Si bien las restricciones al aborto han aumentado en Estados Unidos desde junio de 2022, en América Latina, el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo se ha ido expandiendo, aunque aún enfrenta desafíos en algunas naciones.
México se sumó a la lista de países que autorizan el aborto a principios de septiembre. Una nación más en la ‘ola verde’ de legalización y despenalización del aborto, iniciada por Argentina en el continente, tras la movilización de decenas de miles de mujeres que salieron a las calles empuñando pañuelos verdes para defender sus derechos.
El camino, sin embargo, sigue siendo largo. “En los países (latinoamericanos) donde el aborto está despenalizado a nivel legal, siempre hay obstáculos para su implementación a nivel social”, analiza Fanny Gómez-Lugo, directora de programas de Investigación y Política del Centro para la Mujer e Igualdad en Washington.
En cuanto a otros países, el aborto sigue siendo prohibido, en diversos grados. Con motivo del Día Internacional dedicado al derecho al aborto, France 24 ofrece un panorama de la situación en América Latina.
México va contra la corriente de su vecino Estados Unidos
Las mujeres mexicanas ahora pueden abortar en todas las instituciones de salud federales. “El ordenamiento jurídico que penaliza el aborto en el Código Penal federal es inconstitucional”, sentenció la Suprema Corte de Justicia de la nación el pasado 6 de septiembre, garantizando por votación unánime el acceso al aborto en todo el territorio.
“Esta es la primera vez que la Suprema Corte de Justicia de México establece que esto es una violación de los derechos de las mujeres, es un paso verdaderamente histórico”, subraya Gómez-Lugo.
El 7 de septiembre de 2021, la misma Corte Suprema invalidó varios artículos de una ley del estado de Coahuila, que preveía penas de prisión para las mujeres que abortaran y para el personal de salud que las atendiera.
Si bien la máxima institución judicial de México dictaminó entonces que las mujeres que abortaban ya no podían ser procesadas, su fallo solo se había aplicado en una docena de estados de los 31 que componen México. Por su parte, Ciudad de México, la capital, autorizó el aborto en 2007, convirtiéndose así en la primera jurisdicción de América Latina en hacerlo.
Consciente del conservadurismo del país en este tema, Gómez-Lugo se muestra cautelosa:
Aunque ahora es inconstitucional criminalizar a las mujeres que abortan, las instituciones de salud podrán seguir poniendo obstáculos, como invocar la objeción de conciencia. Por ejemplo, obstaculizar de una forma u otra el ejercicio de este derecho.
Sin embargo, la mentalidad de algunos sectores parece estar cambiando en el país. En las elecciones presidenciales de junio de 2024 se enfrentarán dos mujeres: Claudia Sheinbaum, exalcaldesa de la Ciudad de México, nominada como candidata por el partido gobernante Morena, y Xóchitl Gálvez, representante del campo conservador. Ambas están a favor de la despenalización del aborto.
En Brasil, la despenalización del aborto es examinada por la Corte Suprema
Brasil podría ser el próximo país en sumarse a ‘la ola verde’, como se le conoce al movimiento a favor de la interrupción voluntaria del embarazo. El pasado 22 de septiembre, la Corte Suprema inició la evaluación de un recurso de apelación solicitando la despenalización.
Pese a que los debates fueron suspendidos a petición de uno de los magistrados y deben reanudarse en una fecha aún no definida, la presidenta de la Corte ya dio a conocer su voto a favor de la despenalización.
“La penalización de la interrupción voluntaria del embarazo (…) Socava la libertad y la dignidad de las mujeres (…) Fuimos reducidas al silencio. No pudimos participar activamente en las deliberaciones sobre un tema que nos afecta particularmente”, subrayó la magistrada Rosa Weber en su alegado de 103 páginas.
En la actualidad, el aborto solo está autorizado en casos de violación, peligro para la vida de la madre o malformaciones graves del feto. Si una mayoría de los 11 jueces de la Corte —entre ellos solo dos mujeres— decide aprobar la medida y dar paso al voto del presidente, las mujeres que aborten antes de las 12 semanas de embarazo ya no podrán ser procesadas, al igual que el personal de salud que participe en esas prácticas.
Pero una posible despenalización no significaría que sería legal abortar en hospitales públicos. El aborto sigue siendo un asunto especialmente sensible en este país tan religioso, donde la iglesia católica y las iglesias evangélicas —que representan un gran poder— tienen numerosos representantes electos en el Parlamento.
Según una encuesta del instituto Datafolha, publicada por el periódico ‘Folha de Sao Paulo’, en julio, el 52% de la población brasileña seguía oponiéndose al aborto, mientras que el 44% se mostró a favor.
¿Hacia un retorno a la prohibición total en Chile?
En Chile, la interrupción voluntaria del embarazo es ilegal, excepto en casos de riesgo para la salud de la madre, violación o malformación del feto. Inusuales excepciones, avaladas en 2017, que pronto podrían desaparecer.
El 20 de septiembre, el consejo encargado de redactar la nueva Constitución chilena —dominado por la extrema derecha— aprobó un artículo que “protege la vida de todo ser humano no nacido”. Por tanto, podría dar lugar a una prohibición total de ese derecho en el país.
Un posible retroceso cuando, según datos del Ministerio de Sanidad, cerca de 4.300 mujeres pudieron recurrir al aborto, en el marco de la ley entre 2018 y junio de 2023, un gran número de los casos fueron de niñas que sufrieron violaciones.
Los chilenos votarán el referendo el próximo 17 de diciembre sobre este proyecto de Ley Básica, que aún está en desarrollo. Hace un año, el país rechazó abrumadoramente, con casi el 62% de los votos, la propuesta de una nueva Constitución para reemplazar la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.
Garantizando nuevos derechos sociales, el texto pretendía fijar fehacientemente el acceso al aborto, lo que habría constituido una acción inédita.
El aborto, un derecho amenazado en Argentina
En diciembre de 2020, diputados y luego senadores legalizaron el aborto en Argentina. Un momento histórico para este país que en ese momento se convirtió en uno de los pocos de la región en aprobar ese derecho.
Dos años antes, en 2018, los senadores rechazaron un texto similar, destrozando las esperanzas de decenas de miles de mujeres jóvenes que salieron a las calles, con pañuelos verdes en la mano, para defender sus derechos. Fue el comienzo de la ‘ola verde’, un movimiento espontáneo y sin precedentes formado por activistas y ciudadanos del común, que luego se extendió por todo el continente.
Sin embargo, una nueva amenaza se cierne sobre el derecho al aborto en Argentina. El candidato de la extrema derecha en los comicios presidenciales del próximo octubre, Javier Milei, señala que pretende prohibir una vez más el aborto, así como la educación sexual en las escuelas.
Su espectacular avance en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que se desarrollaron en agosto, lo convirtió en un serio contendiente por la Presidencia, o al menos para la segunda vuelta, prevista para el 19 de noviembre.
Un movimiento iniciado en Cuba
Cuba fue el primer país de América Latina en legalizar el aborto hasta la octava semana de embarazo, medida adoptada en 1965. Pasaron entonces 30 años antes de que Guyana tomara el mismo camino.
En 2012, Uruguay autorizó a su vez el aborto, hasta las 12 semanas de embarazo (14 en caso de violación).
Diez años después, en febrero de 2022, Colombia, un país de mayoría católica y donde las iglesias cristianas protestantes tienen gran influencia, va mucho más allá: su Corte Constitucional despenalizó el aborto por cualquier motivo hasta las 24 semanas de embarazo.
Prohibición total al aborto en algunos países
La lista de países de América Latina y el Caribe donde esa práctica está completamente prohibida —incluso en casos de violación, riesgo para la vida de la madre o malformación del feto— es aún extensa.
Según información del Centro de Derechos Reproductivos, Honduras, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana, Haití, Surinam y Jamaica aún rechazan cualquier flexibilización de sus legislaciones, que en algunos casos prevén fuertes penas de prisión.
En El Salvador, también se puede iniciar proceso por «homicidio agravado», penado con 50 años de prisión.
La legalización del aborto en Argentina en diciembre de 2020 no tuvo el efecto esperado por las feministas en Honduras, sino todo lo contrario. El Parlamento adoptó por procedimiento acelerado, menos de un mes después, en enero de 2021, una reforma constitucional con la que fijó la prohibición total sobre el aborto, al impedir cualquier posibilidad de debate sobre el tema.
