Tras un año 2020 catastrófico, con pérdidas de 8.000 millones de euros (9.100 millones de dólares), el grupo facturó en 2021 unos 46.200 millones de euros (52.500 millones de dólares), en progresión de un 6,3% pese a un menor número de ventas por la crisis de los semiconductores.
Sin embargo, este resultado obedece a la nueva política comercial del grupo basada en el valor y no en el volumen, con vehículos vendidos más caros a los particulares y más baratos a las empresas de alquiler.
Con las buenas ventas del nuevo utilitario Arkana y la gama de este tipo de vehículos, esta política permitió compensar la bajada anual de ventas (-4,5%).
El grupo también anunció que cumplió con un año de antelación su plan de ahorro en los costos fijos de 2.000 millones de euros (2.270 millones de dólares), respecto a 2019.
Pese a estos resultados, Renault no distribuirá dividendos este año.
«Renault Group logró ampliamente sus objetivos financieros de 2021, pese al impacto de la escasez de semiconductores y el alza del precio de las materias primas», declaró Luca de Meo, su director general.
Para el responsable, «esto refleja el ritmo constante al que avanza la transformación en profundidad del grupo, iniciada en el marco de Renaulution», la estrategia presentada a principios de 2021 por la compañía francesa.
Renault, que tomó prestados 4.000 millones de euros (4.550 millones de dólares) garantizados por el Estado francés para enfrentar la crisis del Covid, prevé devolver la mitad este año. El préstamo se saldará por completo a finales de 2023.
En un sector sobre el que todavía pesa la crisis de los semiconductores, el grupo prevé una pérdida de 300.000 vehículos en la producción de 2022.