Un cartel de una fundación que ayuda los ciudadanos venezolanos fue instalado a la entrada de la ciudad de Bucaramanga y en él se leen los servicios gratuitos de hospedaje y alimentación que pueden recibir los migrantes durante quince días.
Sin embargo, en un costado de la valla hay un texto que dice «no se aceptan homosexuales, drogadictos ni ladrones» lo que ha generado rechazo y polémica en algunos bumangueses.
Olga Materón, defensora de derechos humanos de la comunidad Lgbti, cuestionó la instalación de la valla, argumentando que es discriminatoria con quienes optaron por llevar una orientación sexual diferente.
«Por el hecho de que usted sea parte de la comunidad Lgbti no significa que no pueda hacer parte de estos espacios de ayuda, es un acto claro de discriminación y es un reflejo de los discursos de odio de algunas personas que lo han venido socializando en la comunidad, es lamentable que esto pase», indicó la líder y vocera de los Lgbti en Bucaramanga.
Los integrantes de la comunidad gay en Bucaramanga aplauden que por un lado se quiera ayudar a los caminantes que llegan a la ‘ciudad bonita’ provenientes de Venezuela, pero rechazan que quienes integren la comunidad Lgbti no puedan ser atendidos con alimentación y hospedaje gratuito.
«Uno resalta estas ayudas para estos ciudadanos pero no podemos decir que son del todo positivas, creo que ahí le estamos restando la importancia que tienen como organizaciones. No puede ser que las fundaciones estén excluyendo a los Lgbti, campesinos o negros de estos espacios», afirmó Olga Materón, presidenta de la Asociación Avanzando.
Grupos de ciudadanos venezolanos que residen en Bucaramanga también rechazaron la instalación de la pieza publicitaria que ofrece ayuda a los migrantes pero que deja en claro que «no se aceptan homosexuales, drogadictos ni ladrones».