Opté por el título leído porque para nadie es un secreto, la politiquería santona se agudizó en los partidos políticos, hablo de Santander y su ciudad capital, porque quienes son elegidos se les olvida que no tienen votos, lo anterior mencionado se les debe a los “amiguis” no por voluntad exógena, practicada a expensas del aleatorio presunto de recibir unos “chivitos”, lechonas, llaneras, cerveza, o los posibles engrases, que es la política insana manipulada para obtener resultados exitosos de siempre, este acto ya es manía, infortunadamente se manejan de los más altos cargos de la cosa pública, lo anterior esgrimido generalmente tiene una respuesta: “la traición”, otro apellido.
Tengo la convicción que el excongresista Rafael Serrano Prada, primer presidente de la Comisión de Paz en su función de Congresista en Colombia, es el único político que ha estado incólume en el estar del partido conservador en el departamento, su nombre nunca se verá en listas que no sea su digna representación conservadora, está definido que el profesional Adrián Serrano Prada, su hijo, tiene aspiración a ser senador de este país, joven abogado de profesión especializado, que acreditan el suficiente conocimiento y garantía para ser elegido como congresista de la república, preguntando por esa digna aspiración, el positivismo, respaldo, es un tsunami de buenas razones.
Complicado hacer política seria en Santander, hay que cambiar a los que tengan rabo de paja, caso del exsenador José Alfredo Marín Lozano, quien recibió apoyo y respaldo para su elección del Coronel Hugo Aguilar Naranjo y se le ‘voltió’, más se demoró un merengue a la salida del colegio Santander, que el exsenador en sus oficios negativos, abandonó a sus amigos, a quienes votaron por el en el país, simplificando… traicionó a Santander coadyuvando al pacto para acabar con el departamento, cuyo único dueño es nuestro padre celestial y eterno, pero si esto paso con Marín sin fin, lo de otro senador santandereano que teniendo tiempo de jubilación adora presumiblemente el engrase.
Me refiero al senador Jaime Durán Barrera, cuyos áulicos respaldaron su decisión en el departamento, traicionar a quienes dieron el voto para su elección en Santander con otros departamentos del país, con gestión del Gobernador Juvenal Díaz Mateus ha podido conseguir apoyo con el ejército nacional, arreglando vías, instalando puentes militares donde la lluvia los derribo, con otras serie de oficios que benefician al departamento y su capital, al alcalde Jaime Andrés Beltrán Martínez le toco asumir las tiranteces fatuas fabricadas en contra de Bucaramanga, desde el centro del país pero entiendo no hay mal que dure cien años y cuerpo que lo resista, ¡amanecerá y veremos!
Los apátridas que traicionaron a Santander teniendo injerencia con Jaime Durán, es mi opinión deben ser expulsado del Partido Liberal, entendiendo tiene al interior del liberalismo santandereano secuaces, esos que le baten incienso sin celebrar misa, los mismos que absorbieron al partido, se llenaron de plata en representación liberal, a cambio de qué – pregunto- en círculos sociales divulgaron a un exgobernador, exalcalde de Bucaramanga les regalaron casa a cada uno, barrio los cedros cerca de pan de azúcar, lo cierto hay que recuperar el Partido Liberal en nuestro departamento, los que ya ordeñaron y están bien, dejen trabajar a quienes quieren su partido y no lo venden.