Por: Dilmar Ortiz Joya/ Hemos trasegado en los últimos cinco meses a través de los distintos medios de comunicación realizando toda una serie de análisis políticos frente a los distintos candidatos que se postularon para llegar al palacio de Nariño el próximo 17 de junio presente.
Se han debatido todas las tesis y resultados políticos en tertuliaderos, cafeterías, centros comerciales, en el mercado popular, en el taller de mecánica, en las obras de construcción, con los lustra botas, en los parques, en los bares y tabernas, en los restaurantes, en fin, en cualquier lugar a cualquier hora y hasta en los momentos íntimos también.
Han aparecido amistades que no se sabía nada de ellas durante largo tiempo pero que, a través de un trino, una publicación en Facebook e Instagram surgieron nuevamente, no por acto de magia sino por el encanto de opinar de política; pero también hay amistades que se han colocado en riesgo de perderse, todo por no pensar igual y estar de acuerdo por uno u otro candidato.
Hemos visto y leído toda serie de posturas, memes, videos, letreros en murales y calles, algunos con verdades ciertas otros con montajes que parecen verdades, en fin, han sido para todos unos meses desgastantes para la tranquilidad mental, para la paz reposada en los hogares, para la vida laboral sin sobre saltos por los apoyos condicionados para su permanencia, para la vida conyugal, entre otros menesteres.
Todos, absolutamente todos, hemos posado de un título honoris causa de “politólogos” sin haber pisado si quiera las gradas de una universidad para obtenerlo, pues nos hemos atrevido a cuestionar, discernir y hasta pelear por defender posturas que en algunas ocasiones ni siquiera alcanzan el más mínimo grado de racionabilidad, ponderación y buen atino, pues simple y llanamente nos ha movido el interés de imponer nuestras ideas y posiciones sin atender las de los demás pensando que las nuestras son las únicas valederas porque el grado de “politólogos” nos da el derecho a ello.
Pero tranquilos, estamos a escasos dos días de que “el título” que nos colgamos al pecho, desaparezca por arte de los escrutinios que nos dará de manera irrefutable la razón o no de nuestras perspectivas que adoptamos tal “politólogos” fungimos durante meses, pues sabremos quién será nuestro presidente de Colombia y allí acabarán (para fortuna de todos) los comentarios al tema político.
Pero comenzarán a aparecer los “técnicos de futbol” que, sin haber pisado el césped de un estadio, iniciáremos por espacio de un mes a fungir de comentaristas deportivos, médicos deportólogos, preparadores físicos y hasta de jugadores de futbol, pues ya inició la gesta mundialista – Rusia 2018 – en donde el mundo se vuelve “un balón”.
Sí, porque todo girará alrededor de él, nuestras agendas, las labores cotidianas, el hogar, los colegios y universidades, el transporte, la actividad legislativa, ejecutiva y judicial; pues todos queremos ver los partidos, generar posiciones y estrategias de juego, criticar a los jugadores y árbitros, volvernos técnicos y así volveremos a inundar las redes sociales de memes, videos, punto de vista de que equipos van a pasar a octavos, cuartos, semifinal y quien va a alzar la copa mundo en Rusia, para lo cual creemos con devoción infinita que será Colombia.
Nuestro país es eso, un arcoíris de sentimiento y emociones, un pueblo que cada día lucha por lo mejor, una nación en donde de una u otra manera debemos caber todos, una patria que anhela vivir en armonía y mantener el título de ser una de las naciones más felices del mundo, y para ello debemos seguir siendo lo que somos, es decir, politólogos y técnicos de futbol – Así no tengamos esos títulos – pues ambas consideraciones son pasión, es corazón y alma de un pueblo que busca por encima de todo construir un lugar lleno de oportunidades y de alegrías que nosotros mismos nos regalamos cuando los triunfos nos sorprenden. Siendo así, deseo de corazón que nuestra selección Colombia haga su mejor papel en el mundial de futbol y que nuestro presidente sea a quien Dios únicamente quiera ungir esta vez.
Correo: dilmar23@hotmail.com
Twitter: @dilmarortizjoya