Por: Ruth Stella Catalina Muñoz Serrano/ El ser humano es imprescindible, único, moldeable y en ocasiones vulnerable, esta vulnerabilidad nos alcanza, nos llena cuando sentimos que todo lo que nos rodea nos vacía, entonces, somos también tan engañosos; nos da miedo enfrentarnos a nuestras heridas, nos da miedo enfrentarnos a todo lo que nos hace daño, pero el miedo no es para volver a recordar el dolor, ese es el asunto, creer que para solucionar debemos traer la situación porque unificamos una mala experiencia y satanizamos la emoción.
Es así como acumulamos experiencias y emociones año tras año, sin comprender que las escenas que me recuerdan a cosas que pasaron ya no pueden dañarme, pero, al no permitirme sanar, solamente me enfrento de nuevo a esa emoción y la situación sigue sin ser solucionada.
Igual pasa con las personas, tenemos malas experiencias con las personas y enseguida las rotulamos, las llamamos por el problema, pero no nos permitimos cambiar lo que pensamos de ellas, realmente el desgaste es totalmente propio, lastimosamente esa persona que se equivocó puede recuperarse, pero quien decide cargar con una mala experiencia es quien asume el problema.
Las cuestiones personales ojalá fuéramos capaz de separarlas de lo laboral y otras instancias, porque pasamos perdiendo tiempo de vida y salud, asumiendo problemas y creando lealtades que solo retrasan la forma en que vemos y conservamos el mundo en nuestros recuerdos, lo que puede ser un recuerdo poderoso que aliente nuestra vida, se torna en un momento de tortura, cada vez que el recuerdo vuelve, el dolor con él.
Ya he expresado mi visión personal acerca de la importancia de soltar, sanar y crecer, pero siento que con los años comprendo que es un proceso totalmente personal, que toma un ritmo propio; lo digo porque, aunque quisiera que muchos caminaran a mi paso, y eso que no camino tan rápido, no lo he logrado y si me he desgastado detrás de ello, tampoco son tantos años de vida, pero consagrados a pensar en como mejor por lo menos mis procesos de vida, sin consciencia acumule dolor y esa, solo es mi experiencia, seguramente muchas otras contaran otra historia.
Por lo cual, es como nuestra historia esta acompañada en ocasiones de dolor, que sobrepasa las cosas buenas, no seguir viviendo bajo nuestras heridas, sino que, al contrario, tengamos la posibilidad de reconocer lo que esta por delante y tomar con fuerza la vida, aunque esta venga cargadas de sorpresas, es parte nuestra el como reaccionemos y no predisponernos siempre al dolor, al sufrimiento y la decepción, es inevitable, claramente porque las emociones hacen parte de la vida, incluso evadir alguna representa a su vez, la evasión de enfrentar algo, entonces, bien es cierto que la vida puede ser difícil, pero, ¿vista desde que ojos?
Como percibas la vida y como decidamos entonces vivirla, es precisamente la llave para accionar y correr hacia el presente continuo que vivimos, si decidir vivir bajo el dolor, no es un proceso que sea consciente al ojo humano, pero que si, en algún momento sucede y es ahí, donde debemos estar dispuestos a correr hacia el lugar de paz que todos esperamos tener.
…
*Docente, Psicóloga (UNAD), Especialista en Gerencia de Proyectos (Uniminuto), Magister en Psicología comunitaria (UNAD).
Facebook: RuthSCata
Twitter: PsiRuthSCata
Instagram: psicologaruthscata