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Opinión

Somos lo que hacemos, no lo que decimos que vamos a hacer

No es la acción, sino la decisión, el pensamiento, la emoción y la imagen mental, que llevó a la persona a generar una acción, no puedo solo medir a una persona entonces por una acción, sino que el peso de esto requiere entender que nuestras decisiones sí están acompañadas de procesos mentales totalmente profundos.

CORRILLOS
Última actualización: 2024/04/26 at 9:30 AM
CORRILLOS hace 1 año
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Por: Ruth Stella Catalina Muñoz Serrano/ Constantemente nos debatimos entre lo que hacemos y lo que somos, lamentablemente encontrar esa relación e incluso ese balance, se ha vuelto un ejercicio bastante complejo para el ser humano; puesto que incluso muchos planes se quedan en el tintero, se quedan en lo que decimos, sin darnos cuenta por el trasegar, el correr de los días y cuando nos damos cuenta, hay una lista de pendientes por resolver; ya no es solo, que el otro año en enero empiezo el gimnasio, si no, que son, todas esas decisiones que están quedándose ahí guardadas porque las estoy postergando, de forma que termino no haciéndome responsable.

El ser definitivamente, ha sido un constructo propuesto por muchos autores y muchas teorías, en las que se propone la esencia del ser humano y que esa esencia precisamente aplique a un proceso vocacional de vida, en el que se impacte a otros y que a través de ese impacto se pueda mediar, adicionalmente, también es importante recordar que el ser, ha sido adornado de adjetivos, capacidades y de perspectivas; cada perspectiva esta propuesta por una realidad totalmente diferente por un conocimiento único de la vida y por supuesto una subjetividad individual, que unido con el conocimiento general y social de las cosas, me permita construir la realidad o esta ha sido la forma en que nos lo han enseñado, la posibilidad de construir quiénes somos.

Es entendible entonces las diferentes corrientes del pensamiento, que se han gestado durante los últimos años, donde se defiende el gusto y placer, incluso eso ha hecho que se abandone la esencia total del ser humano, como una colcha de retazos, en el que todos opinen y finalmente, yo soy producto de un proceso social.

¿Se lee justo?

Para quienes quieren decidir sobre la marcha, ¿quiénes son?, sin embargo, hay cosas que no se pueden mover, como los procesos biológicos que ya vienen estipulados para nuestro organismo y con los que nuestro cuerpo definitivamente necesita actuar y moverse cada día, también procesos involuntarios, como el respirar, que no puedo decidir por gusto, porque definitivamente mi cuerpo necesita el aire.

Hay que hacer una separación totalmente explícita, entre lo que a mí me gusta y lo que yo pienso, lo que digo y lo que hago; cada proceso es totalmente diferente, pero solemos unificar todo para medir a las personas a través de las acciones, puede sonar injusto, porque incluso usamos el texto de “por sus frutos los conoceremos”; pero este texto ha sido tan mal usado durante los años, que nos olvidamos de que no se trata de las acciones.

Las acciones no son frutos, los frutos son el resultado, de hecho en el contexto bíblico, que es en donde esta frase aparece y cobra sentido, los frutos, por ejemplo, si hablamos del Espíritu Santo, son acciones mucho más profundas, cargadas de valores y estados continuos, en el que la persona decide actuar, entonces la acción cobra sentido desde un valor, desde un proceso profundo totalmente, en el que yo desde el amor, el gozo, la paz puedo respetar a otros; sí puedo ser, sin pasar el límite que me es debido.

Lo que nos lleva entonces a concretar, que muchos de los frutos que nosotros percibimos o queremos ver no son cosas sustanciales o tangibles que esperamos obtener de una persona, sino que precisamente nosotros podamos dejar de pensar, que debo medir a las personas precisamente por lo que hacen y empezarle a darle valor a lo intangible de los seres humanos, a ese ser único, que nadie más ve, a todo lo que ha logrado, como se han esforzado y todo lo que cuesta.

Finalmente, no es la acción, sino la decisión, el pensamiento, la emoción y la imagen mental, que llevó a la persona a generar una acción, no puedo solo medir a una persona entonces por una acción, sino que el peso de esto requiere entender que nuestras decisiones sí están acompañadas de procesos mentales totalmente profundos.

Por esta razón, los procesos políticos y sociales, se hace importante que haya este tipo de coherencia en el que se respete la voz y la palabra de quienes han creado diferentes escenarios, para esas luchas invisibles en pro del reconocimiento a una problemática o situación, es así como finalmente nosotros estamos reconociendo que la acción no mide sí sé es bueno o no, pero lo que se dice, si nos permite desdibujar en muchas ocasiones la esencia de otros, porque nos hemos tomado ese derecho de sopesar a las demás personas a nuestro antojo.

Mucho cuidado, el único que pesa el corazón es Dios, por eso somos lo que hacemos, y no lo que decimos que vamos a hacer, ¿por qué de la abundancia del corazón?

…

*Docente, Psicóloga (UNAD), Especialista en Gerencia de Proyectos (Uniminuto), Magister en Psicología comunitaria (UNAD).

Facebook: RuthSCata

Twitter: PsiRuthSCata

Instagram: psicologaruthscata

(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).

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ETIQUETADO: Equipo de Columnistas, Gobierno, Política, Psicología, Reflexión, Ruth Stella Catalina Muñoz Serrano, Santander
CORRILLOS abril 26, 2024 abril 26, 2024
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