El Día de los Santos Inocentes es una tradición que data de los primeros años de la era cristiana. El rey Herodes I, el Grande, dio la orden de acabar con todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, con el fin de asegurarse de que el anunciado Mesías, futuro rey de Israel, fuera asesinado.
La Iglesia católica recuerda este acontecimiento el 28 de diciembre, aunque de acuerdo con el Evangelio de Mateo, la matanza debió haber sucedido después de la visita de los Magos de Oriente a (uno o dos días después del 6 de enero), aunque también la fecha de la adoración de los Magos a Jesús no tiene una fecha exacta. De hecho, la Navidad y demás fechas alrededor de ella las fechas no figuran en los evangelios.
La brutal decisión de Herodes I
Ninguno de los historiadores de la época menciona el hecho. Entre ellos destaca Flavio Josefo (37–101) por su dedicación a la figura de Herodes, la brutalidad del episodio está en armonía con su carácter, tal como Josefo lo describió en Antigüedades judías (15.3, 3 § 53-56).
Josefo presentó a Herodes como un ser patológicamente celoso de su poder. Varios de sus familiares fueron asesinados por orden suya, ya que sospechaba que trataban de suplantarlo. No cabe duda de que Josefo quiso describir a Herodes con los tintes más oscuros que le fue posible.
La mayoría de las biografías recientes de Herodes dudan de que el hecho tuviera lugar, pero la simple declaración de que la masacre es un hecho legendario y no histórico tiene también un soporte basado en la argumentación y no en la documentación real.
El historiador, arqueólogo y explorador Stewart, señaló que la matanza «es totalmente coherente con todo lo que sabemos de él (de Herodes). El historiador israelí Abraham Schalit también apoyó la historicidad de la narración. La ausencia de fuentes alternativas a la biblia puede deberse a que Belén era un pueblo pequeño y el número de niños varones de menos de dos años podría no haber pasado de 20.
Biblistas y teólogos de distintas extracciones, como Jack Finegan, Rudolf Schnackenburg y Richard T. France, apoyan la historicidad del hecho o dicen que no hay nada que imposibilite que Herodes ordenase eso. En cualquier caso, no hay documentación que respalde o niegue la historicidad del hecho, salvo las argumentaciones que cada uno esgrima y que Herodes murió en el año 4 a.C.
Existe la posibilidad de que el relato no sea histórico, pero por otra parte «posee cierta verosimilitud», como «ejemplo clásico del genocida abuso del poder».
Conmemoración e inocentadas
La celebración del 28 de diciembre también es relacionada con la ‘Fiesta de los locos’, una celebración popular en el Medioevo, en especial en Francia, pero también en Alemania en Inglaterra, entre Navidad y Año Nuevo. El eje de la festividad, según lo documentado por María Eugenia Góngora, decana de la facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, era una misa burlesca, en la que nombraba un obispo-bufón como el encargado de dirigirla.
Por su parte, en Colombia, precisamente en Pasto, las actividades precarnaval de Negros y Blancos comienzan este día. Hace algunos años la fecha servía para lanzarse agua en las calles a manera de juego, sin embargo, en procura de la protección del preciado líquido, hoy en día se organizan otras actividades de carácter lúdico llenas de música, bailes y espectáculos.
En Cauca, en la ciudad de Guapi, se lleva a cabo la celebración de «los Matachines del Guapi», personajes legendarios, que salen a las 6 de la mañana a corretear con un látigo de cuero a todos los que participan a manera de sátira y purificación. La Fiesta, que probablemente tiene sus orígenes en África, lleva muchos años realizándose.
También es costumbre realizar en esta fecha bromas de toda índole. Los medios de comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de tal modo que la información parezca real.
Se trata de una libertad que se dan los agentes mediáticos para dar rienda suelta a su sentido del humor, oportunidad que solamente tienen una vez al año.
Es tradición que los periódicos publiquen páginas enteras de noticias cómicas, con la advertencia de que es día de los inocentes, que van desde las que son una obvia mofa a cualquier suceso reciente, hasta las que parecen serias y engañan al lector desprevenido. El día de los inocentes se vive en todo el mundo hispanohablante.
En algunas zonas de América es importante no prestar ningún bien, sea objeto o dinero, pues el prestatario es libre de apropiarse de los bienes.
Este tipo de festejo ha venido a menos en años recientes y ya no es usual que la gente pida prestado con la esperanza de que el prestador no recuerde la fecha y se le pueda hacer mofa con la muy popular frase: «Inocente palomita que te dejaste engañar» o su versión ampliada: «Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar».
¿Por qué se hacen bromas?
La tradición de hacer bromas este día proviene de los países hispanos, especialmente de España. Se cree que en la Edad Media existía una fiesta jocosa y llena de bromas llamada «Fiesta del obispillo», en ella se disfrazaba a un niño de obispo y se le daba el mandato y ciertas libertades. La celebración comenzaba el 6 de diciembre y culminaba el 28 del mismo mes que era el día en que las bromas se exageraban.
La fiesta se celebró en varios lugares de Europa como, Francia, Italia e Inglaterra, en este último las bromas mutaron en día y significación, celebrándose el 1 de abril. En Latinoamérica la connotación del día fue aceptándose luego de la llegada de la Colonización española. La palabra inocente era tomada más como un sinónimo de ingenuidad, lo que dio pie a jugarle bromas a los amigos o familiares para que cayeran por inocentes.
Frases y bromas para este día
- Frase: Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar.
- Broma del teléfono: WhatsApp cerrará los servidores en nuestro país por exceso de usuarios, para evitarlo solo presione el botón de apagar durante 200 segundos y después vuelva a encender el teléfono.
- Broma del celular: Estudios recientes confirman que las personas que leen su móvil con la mano derecha y después se ríen levemente, terminan leyendo este mensaje sin ningún sentido.
- Pegar un monigote de papel en la espalda: Pegar algo en la espalda de alguien es una de las bromas más recurridas. Una nota escrita o cualquier figura son algunas opciones, pero este día tiene especial sentido colocar el muñeco blanco, que se ha convertido ya en símbolo de los Santos Inocentes. La víctima caminará todo el día con el monigote pegado a la espalda sin darse cuenta, hasta que se caiga o alguien se lo diga.
- Dar un susto: Sencillo pero eficaz si nos escondemos bien. No hay nada mejor que ocultarse tras una puerta, debajo de la cama o de la mesa, tras un pilar o una esquina, apagar todas las luces de la casa… cualquier rincón es útil si se alcanza el objetivo deseado.
- Cambiar el azúcar por la sal: Todo un clásico en el mundo de las bromas, pero tiene garantizado el éxito. Se trata de cambiar los recipientes de la sal y del azúcar, dos productos que se usan a diario y fácilmente confundibles.
- Cambiar la hora del reloj: Aprovecha un momento de descuido de la víctima para coger su reloj y cambiarle las horas. Puedes adelantarlo y que el inocente llegue más pronto que nadie a los lugares concertados y que duerma menos tiempo o retrasarlo y ser el responsable de que llegue tarde a su destino. Tú decides.
- Palillo en el timbre: Una broma que nunca pasa de moda. Quién no ha recorrido las calles llamando al timbre o al telefonillo para después esconderse rápidamente y ver la reacción de la víctima. Basta con colocar un palillo en el interruptor del timbre para sacar de quicio a cualquiera. El eterno riiiiiing o ding-dong volverá loco a cualquier inquilino.
- Puertas atadas: Ata con una cuerda el pomo de una puerta al de otra que se encuentre justo enfrente y asegúrate de que esté bien tensa. Así, ninguna persona que se encuentre detrás podrá abrir alguna de estas puertas.
- Crema en la toalla: Una broma un tanto pesada. Las toallas son elementos de uso diario. Por eso, nadie sospechará que has echado crema en ellas cuando vayan a secarse las manos o la cara.
- La moneda: Es como el timo del tocomocho. No por muy conocido la gente deja de caer. Pega una moneda de dos euros en el suelo del pasillo de tu casa. Seguro que quien pase tratará de recogerla sin conseguirlo.