Con la ingobernabilidad en la que está sumida Bucaramanga, producto de una administración corroída por la corrupción y el evidente incumplimiento en las metas del Plan de Desarrollo, queda claro que la cura fue peor que la enfermedad, incluso, fatal.
Aquel empresario alejado de las prácticas clientelistas, el hombre probo de la transparencia y las buenas costumbres, aquel ‘caudillo’ que pondría a caminar los bumangueses por el sendero del progreso; nunca apareció. Solo fue una estrategia fallida de lo que se conoce como marketing político diseñada por La Cocina Hot Work, de los costosos estrategas argentinos pagados con el erario.
En la práctica -según los informes de las autoridades- los niveles de delincuencia están por las nubes; la atención a la población vulnerable no se ha visto, la inversión en infraestructura no avanza y solo se percibe la que pudo hacer el gobierno nacional (incluyendo las obras financiadas por los peajes de Lebrija y Rionegro). Es claro que la elección de Rodolfo Hernández Suárez fue un error.
Y, aunque «no por mucho madrugar amanece más temprano», las principales fuerzas sociales, comunales y por ende políticas, quieren enmendar ese error. Por eso, a 16 meses de las elecciones regionales, comenzaron sonar nombres de aspirantes a suceder al incompetente Hernández Suárez.
Para el desapercibido ciudadano, con las grandes fallas cometidas por el alcalde y sus pésimos resultados administrativos, el camino está despejado para que el liberalismo recupere el poder.
Pero en la práctica, esto no es cierto, debido a que los ‘rojos’ viven su más grande división en lo local. El interés de la familia Tavera de imponer sus candidatos (generando un rechazo en las bases); un concejo diezmado (y pasando aceite) y la salida de la colectividad de varias piezas del engranaje, podrían significar que un triunfo Liberal esté más lejos que en 2015.
Este cuatrienio, que hoy es considerado de transición, ha servido para que la ciudadanía comience a pensar en un alcalde que se proyecte como líder de opinión, pero que tenga tradición política y que le respondan a una colectividad, para que no se conviertan en una rueda suelta, tal como sucede con el mandatario actual.
Estas son las estructuras políticas bumanguesas y así se estarían ‘concinando’ sus candidaturas:
El sonajero Liberal y exliberal
Varios nombres claves salen a relucir de esta extraña fusión roja. De este segmento hacen parte, “el que diga Dídier y Martín Tavera”; la otra fuerza que puedan confeccionar Horacio Serpa (a través de Horacio José) con los Galán (en el eventual hecho que resucite el Nuevo Liberalismo); la ‘carta’ que tiren los congresistas Jaime Durán y Édgar Gómez Román y la propuesta que resulte del sector disidente que lidera el exconcejal Jaime Andrés Beltrán.
La familia Tavera tiene entre sus planes a la esposa del actual senador electo Miguel Ángel Pinto, quien actuó como Presidenta del Partido Liberal en la capital santandereana. Se trata de Claudia López, quien con un buen fondo de financiamiento (que le pongan sus patrocinadores) podría -con la misma estrategia electoral- repetir la hazaña del electo Representante a la Cámara, Víctor Ortiz; un completo desconocido que logró arañar curul.
De revivirse el Nuevo Liberalismo o de lograrse un consenso al interior de la colectividad ‘roja’ -en torno a capacidades y oportunidades políticas- el nombre del diputado Carlos Alberto Morales Delgado sería el indicado.
Su hoja de vida y capacidad de trabajo, junto con una fuerza electoral como la de los Serpa y los Galán, podrían catapultarlo para el primer cargo bumangués, incluso en una campaña austera y programática, muy distinta a la que nos tiene acostumbrados los Tavera.
Por los lados de la fórmula Durán-‘Pote’ las cosas estarían servidas para que el concejal -de gran desempeño político- Wilson Mora Cadena pudiera atreverse a aspirar formalmente. Por ahora el objetivo de Mora está en la corporación edilicia, la cual presidirá a partir del 1 de enero de 2019.
En esta misma estructura política aparece el también concejal René Garzón, quien desde hace mucho tiempo le ha tenido ganas al primer cargo municipal.
Y por último, la fuerza disidente que encabeza Jaime Andrés Beltrán, quien acaba de renunciar a su curul en el concejo y a la misma colectividad. Se calcula que su futuro electoral estaría en un movimiento por firmas, que tendría el respaldo de organizaciones cristianas y con el aval de la fallida candidata presidencial Viviane Morales, quien aspira a reinventarse gracias al cargo que le pueda ofrecer Iván Duque.
Por fuera de las maquinarias
Basado en el hecho, que tal como está resquebrajado el liberalismo, las posibilidades para otras fuerzas políticas están vivas. Aparecen dentro del escenario varios líderes de opinión, varios agarrados a estructuras políticas fuertes, otros procedentes de la izquierda y otro tanto que participan de unas y otras.
Dentro de este segmento está Édgar Suárez Gutiérrez, que en sus tiempos de concejal fue catalogado el mejor por el entonces observatorio de la UIS y hoy es uno de los diputados más activos y el único que se ha atrevido a denunciar la corrupción en el gobierno de Bucaramanga. De entrada, cuenta con el apoyo de Ciro Fernández, quien se reeligió para la Cámara por Cambio Radical.
Desde la estructura de izquierda aparecen los nombres de Emiro Arias Bueno, quien acaba de desempeñarse como jefe de campaña de Leonidas Gómez-Gómez para el Senado y de Julián Silva Cala, quien aspiró a la Cámara por la lista de Alternativa Santandereana, también muy cercano al senador electo. Ambos tienen poca experiencia en el escenario público regional.
Y cierra el ramillete de independientes, el exsecretario de Planeación de Santander, Sergio Isnardo Muñoz; quien en 2015 se ‘quemó’ para la alcaldía de Bucaramanga. En las legislativas de marzo pasado acompañó la fórmula Durán-‘Pote’ y para las presidenciales le hizo campaña a Sergio Fajardo. Por ahora no tiene una fuerza política que lo respalde.
La línea continuista
Desde el palacio de gobierno también están apurados en poner a sonar nombres para suceder al ingeniero Hernández. Además de los incompetentes funcionarios Jorge Figueroa Clausen, actual secretario de Desarrollo y del ‘jefe de gobernanza’, Manuel ‘Manolo’ Azuero; nombres que no han logrado tener el fervor que se esperaba, el propio alcalde ha empezado a virar hacia otro lado.
Personajes como el de excandidato a la Cámara por el Partido Liberal, Alberto Chávez Suárez, hermano de Jaime Chávez Suárez, actual Presidente Corporativo de la Financiera Comultrasan y amigo personal de Hernández. No es la primera vez que los Chávez y el alcalde hacen política juntos, en las legislativas pasadas el mandatario respaldó a la sombra al menor de la familia, pero no le alcanzó. Alberto es uno de los nombres que están sobre el escritorio del controvertido burgomaestre.
El otro nombre que tiene el guiño de Hernández es el joven e inexperto concejal de Cambio Radical, Fabián Oviedo; quien ha sido defensor de la gestión del mandatario pero que ha tenido varias críticas por supuestos favores recibidos de la Administración. Su labor como corporado deja grandes dudas, incluso en la última medición de ‘Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos’, el cabildante salió ‘rajado’.
Por ahora, contrario a la historia del ‘Rey Midas’, todo lo que toque el alcalde Rodolfo Hernández se ‘quema’, o sino que lo digan Alberto Chávez y Gustavo Petro.