La Alta Comisionada para la Transparencia, María Juliana Acebedo, tendrá a su cargo la primera investigación interna por posible clientelismo y falta de idoneidad que trajo consigo la designación de Omar Alejandro Alvarado Bedoya, como Director de Tránsito de Bucaramanga.
El nombramiento dado a conocer el viernes por parte del alcalde Juan Carlos Cárdenas, puso a temblar sus propios postulados de transparencia administrativa y que anunció con ‘bombos y platillos’ durante el acto de posesión. El escándalo incluye al concejal Carlos Parra, de la Alianza Verde, al parecer jefe político del inexperto director de Tránsito.
La decisión de nombrar a Alvarado Bedoya deja en evidencia posibles actos de clientelismo, los mismos que fueron rechazados por el exalcalde Rodolfo Hernández y que fueron bandera del movimiento político que -en teoría- cambiaron las viejas prácticas políticas en Bucaramanga.
El colectivo El Denunciante hizo una investigación periodística acerca de cómo el concejal ‘verde’ ha querido hacerse a la Dirección Tránsito a través de uno de sus alfiles, el mismo que no cuenta con idoneidad para sumir las complejas labores que exige la entidad.
Doble discurso
En la columna “Cambiamos de políticos, pero no la política” publicada este sábado por el reconocido investigador y columnista de Corrillos, Fredy Garzón, se revela como al gobierno local y a algunos concejales como Carlos Parra “extraviaron su discurso y sus credenciales las valorizaron aún coste más alto que el de sus mismos antecesores”.
El Denunciante se refiere a Omar Alejandro Alvarado Bedoya, el designado Director de Tránsito de Bucaramanga, que en campaña electoral hizo parte de la estructura política del concejal Parra.
“Alvarado viene de ser columnista de Vanguardia Liberal y de la Silla Vacía que combinaba hábilmente su actividad de opinión con los considerables recursos que facturaba con la administración municipal de Bucaramanga ($139.733.333); sin contar su última contratación con el IMCT por valor de $45.000.000, asesorando y apoyando la elaboración e implementación del guion museográfico de la Casa Galán que en la actualidad sigue en ruinas en la calle 36 con carrera 25 y sin ningún contenido museográfico”, dice Garzón en su informe.
¿Falta de idoneidad?
Otra de las revelaciones que hizo El Denunciante tiene que ver con el paso de Alvarado Bedoya por la Cámara de Comercio, “solo fue de tres meses en al año 2016 y es falso lo que afirma en algunos medios locales, que se encargó del programa de trasparencia y lucha contra la corrupción.
“La cuota burocrática del concejal Carlos Parra es mitómano y cínico de profesión, al igual que quien lo recomienda, simplemente fue contratista asesorando víctimas, apoyando un plan zonal en el norte de la ciudad y casas de justicia; lo que si es cierto es que tuvo que hacer un curso online y exprés porque el manual de funciones de la Dirección de Transito lo exige como requisito mínimo”, advirtió el columnista de Corrillos.
El Denunciante advierte que, aunque los viejo políticos en el Concejo se extinguieron, sus prácticas clientelistas se mantienen vigentes.