Por: Claudia Acevedo Carvajal/ Las secuelas no se forman y se desenvuelven en el presente de los hijos, sino que impactarán profundamente en sus futuras relaciones amorosas. En este sentido, este texto tiene como objetivo analizar críticamente las consecuencias psicológicas para los hijos de padres separados y cómo estas se reflejarán en la dinámica de sus propias relaciones en la adultez. Desarrollo de la separación parental y sus consecuencias psicológicas inmediatas. El grado de este impacto depende de varios factores, incluida la edad del hijo, el tipo de relación que tenía ese hijo con cada uno de los padres con anterioridad, la naturaleza de la separación y el entorno en el que sucedió.
Los sentimientos más comunes que surgen inmediatamente después de un divorcio son el abandono, la confusión emocional y el miedo del futuro. Muchos niños, especialmente los más pequeños, a menudo no entienden completamente las razones de la separación, lo que sienten la culpa o creen que la familia se está destruyendo debido a sus acciones. Este sentimiento de responsabilidad lleva a un estado de ansiedad profunda y deterioro de la autoestima del niño, ya que cree que no puede mantener unida a la familia. Además, una separación a menudo implica cambios en la rutina diaria y la necesidad de vivir con uno o ambos padres. Además, en muchas familias la tendencia contradictoria se mantiene en la que se produce un conflicto entre padres y abuelos, por lo que los niños a menudo experimentan la sensación de estar atrapados en el medio.
Como resultado, la exposición constante a conflictos interparentales también puede elevar sus niveles de estrés o evocar sentimientos de ira o tristeza, lo que perjudicará su capacidad para regular adecuadamente las emociones en el futuro. En realidad, uno de los efectos críticos de la separación parental entre los hijos está directamente relacionado con su desarrollo futuro en términos de relación afectiva establecida con la pareja. Muchos estudios han revelado que los niños con patrones de ruptura familiar a menudo desarrollan un modelo de apego disfuncional que afecta drásticamente su forma de relación con las parejas en el futuro. En realidad, este argumento también nos lleva a una visión crítica de cómo la experiencia temprana afectará nuestras creencias y expectativas sobre las relaciones románticas.
Algunos de estos aspectos a tener en cuenta son:
Inseguridad en el apego: La teoría del apego formulada por John Bowlby señala que las primeras interacciones con el cuidador determinan la percepción de un niño acerca de la seguridad y el amor entre él y los demás en el futuro. Por lo tanto, el modelo puede verse altamente afectado durante una separación. Si un niño envejece en medio de un divorcio acalorado o una brusca ruptura con uno de los padres, puede recibir apego inseguro, que provocará un temor al abandono, la sospecha y una incapacidad para establecer relaciones emocionales saludables en la edad adulta. Por lo tanto, cuando una persona en una relación enreda, él o ella puede revelar una angustia constante por temor a la segregación y la hipersensibilidad al rechazo. Ambas emociones pueden causar conflictos dentro de la relación, ya que el individuo se vuelve demasiado pegajoso y solicitante de garantías de amor. En el otro extremo, algunos hijos de padres separados desarrollan un apego evitativo, lo que los lleva a distanciarse emocionalmente en sus relaciones de pareja para protegerse de la posibilidad de ser heridos o abandonados.
Creencias Distorsionadas sobre el amor y la permanencia: La separación de los padres también puede dejar una marca indeleble en las creencias de los niños sobre lo que constituye una relación sana. Crecer en un hogar donde los padres están casados o se están desmoronando puede llevar a una visión cínica del amor. Estos niños, al presenciar conflictos y divorcios, pueden llegar a creer que las relaciones románticas se han roto o que el amor es inherentemente temporal. Esto puede afectar su capacidad para comprometerse plenamente con una relación. Los hijos de padres separados pueden entablar relaciones con la clara expectativa de que eventualmente terminarán, lo que les lleva a adoptar una postura defensiva o sospechosa. Este miedo a la vulnerabilidad puede impedirles formar conexiones emocionales profundas y, en algunos casos, puede conducir a la destrucción de relaciones prometedoras por miedo al abandono.
Repetición de Patrones de Conflicto: Otra consideración importante es la tendencia a repetir patrones de conflicto. Los niños que crecieron en ambientes donde la hostilidad, los desacuerdos constantes o las fluctuaciones emocionales marcaron sus interacciones interparentales pueden internalizar y reproducir estos patrones en sus propias relaciones. Aunque la preferencia de muchas personas es evitar cometer los mismos errores que vieron en sus padres, muchas veces inconscientemente replican en la edad adulta conflictos aprendidos en la infancia. Por ejemplo, si un niño ha crecido viendo a sus padres resolver problemas mediante la evitación verbal o evitativa, es probable que estas estrategias de resolución de conflictos se incorporen a sus propios patrones de conducta. Esto crea un ambiente negativo en el que los hijos de padres separados, que no han aprendido modelos saludables de comunicación y resolución de conflictos, repiten conductas dañinas en sus relaciones.
Como mitigar las secuelas psicológicas y fomentar la resiliencia emocional en los hijos de padres separados:
Si bien el impacto de la separación de los padres puede ser significativo, no es necesariamente sinónimo de relaciones disfuncionales en la edad adulta. Hay muchos factores que pueden mitigar los efectos psicológicos y mejorar la resiliencia emocional de los hijos de padres separados. Uno de los factores más importantes es el modelo de coparentalidad que mantienen los padres tras la separación. Los niños que crecen en entornos donde ambos padres mantienen una relación respetuosa, cooperativa y centrada en el bienestar del niño tienen más probabilidades de desarrollar relaciones seguras y afrontar mejor los desafíos emocionales de la separación. La estabilidad emocional que resulta de una relación parental positiva y predecible puede amortiguar muchas de las consecuencias negativas del divorcio.
De manera similar, la comunicación abierta y honesta sobre la separación, adaptada a la edad y la comprensión del niño, también es importante para ayudarlos a manejar sus sentimientos y resolver posibles malentendidos. Los padres que explican claramente los motivos de la separación y aseguran a sus hijos que no son responsables del divorcio pueden reducir en gran medida la culpa y la ansiedad que a menudo acompañan a estos acontecimientos. Finalmente, el acceso a la psicoterapia o al asesoramiento familiar puede proporcionar un espacio seguro para que los niños y adolescentes gestionen sus emociones de manera saludable y constructiva. La terapia puede ayudar a los niños con padres separados a identificar patrones de pensamiento disfuncionales y desarrollar habilidades de afrontamiento para lidiar con el estrés y la incertidumbre.
Conclusión sobre el Impacto de la separación en las relaciones futuras
Al analizar los efectos psicológicos de los hijos de padres separados revela un vínculo directo entre la experiencia de la ruptura familiar y el desarrollo de creencias y comportamientos relacionales. Las experiencias tempranas de separación de los padres sin duda influyen en el desarrollo del apego, las creencias románticas y los procesos de conflicto. Si bien las consecuencias pueden ser profundas, es importante comprender que no todos los hijos de padres separados están condenados a repetir los mismos errores en sus propias relaciones. Con una intervención temprana, un apoyo emocional adecuado y la promoción de modelos de relación saludables pueden ayudar a estos niños a superar las barreras emocionales que enfrentan y desarrollar vínculos emocionales fuertes y equilibrados sólo en la edad adulta. Como sociedad, es importante que reconozcamos la importancia de brindarles a estos niños los recursos y apoyos necesarios para que puedan construir un futuro emocional fuerte y saludable.
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*Psicóloga, Magister en Psicología Jurídica y Forense Técnica en Investigación judicial y criminal.
LinkedIn: Claudia Acevedo