Por: Gustavo Herrera Acelas/ A nuestra generación y las anteriores siempre le costó botar y así anduvimos por las calles guardando el pañuelo de tela del bolsillo y lavando los pañales de tela para reutilizarlos, tomando la leche de cantina en la jarra y el agua directamente del ducto sin costo y nunca nos pasó nada. Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento nos distrajimos y todo se volvió desechable.
Yo no consigo cambiar el auto cada 2 años, el juego de alcoba una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades. Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida. Es más, se compraban para la vida de los que venían después, la gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta la ropa y uniformes para los hermanos menores. Ahora se produce más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad. Tiramos absolutamente todo, esta pandemia nos ha servido para reflexionar más al respecto.
Hoy no existen remontadoras ya no hay zapatero que remiende un zapato, ni colchonero que sacuda un colchón y lo deje como nuevo, ni afiladores por la calle para los cuchillos. De ‘por ahí’ vengo yo, de cuando todo eso existía y nada se tiraba. Y no es que haya sido mejor, es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el ‘guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo’, pasarse al ‘compre y bote que ya se viene el modelo nuevo’. Hay que cambiar el auto cada 3 años porque si no, eres un arruinado. ¿Aunque el auto esté en buen estado pero que dirá mi vecino?
¡Y hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo! Pero por Dios. El consumismo en la mayoría de los casos lo hacen por el impulso de seguir los estereotipos sociales para ser aceptado por ella y el deseo de conseguir “una mejor vida”.
¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?
Nosotros guardábamos los papeles para reutilizarlos; el papel prensa para envolver de todo, el plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer adornos de navidad, los retazos de tela para hacer colchas y delantales, los fósforos usados no se botaban porque podíamos reutilizarlos estando encendida otra vela, y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos. Los de bocadillos veleños para hacer carros de juguete, las latas de duraznos y la de leche Klim se volvieron macetas, y los envases de mayonesa para la alacena. Los de la mermelada eran para servir el jugo al almuerzo.
Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también hasta el respeto, el amor y la amistad son “productos” que se usan y se tiran. A los ancianos se les declara la muerte y cuando ya no aportan se les deja en un hogar geriátrico, hoy hasta los cónyuges se cambian por modelos más nuevos en cuanto a uno de ellos se le cae la barriga o los glúteos, o le sale alguna arruga o sufre alguna enfermedad o calamidad, vamos a Tinder o Badoo y renovamos.
Hablar de consumismo es plantear el problema del hiperconsumo de las sociedades, que sigue creciendo como si las capacidades de la tierra fueran infinitas. La gente gasta su dinero de una forma descontrolada sin importar las consecuencias que esto tenga, mientras otros no tienen que comer al desayuno. Hay que tener en cuenta que la desigualdad crea violencia.
La solución viable es el consumir de una manera responsable, satisfacer todas las necesidades básicas, y controlar el consumo antes de que éste nos controle, tomando en cuenta todos los aspectos a la hora de consumir, no sólo el deseo que se tiene por hacerlo.
Finalmente, se puede llegar a la conclusión de que el consumismo es uno de los problemas a nivel mundial que se presenta con mayor fuerza en las sociedades y es por eso que se debe empezar a crear consciencia del mismo, en lugar de ser una sociedad inteligente nos llevará a estar atrapados en problemas financieros, económicos, personales y hasta psicológicos. Nuestro principal reto, y la mejor solución, es optar por hacer un consumo responsable, satisfaciendo necesidades reales y mejorando nuestra economía como personas y como sociedad razonable.
Hoy tendría que plantearme seriamente si a futuro se pueda entregar a la señora como parte de pago de otra con menos kilómetros y alguna función nueva. ya todas las sociedades avanzadas quieren un androide de pareja, porque esa no tiene programa de cantaleta. Hoy hay que reflexionar más que nunca acerca del impacto que tiene el consumismo en la sociedad actual, sus consecuencias y planteamiento de una solución que sea viable para nuestra sociedad y tiempo.
Dirigente comunal, artista y consultor de marketing
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Gustavo hoy recuerdo con mucho cariño y nostalgia la Remontadora Champion y en Giron se legaron a reciclar hasta bombillos (aunque usted no lo crea)