Por: Reinaldo Pérez Flórez/ En el año 1944 el mundo experimentaba una serie de transformaciones territoriales y sociales, donde se luchó por fortalecer las libertades individuales de los ciudadanos, tiempos difíciles en que la razón estaba directamente ligada a fundamentalismos doctrinales que dividían al mundo entre lo políticamente correcto e incorrecto. En ese mismo año el Dr. Darío Echandía asumía la presidencia de nuestro país por encargo ya que el presidente electo Alfonso López había sido encarcelado y el presidente por encargo necesitaba restablecer el orden público, por eso ordenó al Director de la Policía Nacional, a través de una Resolución dictada el 10 de Abril de 1944 que interviniera todos los periódicos y revistas de Bogotá, entre ellos el periódico El Siglo S.A.
La libertad de opinión, expresión y pensamiento contenidas en los artículos 10 y 11, de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, fácilmente se convirtieron en “Libertad de Opresión e Intimidación” solo por una razón, la Resolución expedida por el Presidente Echandía, le había dado facultades al Director de la Policía Nacional, para que se convirtiera en el editor de los periódicos y revistas más importantes del País, todo soportado por una norma Constitucional, que desprotegía La libertad de Prensa, donde en su artículo 42 decía que “La prensa es libre solo en tiempos de Paz”, no había forma de que se informara libremente ya que, según el actual rector del Externado Juan Carlos Henao, en uno de sus escritos dijo, “en el siglo XIX estuvimos envueltos en 142 guerras civiles”.
Hoy en día la guerra y la violencia son de carácter administrativo, la violencia administrativa generada por el autoritarismo y la irresponsabilidad social de algunas autoridades de la ciudad, van ligadas a los fundamentalismos doctrinales, etiquetan a la ciudadanía con un dañino, “Yo estoy limpio, tú estás sucio”. El punto de inflexión se genera cuando la libertad de expresión, opinión y pensamiento ponen en evidencia que la primera autoridad administrativa de la ciudad y sus arfiles, son quienes más se han sabido ensuciar sus manos, y no precisamente por realizar un trabajo de campo en las comunidades bumanguesas, su “indelicado” comportamiento desborda la imaginación de novelistas como Mario Gianluigi Puzo.
Esta novela no está al alcance del ingenuo entendimiento de las “alcantarillas digitales” o los embajadores de la moral administrativa de la Alcaldía de Bucaramanga; en su osado y desproporcionado intento por vender emociones, el jefe de nuestro ente territorial en entrevista con la emisora la W expresó, “ellos grabaron intencionalmente, eso solo lo hacen los bandidos, grabar para luego pasar cuentas de cobro”. Después de que las grabaciones de su despacho se dieron a conocer ante la opinión pública, donde están involucrados varios funcionarios de elección popular y contratistas, para algunos reconocidos Penalistas, ésta entrevista es la aceptación tácita de un comportamiento delincuencial, donde se grabó en el despacho de la Alcaldía a personas sin su consentimiento, y el responsable era el padre de los herederos Hernández.
Estas grabaciones por haber sido hechas en un edificio del Estado, ya hacen parte de la función pública de esta Alcaldía y según su creador, son un título valor mercantil que tiene mérito ejecutivo, pero ahora tienen un problema mayor, él no es el único poseedor de estas grabaciones y el solo contenido evidenció muchos comportamientos por los cuales, todos los involucrados han tenido que salir a dar explicaciones y en algunas de ellas, defender lo indefendible, criminalizando al medio de comunicación digital y alternativo (El Denunciante), que hizo públicas parte de éstas evidencias; lo grave no es que lo hagan las personas involucradas en estos registros, lo grave es que lo haga la dirección del medio de comunicación escrito y digital más influyente del Oriente Colombiano.
Silvia Galvis Ramírez (QEPD) periodista, politóloga, escritora, creadora y por muchos años directora de la Unidad Investigativa de esa casa periodística, no habría tenido ningún problema en profundizar en esta investigación, haciendo lo que le indicaba su responsabilidad social, hacer públicas las “indelicadezas” de ésta administración, sin importar que uno de los columnistas más queridos y recordados de este medio de comunicación, hicieran parte de estos videos grabados en el despacho del alcalde, enfrentándose a la “opresión e intimidación” ejercida por los círculos negacionistas de la Familia Hernández. Esta vez, se ha criminalizado un derecho fundamental que es la garantía para el desarrollo de los distintos principios constitucionales de nuestra sociedad.
Los tiempos violentos de la Revolución Francesa, fueron legitimados por el sector de izquierda fuerte encabezada por Jean Paul Marat, quien dirigía el medio de comunicación más leído, el periódico antioligarca L´Ami du people (el amigo del pueblo), ahí era muy fácil juzgar y condenar todo lo que fuese en contra de la revolución, pero ante todo justificar las acciones desmedidas de los Jacobinos donde el precursor de la revolución también paso por la guillotina, la doctrina moralista, “yo estoy limpio, tu estas sucio” fue legitimada por un medio de comunicación, en pleno siglo XVII donde la “alcantarilla digital” era el periódico de circulación nacional.
Correo: reyinaldpf77@gmail.com
Twitter: @reyinaldf77