Análisis

“Casualidad” que fuerte sismo ocurriera en fecha igual a hace ocho años

Sismo en Colombia, 125 veces de menor magnitud que el de Turquía, según expertos de la Universidad de Los Andes. Expertos de Los Andes explican las causas y el impacto emocional que tuvo este fenómeno en el país. (Informe de la Universidad de Los Andes).

La madrugada de este viernes 10 de marzo de 2023, en diferentes ciudades del país, se sintió un sismo de magnitud de 5.7 con epicentro en Santander, según el Servicio Geológico de Colombia.

El sismo, de una profundidad de 157 kilómetros, ocurrió en el Nido de Bucaramanga y se originó a partir de la subducción de alguna de las placas que están interaccionando en Colombia. Este fenómeno generó revuelo entre las personas, especialmente un mes después de lo ocurrido en Turquía.

Sin embargo, para Rodrigo León, sismólogo y profesor del Departamento de Geociencias de la Universidad de los Andes, ambos sismos son muy diferentes en liberación de energía. “Comparando el sismo de Turquía de 7.8 con el de esta madrugada en Colombia, de 5.7, nos damos una idea de que el sismo de hoy es 125 veces más pequeño que el de Turquía. Este fue un sismo de magnitud moderada a intermedia”, dice.

El Nido Sísmico de Bucaramanga se origina a partir de la subducción de alguna de las placas que están interaccionando en Colombia. Al llegar a una profundidad de 150 km se empieza a liberar sismicidad. “La Mesa de Los Santos queda exactamente arriba de este volumen y, si bien este fue el epicentro, el lugar donde está ocurriendo la sismicidad es 157 por debajo, lo que hace que la energía sísmica se pueda disminuir cuando llega a la superficie”, menciona el sismólogo.

No es posible predecir los sismos…

Es falso mencionar que las alertas tempranas predicen los sismos. “Cuando llega la alerta, el sismo ya se generó en algún lado. El principio general de las alertas tempranas es que tener monitoreada la parte cercana al área donde se generan los sismos».

Para el profesor, “tenemos un tiempo de retraso en lo que va a llegar la energía sísmica a donde estemos recibiendo la alarma. Esto va a depender de la distancia en la que nos encontremos”.

Cuando ocurre un sismo, se está liberando energía en forma de ondas. Al caer un rayo, por ejemplo, también se libera energía. Este rayo se ve –las ondas de la luz – y después se escucha –las ondas del sonido –. Los dos tipos de ondas se mueven a diferentes velocidades. Algo similar ocurre con el efecto de los sismos cuando la zona epicentral está lejos de donde se percibe el fenómeno.

Los sismos liberan energía en forma de ondas, unas viajan más rápido y otras más lento. Inicialmente llega la onda primaria, la que viaja a mayor velocidad, y luego la onda secundaria. “Podemos estar hablando de milisegundos o, cuando los sismos ocurren muy lejos de donde está la persona o el instrumento, se puede registrar con más segundos de tiempo”, expresa la geóloga y profesora del Departamento de Geociencias de la Universidad de Los Andes, María Isabel Sierra.

Con respecto al sonido que puede generar, en zonas urbanas, muchas veces lo que se escucha no es el sismo sino las afectaciones, como los vidrios, las puertas, etc. Sin embargo, “hay quienes reportan, en campo abierto, que se escucha el sonido. Esto es posible que ocurra, son ondas que están viajando a través de un medio y que pueden generar sonido”, asegura la geóloga.

¿Casualidad o causalidad?

Una de las correlaciones que se han realizado con varios eventos es entre la presencia de los terremotos y la luna llena o el clima. Para Sierra, “esto no es una relación de causalidad. No quiere decir que el sismo esté asociado con la fase lunar o las condiciones meteorológicas”.

Otra de las coincidencias que suelen correlacionar las personas son temporadas o meses con la ocurrencia de los eventos. En México, por ejemplo, relacionan socialmente el mes de septiembre con el mes de los sismos, por coincidencias de eventos sísmicos desastrosos en este mes, como el de 1985 y el del 2017.

“En Colombia, con el sismo de este viernes, tuvimos una casualidad: años antes (ocho: diez de marzo de 2015, más fuerte) ocurrió uno similar en esta misma fecha. Sin embargo, son casualidades”. La profesora menciona que el fenómeno sísmico y la tectónica de placas llevan ocurriendo millones de años y no se rigen por un calendario que es creado por el hombre. “No hay forma de que el fenómeno esté amarrado a una fecha, no hay evidencia científica”, dice. (Informe de la Universidad de Los Andes).

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