Por: Jenny Paola Rangel Chaves/ Estimados lectores, primero que todo agradezco por estar un año más escribiendo para ustedes, y saber que cuento con personas que me leen y aprecian mis columnas.
Aprovecho este espacio para desearles un feliz, próspero y bendecido 2022, que este sea el año de cumplir y hacer realidad todos sus sueños, metas y propósitos que pudieron haber quedado sin cumplir el año anterior a este. Y que se propongan nuevas metas, nuevos retos (realistas) por alcanzar y luchen con todas las fuerzas de su corazón por conseguir todo eso que tanto anhelan, poniendo en primer lugar a Dios como patrocinador oficial de todos sus propósitos, pues finalmente Él es quien sabe lo que necesitamos y lo que nos conviene.
Recuerden dejar atrás los malos hábitos, y por el contrario ir incorporando rutinas favorables que con constancia y disciplina se irán convirtiendo en hábitos que después no querrán dejar, tales como el deporte, la comida saludable, 5 minuticos de un buen libro, etc.
Este año traten en lo posible de pasar más tiempo de calidad con sus familias, esta pandemia nos ha enseñado a valorar mas a nuestros seres queridos, pues hemos perdido personas cercanas con las cuales hubiésemos querido compartir y tener cerca por mucho mas tiempo.
Lo anterior me recuerda que debemos iniciar el día siendo agradecidos por tener un techo, un hogar, y un día mas de vida, no todos amanecen con ese privilegio, con ese tesoro tan preciada como es la vida, la salud, la familia.
Inicien el año con mas empatía por los demás, no todos tienen tus mismos privilegios, ni están pasando por su mejor momento, no sabemos como y en qué situación están afrontando las personas a nuestro alrededor, si ves a alguien desanimado, no lo ignores, no lo rechaces ni le digas que está haciendo mucho drama, son sus sentimientos y por ende son válidos, no siempre podemos estar positivos, en ocasiones es sano pasar por momentos difíciles para aprender a valorar lo que tenemos, y la mejor forma de ayudar al otro es brindando nuestra compañía, o una palabra de aliento, que no cuesta nada, pero puede ser lo que otra persona necesita escuchar, no sabemos en que momento podemos pasar por lo mismo y tendremos que requerir ayuda de los demás.
Que sea un año para dejar el orgullo a un lado y perdonar, así como también aceptar perdón, limpiar el alma de tanto rencor, que tanto daño le hace a nuestro cuerpo, pues las emociones repercuten y afectan nuestro estado de ánimo, nuestra salud mental. De nada sirve darnos golpes de pecho, aparentar ser buenas personas si por dentro guardamos sentimientos tóxicos, como envidias, resentimientos y hablamos mal de los demás. La verdadera paz mental inicia cuando tenemos relaciones sanas con los demás.
Para terminar, hay una frase que circula por las redes sociales y dice lo siguiente: “No tiene que cambiar el año, el que tienes que cambiar eres tú”.
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*Profesional en Administración de Empresas (UNAB), Magíster en Administración de Empresas con énfasis en Gestión Estratégica de Mercadeo (UNAB). Docente Universitaria.
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