Por: Jhon F Mieles Rueda/ La vida humana a menudo es comparada metafóricamente de muchas maneras, muchos la comparan como un sueño, como un juego, también hay quienes la comparan como un tren que nos conduce hacia nuestro destino haciendo distintas paradas a través de una ruta casi infinita.
Pero creo que la mejor manera de compararla es como un viaje… Un viaje que nosotros no elegimos hacer, pero sin embargo debemos intentar disfrutar al máximo.
Este es un viaje que inicia el día que nacemos, pero a lo largo de los años cuando nos hacemos adultos y tenemos que afrontar la realidad de la vida, suelen distraernos ideas, proyectos, dificultades y compromisos que lentamente nos desvían de nuestro rumbo y nos sumergen en una burbuja de realidad inmediata en la que solemos vivir preocupados solo por los afanes del día a día, que nos impide soñar a plenitud y de disfrutar nuestro viaje.
Y de esta manera sigue transcurriendo el tiempo hasta que un día nos despertamos con cuarenta o cincuenta y tantos años y nos preguntamos: ¿Oh Dios mío en qué momento pasó tanto tiempo? Y es probable que en ese momento de la vida te puedas sentir mal contigo mismo por distintas cosas, tal vez por no haber conseguido hacer realidad todos los sueños y metas que te trazaste en tu juventud, por no haber apreciado el valor del tiempo… por no haber disfrutado más de la vida, de tu viaje.
Viaja y verás cómo iras adquiriendo una visión más amplia y completa del mundo, veras que nada es tan importante ni tan indispensable como parece.
Viaja el dinero finalmente se puede recuperar, pero sabes que el tiempo no porque la vida es un viaje y lo disfrutes o no igual algún día se va a terminar, esa es la realidad de la vida y no podremos hacer nada para evitarlo.
El camino suele tener numerosos obstáculos que nos harán dudar de si vale la pena seguir, si es la dirección correcta o si es necesario pasar por esos trances. La respuesta a estas preguntas nunca parece estar clara, aunque suele ser sí.
Por ello debes ser consciente que el día que estás viviendo hoy es único, que las personas que hoy están en tu vida mañana no van a estar, y que a ti en cualquier momento te puede llegar el fin del camino, por ello también es necesario saber elegir a nuestros compañeros de aventura.
Lo primordial es seguir adelante, recordar los pasos ya caminados para no volver atrás y tener clara la meta final pero disfrutar el trayecto a cada momento.
Este viaje puede ser una aventura apasionante, un trayecto monótono, un plan pensado por nosotros, una visita organizada por otros, un viaje personalizado o un viaje a un destino sin ningún encanto.
La vida es así. De las decisiones que tomemos, de cómo lo preparemos y lo afrontemos va a depender cómo nos vaya en este viaje.
Viviremos aventuras de amor, de amistad, de miedo, de sorpresa, de llanto, de risas y estos momentos, todos los momentos de nuestro viaje son únicos e irrepetibles y cómo los vivamos depende de nosotros. Este viaje, esta vida, es un regalo que hay que disfrutar, así que es mejor diseñarlo para que nos resulte lo mejor posible.
Y finalmente lo más valioso que podremos dejar en este mundo no es lo material, sino el recuerdo y la opinión que hayamos dejado impresa en la mente y en los corazones de nuestros semejantes.
Así mismo y lo único que podremos llevarnos con nosotros serán nuestros recuerdos, solo los recuerdos que hayamos cosechado durante este… Nuestro viaje terrenal.
*TG. Agroforestal, pensador y político.
Facebook: Jhon F Mieles Rueda
Twitter: @meideijhon
Instagram: jhon_f_mieles