Por: Carlos A. Gómez/ Imagino que han oído hablar sobre el concepto de ‘menos es más’. Este término ha tomado cada vez más fuerza desde que se habló de él a finales de la década de los sesenta en los Estados Unidos. El concepto como tal invita a usar lo que realmente se necesita. En sus casas deben existir muchos artículos que ya no usan, que llevan meses o incluso años guardados y que solo se acuerdan de tenerlos cuando hace aseo profundo o se están mudando. Muy a pesar de que usted lo ha tenido por meses guardado sin usarlo, lo pone en la caja para llevárselo a su nuevo lugar de vivienda, o si está ordenando, lo limpia y nuevamente lo guarda otro tiempo más.
Tenemos la costumbre de generar sentimientos por objetos que en la mayoría de los casos no representan ninguna utilidad, pero sí generan un espacio. Con el pasar del tiempo, esos objetos que usted guarda han perdido ya su valor comercial, pero ¿por qué no se deshace de ellos? ¿Por qué simplemente no los bota o le da un uso? Eso ocurre por el sentimiento que usted le ha dado a un objeto, esos sentimientos están almacenados en un lugar de su mente que no le permiten tener el impulso de pasarlos a mejor vida.
El minimalismo invita a la gente a vivir con lo esencial, comprar solo lo que realmente necesita, darle una vida útil el mayor tiempo posible a algún artículo; se trata de usar y reutilizar con el fin de minimizar el impacto que tiene el consumo que usted genera. Según algunos estudios publicados por la BBC, en el mundo cada año se producen más de dos mil cien millones de toneladas de desechos. Cerca del 16 % es reciclado, el resto es llevado a los rellenos sanitarios. En promedio, un habitante de Colombia genera cerca de 17,2 toneladas de desechos en su vida. En países desarrollados la cifra por habitante es cercana a las 20 toneladas.
Vivir con lo que es exclusivamente necesario no es limitarse en tener objetos o tener una vida de ermitaño, significa no comprar por comprar. Hacer parte del consumo nos hace responsables de los desechos o basura que se generan de las cosas que adquirimos. ¿No les ha pasado que salieron a comprar zapatos y llegaron con pantalones, camisa y medias? Esto no estaba en sus planes, pero el vendedor o usó con mayor influencia sus técnicas de ventas o usted fue débil y no respetó el presupuesto que tenía destinado.
La sostenibilidad tiene un concepto puro definido en usar los recursos actuales para satisfacer nuestras necesidades sin afectar los recursos para las generaciones futuras. Este concepto se usó en 1987 por la ONU en el informe llamado «Nuestro Futuro Compartido». Sin embargo, el objetivo mundial es sacar a los países de la pobreza, para que todos puedan tener una vida de «primer mundo», es decir, entre más rico sea su país, más oportunidades tendrán sus habitantes para mejorar su calidad de vida. Parece que la calidad de vida está sujeta a un estilo de vida que debe estar rodeado de comodidad, esto es, que usted tenga el acceso a adquirir todos los bienes posibles.
Sin embargo, entre usted más ingresos tenga más será la capacidad de adquirir objetos para llenar espacios que serán más grandes. Entre más dinero usted tenga, satisfacerse será más difícil. No estoy queriendo decir que esté mal, estoy diciendo que usted podría generar más basura si no se detiene a pensar si realmente necesita lo que va a comprar.
El mismo sistema actual de consumo nos lleva a cambiar el celular cada año, porque el nuevo modelo tiene una cámara que lo hará ver mejor, o tomará una foto mejor a la luna, o podrá tomar una foto con mejor ángulo, etc. Con los carros, la ropa, los zapatos, los televisores, las computadoras, los relojes, pasa lo mismo: cada año somos parte de los planes de los diseñadores que pasan cientos de horas tratando de cambiar algo de lo que ya tenemos para que se vea distinto y con eso convencernos para que lo cambiemos. Al final, el reloj da la misma hora y al celular entran y salen las mismas llamadas, ¡pero tenemos la mejor cámara! ¡Selfi!
Haga una ronda por su cuarto, mire su clóset, cuente cuántas prendas de vestir no usa hace meses. Pase por su cocina, mire si tener dos o tres batidores de chocolate le es útil, ¿no le parece que con tener uno es suficiente? ¿Cuántos juegos de vajilla usa? ¿Tiene una para navidad? Y otro juego para el uso corriente e imagino que tendrá otra para un evento especial.
Cada uno de los objetos que tenemos han sido transformados; entre el 60 % y el 70 % de los objetos que usted tiene en su casa están hechos de plástico y tienen algún compuesto. Piense en el origen del objeto y al tiempo piense en dónde va a terminar. Muchos componentes hechos de plástico tardan más de 100 años en biodegradarse. En la mayoría de la población no existe la cultura del reciclaje, por lo que es necesario ajustar los hábitos de compra compulsiva. Ahora que entramos en una recesión económica sería bueno ajustar y bajar la cantidad de productos que adquirimos y que no aprovecharemos en su gran mayoría.
El minimalismo es un estilo de vida que al aplicarlo nos traerá un sistema con el que nos acostumbraremos a usar lo que compramos y a no almacenar lo que adquirimos. Los invito a que pensemos dos veces antes de volver a comprar alguna cosa que realmente no necesitemos. Si ya tiene una, sáquele provecho y para esto la clave es que usted esté enterado de qué es lo que tiene en su casa. Posiblemente esté comprando algo que tiene guardado y lleva meses sin usarlo.
Pienso que el minimalismo y la sostenibilidad van de la mano. El primero le ayudará a generar un criterio de conciencia real sobre el consumo, y el segundo le impulsará a pensar en su bienestar actual y en el bienestar de los que vienen.
Soy un convencido de que este planeta aún tiene la capacidad para albergar a cientos de miles de seres vivos y brindarles todo lo que necesiten, pero eso no significa que nos aprovechemos de la abundancia de la tierra.
*Ingeniero Industrial – Magister en Responsabilidad Social y Sostenibilidad.
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