Por: Argemiro Castro Granados/ A raíz de la nube de noticias falsas que circulan en las redes sociales -a propósito de esta campaña electoral- se deben pasar muchas de ellas, primero por salud mental y segundo por parecer exóticas; pero que la existencia, la validez de un contrato o negocio jurídico y sus efectos, dependan de los resultados electorales, eso sí parece exótico, pero en la realidad no le es. Y personalmente no le di la trascendencia hasta que no lo viví en carne propia, cuando para cerrar un negocio de compraventa de inmueble se me pidió incluir la “Clausula Petro”.
La “condición resolutoria” en los contratos esta prevista en el artículo 1536 y ss del Código Civil Colombiano y “es aquella cuyo cumplimiento resuelve la obligación, volviendo las cosas al estado que tenían, como si la obligación no hubiere existido”. A su vez, la definición de condición “es un acontecimiento futuro e incierto, susceptible de afectar la perfección o resolución de los actos jurídicos”.
Es decir que ante la “desconfianza” que produce en la economía, un eventual gobierno de Gustavo Petro, los agentes económicos tratan de “prevenir los riesgos” en sus inversiones, incluyendo una clausula en el contrato en el que se estipula que este no produce los efectos jurídicos (entrega del bien por un lado y entrega del dinero por el otro) en caso de ser elegido Gustavo Petro presidente de la Republica, dejando las cosas en su estado anterior, es decir se devuelven las arras y el bien, sin generar efecto alguno.
Para los economistas una de las bases de la economía de un país es la “confianza” que se tiene en ella; lo cual genera las llamadas “expectativas económicas” sobre las que se han concentrado muchos trabajos y teorías económicas, para explicar el papel que tienen dichas expectativas sobre los precios y otros valores económicos como el ahorro y la inversión.
Keynes por ejemplo le dio a las “expectativas” un papel relevante en los ciclos económicos, explicando como el ánimo colectivo determinaba el nivel de demanda y por tanto de producción y como un hecho que generara desconfianza, afecta la tendencia de crecimiento que debe acompañar el ciclo económico, como requisito para que se genere crecimiento y desarrollo económico.
Los economistas tienen a menudo muchos problemas al manejar las variables económicas para encausar una determinada política económica, por ejemplo bajar la inflación, reducir la tasa de desempleo o aumentar la inversión y se encuentran que los efectos no son los esperados o son incluso estos neutralizados por los efectos del motivo “prevención del consumidor” y es que el consumidor ante una mera “expectativa” genera una reacción para protegerse.
Algunas de las principales variables de la economía colombiana se han visto distorsionadas en estos últimos meses por un eventual gobierno de Petro y específicamente por lo que representan para variables transcendentales como el ahorro y la inversión, las propuestas económicas del candidato como las llamadas “expropiaciones de terrenos improductivos” que luego explicó que no eran expropiaciones, sino ventas forzadas a través de los impuestos altos (que se convierten precisamente en confiscatorios); las políticas de priorizar la nacionalización de sectores claves de la economía en perjuicio de la iniciativa privada; el abandono del sector de los hidrocarburos y todo el sector de la minería, que han sido por décadas el motor de crecimiento de la economía colombiana; o las propuestas de incrementar el asistencialismo sin un soporte fiscal.
Estas propuestas “asustan” a los agentes económicos que han preferido la “prudencia” en sus inversiones e inclusive “reservar” parte de sus capitales sacándolos del país, hecho que se evidencia inclusive en un informe de la Miami Association of Realtors (Asociación de Empresas de Finca Raíz) de abril 18, en donde revela que los colombianos lideran la intención de compra de finca raíz en la Florida y que esto está relacionado con la incertidumbre sobre el futuro de Colombia en una eventual presidencia de Gustavo Petro.
La “expectativa Petro” evidentemente ha generado efectos negativos en la economía ante la desconfianza en su futura “sanidad”, hecho que no solo se ha hecho sentir en la llamada “Cláusula Petro” que opera en las transacciones de bienes raíces, sino que se ha visto reflejaba en la bolsa de valores de Colombia que sufrió algunos pequeños bajones en el mes de mayo (Antes de la primera vuelta) y que se ha extendido a todos los agentes económicos llegando inclusive alertar la Inversión extranjera directa, hechos y sentires ante los cuales se han manifestado todos los gremios de la economía llevando incluso a generar un hecho sin antecedentes y es agrupar a todos los gremios de la producción en apoyo directo a la campaña de Iván Duque como un “efecto protección”.
Y el fenómeno no es solo visto y analizado por los sectores económicos, sino que los sectores políticos e inclusive de la campaña del mismo Petro lo han evidenciado y ante ello unos y otros han tenido que reaccionar tomado partido, estos últimos, llegando incluso a montar una nueva estrategia, que sin importar que tan consistente lo vea el elector, se le ha recomendado al candidato, que así sea como mera “estrategia política”, cambie y modere su discurso frente a estos temas y por eso sorprende cuando la campaña del candidato tiene que montar todo un espectáculo bíblico -cual Moisés en el desierto- para llegar a firmar sobre mármol (estrategia que a la postre ya fue utilizada por Santos para engañar al electorado) 12 compromisos que contrarían su discurso de más de dos años de campaña, los que encabeza asegurando que ya (1) no realizara expropiaciones, (4) valorara la iniciativa privada sobre las nacionalizaciones y (10) habrá un periodo de ajuste para eliminar los hidrocarburos y la minería.
Afortunadamente los efectos sobre la economía colombiana de la “expectativa Petro” ha sido aminorados por los resultados electorales del 27 de mayo y los aciertos de las encuestas en la primera vuelta presidencial, en las que Duque le sacó 2.700.000 votos a Petro y ahora las cifras que han entregado todas las encuestadoras en la última semana, que muestran que en todas existe una ventaja de Iván Duque sobre Petro que esta entre el 1.500.000 y los 3 millones de votos.
En conclusión la “Cláusula Petro” si existe y lo puede verificar Ud. amigo lector en cualquier notaria o en las agencias inmobiliarias de la ciudad; como también existe literatura económica sobre las “expectativas” económicas y el “motivo prevención” del consumidor y por ende no son “solo parte de una campaña política negativa”, los sentires que tiene un grueso de la población colombiana, que un eventual gobierno de Petro atentaría contra el tejido productivo y la institucionalidad del país, o si no, porque tuvo que cambiar o moderar su discurso, así sea una mera estrategia política.
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