanca, reafirmo la idea de que tenemos la responsabilidad de proponer que desde lo público, se implementen más programas para el fomento de empleo sostenible, dirigido a jóvenes en edad laboral, madres cabeza de familia y personas en edad productiva que superan la expectativa pensional, como estrategia para encontrar el camino hacia el mejoramiento del nivel de ingreso para las familias florideñas.
Creo firmemente que el papel de lo público debe ser el de integrador y articulador, para que se aproveche la relación necesaria que debe existir entre el desarrollo socioeconómico y el espíritu empresarial. He observado un alto nivel de emprendimiento autónomo que avanza y es ahí donde debemos enfatizar la estrategia para crecer.
He visto verdaderas unidades productivas que pueden aumentar su nivel de producción y de oferta, con el concurso del sector público, lo que automáticamente aumentaría muchos puestos de trabajo. En ese escenario debemos participar.
Esas unidades productivas existentes que ya están probadas y no están en incubación, deben recibir apoyo financiero estatal a través de un convenio que coadyuve la creación de nuevos empleos, de tal manera que esos nuevos empleos tengan sostenibilidad.
El Estado ha realizado muchísimos ensayos a través de programas de incubadoras de empresas y de capital semilla, sobre los que vale la pena hacer una evaluación de los resultados obtenidos. Esos esfuerzos no han sido malos pues han permitido el nacimiento de nuevas pequeñas empresas que en varias ocasiones han terminado en emprendimientos distintos a aquel que el estudio previo recomendó.
El capital semilla para una panadería, termina siendo destinado a una peluquería en atención que el agente del Estado no ha tenido en cuenta la vocación del emprendedor.
El autoempleo como alternativa se convierte en una oportunidad, pero debe respetarse la vocación del emprendedor y orientarse teniendo en cuenta las condiciones del mercado, la variable de la unidad productiva existente en el ramo de esa vocación, para incorporarlo al mercado laboral a través del convenio que proponemos.
Darles la mano a los productores de zapatos, las obleas y los dulces ha sido una magnífica idea. Debemos hacer más. Ir hacia quienes teniendo sus pequeñas y medianas unidades productivas, están en capacidad de ampliar sus mercados para productos e insumos que tienen su demanda en el área metropolitana.
Productos e insumos para la cadena de alimentos, pequeñas autopartes, textiles, lavandería, partes eléctricas y electromecánicas, catering e insumos para el sector salud.
En síntesis, desde lo público es necesario fomentar una cultura empresarial con integración y trazabilidad en las instituciones educativas de todos los niveles, con el propósito fundamental de generar empleo y mejorar la calidad de vida de la gente. Florideños, sobre ese eje temático debemos trabajar.
Twitter: @MiguelMorenoSu