En política, lo que comienza mal, termina peor. Y, seguramente ese será el caso de Álvaro Rueda, un completo desconocido en el escenario electoral de Santander, que ya suena para ser candidato a la Cámara en 2022 por la lista del Partido Liberal.
De lo poco que se sabe de Rueda es que llegó a la Administración florideña hace cuatro años por asuntos alejados de la meritocracia. Y, que desde que arribó al gobierno, se ha convertido en el hombre de confianza del hoy alcalde Miguel Moreno, hasta el punto de manejar altas sumas en contratación y direccionar gran parte de la burocracia, una tarea que comparte -según fuentes de esa misma alcaldía- con el padre de Miguel, el polémico Ángel Alirio Moreno, quien durante un buen tiempo fue el presidente de Opción Ciudadana, el partido que fundó Luis Alberto Gil.
La aspiración de Álvaro Rueda nace de la traición política de quienes hoy lo promueven y quienes seguramente -según las versiones que suenan en esos municipios- le financiarán su campaña. Y se basa en el desespero del senador Jaime Durán Barrera para lograr una alianza a la Cámara que le permita a él, seguir disfrutando de las mieles del poder que el Congreso le ha generado por más de 20 años.
Durán Barrera, como buen zorro político de Santander -y en pleno declive de su carrera política- decidió tentar a los alcaldes Miguel Moreno y Mario José Carvajal para que, “unidos” crearan de la nada un candidato manipulable con quien pudieran capitalizar una votación en estos municipios, y por ahí derecho, que traicionaran a quienes los llevaron al poder local.
Ni ‘jefes’ y sin votos
La candidatura del inexperto Álvaro Rueda se proyecta como la más costosa de la próxima contienda electoral en Santander. El joven aspirante a la Cámara -si desea competir con fuerza dentro de la lista liberal- deberá hacer uso del único recurso que tiene a la mano: comprar votos.
Sus promotores, los alcaldes Moreno y Carvajal, de Floridablanca y Piedecuesta, respetivamente; no son, ni ‘jefes políticos’ que puedan orientar un proceso político serio, ni tienen votos propios, debido a que fueron elegidos por fuerzas electorales ajenas.
Miguel Moreno, por ejemplo, llegó a ser el alcalde de la Ciudad Dulce por ‘Renace Floridablanca’, una organización política que construyó a pulso el abogado Héctor Mantilla Rueda.
Para nadie es un secreto que Moreno apareció de la nada en el escenario político florideño por decisión de Mantilla. Y que al igual que Álvaro Rueda, el único logró para llegar a la Administración fue el haber sido compañero de aula del entonces alcalde.
Mantilla, recogiendo firmas e impulsando un proyecto de renovación y grandes obras de inversión, logró en octubre de 2015 una votación récord: 51.392 sufragios (48% de la votación). Su visibilidad y logros alcanzados, le permitieron al entonces alcalde más joven de Latinoamérica, poner al desconocido Miguel Moreno como su sucesor, con una votación de 40.236 tarjetones.
De esa fuerza electoral que ‘Renace Floridablanca’ pudo construir, también hizo parte un gran sector liberal liderado por Nubia López y, por ende, por su esposo Fredy Anaya. Para los analistas políticos, sin el ‘Renace’ de Mantilla y sin los ‘recursos’ de Fredy Anaya, la elección del hoy alcalde no se hubiera dado.
“El papá de Miguel (Moreno), el señor Ángel Alirio Moreno, se aparecía en todos lados, pidiéndole a Fredy (Anaya) que apoyara a su hijo para la alcaldía. Que ya tenían el apoyo del alcalde (Héctor Mantilla), que, si Nubia no anunciaba su apoyo a Miguel, entonces era más difícil derrotar a la esposa de Néstor (Barrera)”, dijo una fuente cercana a los Moreno.
La misma fuente le dijo a Corrillos que, producto del apoyo que le dio Mantilla a Moreno en esas elecciones, varios líderes cercanos al entonces alcalde decidieron abandonar a ‘Renace Floridablanca’, entre ellos el pastor Ricardo Parra y posteriormente la hoy diputada Claudia Ramírez.
La cuña que más aprieta…
Detrás de la imagen de independiente que ha querido crear el alcalde de Piedecuesta solo hay un político que se dedica a hacer lo que Jaime Durán Barrera -su jefe político- le ordena.
Mario José Carvajal fue derrotado estruendosamente por Danny Ramírez en 2015, en esa oportunidad obtuvo 24.711 sufragios, tan solo la mitad de los votos obtenidos por el electo alcalde.
Pero cuatro años más tarde, en bloque, la misma fuerza que le dio el triunfo a Danny, le permitió a Carvajal llegar a la alcaldía. En ese momento, el apoyo de la fuerza mayoritaria de Nubia López y su esposo Fredy Anaya, marcaron la diferencia. De hecho, muchos aseguran que sin ellos hubiese sido imposible derrotar a Jorge Armando Navas, en 2019.
Pero “así paga el diablo…” y no tardó mucho para que Mario José les diera la patada a sus aliados, poniéndoles competencia.
La traición que nació en Floridablanca con Miguel Moreno y que se consolidó en Piedecuesta con Carvajal, llevaron a Nubia López a tomar la decisión de no aspirar a la Cámara, pese a que su labor en el Congreso ha sido bien calificada.
Sin votos propios, sin la posibilidad de crear una alianza para 2022 por fuera de sus partidos, sin credibilidad y con una imagen de traidores, Moreno y Carvajal -que por ser funcionarios públicos no deben participar en política- solo tienen la compra de votos como única opción para elegir a Álvaro Rueda. De ahí que las autoridades y veedores ciudadanos deben poner el ojo avizor sobre lo que pase con los recursos públicos.
Un cuestionado aspirante a la Cámara
Álvaro Leonel Rueda Caballero es un abogado -compañero de clases de Miguel Moreno- especialista en derecho contractual y teoría de la responsabilidad, comenzó su vida profesional en Floridablanca gracias a los cargos que alcanzó desde el gobierno de Héctor Mantilla.
Entre 2017 y 2019, fue abogado en la Personería, en la Dirección de Tránsito y Transportes y en el despacho. En 2021, ya en el gobierno de Moreno, fue nombrado director del Banco Inmobiliario (BIF), que, con su llegada, la entidad se ha tornado en el centro de operaciones del aparato burocrático de la alcaldía y, por ende, en un despacho desde donde se originan posibles actos de corrupción.
A Rueda se le recuerda por un accidente de tránsito en Piedecuesta por conducir en estado de alicoramiento, hecho que no tuvo sanción porque -según se advirtió en ese momento- en esa situación metió la mano el entonces Secretario de Movilidad, Ricardo Ardila Suárez, quien paradójicamente fue compañero suyo en la Personería de Floridablanca.
A Álvaro, varios medios lo denunciaron por un posible enriquecimiento ilícito, tras la compra de una camioneta Toyota Fortuner Diesel avaluada en casi 120 millones de pesos, pese a que su declaración de renta registra un patrimonio que no supera los 35 millones de pesos.
A Rueda, Miguel Moreno lo tenía guardado para que fuera su candidato a la alcaldía, sin embargo, ante la propuesta de Jaime Durán de una Cámara por el Partido Liberal, tuvo que echar mano del director del BIF, una entidad que, según el Secop, ha suscrito más de 500 contratos de prestación de servicios, un claro ejemplo de nómina paralela y de favorecimiento a líderes políticos para que se sumen a su causa política.
Con Moreno y Álvaro y el padre del alcalde, la otrora ciudad politiquera y corrupta volvió a revivir. Ahora irán en llave con Mario José Carvajal, todo esto para intentar que el próximo año el ineficiente senador Jaime Durán no se queme.